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Estas eran compras de maíz blanco, arroz, frijol negro, bebida de harina de maíz y soya, avena en hojuelas, aceite y harina de maíz nixtamalizada, productos que serían entregados a familias en 21 de los 22 departamentos del país debido al riesgo de inseguridad alimentaria.
La anulación de la compra se hizo debido a que los plazos establecidos en la Ley de Contrataciones provocarían que los alimentos se recibieran entre junio y julio, cuando el periodo de hambre estacional está casi por concluir, según información del departamento de Comunicación Social del Maga.
Las familias que recibirán el cupón son 354 mil, 300 mil afectadas por la canícula prolongada del año pasado y 54 mil que se agregaron por estar en riesgo alimentario debido a la falta de alimentos y trabajo.
El periodo de hambre estacional ocurre todos los años en Guatemala y se registra entre marzo y agosto; pero, según la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesán), este año el problema comenzó desde la primera quincena de febrero.
Durante estos meses, las familias de agricultores están en riesgo de sufrir desnutrición aguda debido a que ya se terminaron las reservas de alimentos, si es que las tenían, pues el déficit de lluvia del 2018 causó que perdieran entre el 75 y el 100 por ciento de las siembras.
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Además, en ese periodo crítico tampoco hay siembra o cosecha, por lo que la mano de obra no es necesaria y se reducen las oportunidades de trabajo y no hay dinero para la compra de alimentos.
El Maga reconoció que las raciones de alimentos con las que cuenta actualmente en bodega son limitadas y que por ello cambiaron el método de ayuda a los afectados.
Según organizaciones de cooperación internacional que realizan monitoreos, se estima que los afectados por el hambre estacional este año pueden llegar a 500 mil, el Maga explicó que la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesán), entregó un listado con 354 mil familias.
Cupones, otra vez
Para atender de manera más ágil a los afectados, el Maga entregará a cada familia un cupón por un valor de Q200 utilizando el mismo método que cuando se entregaron en el 2018 a los afectados por la canícula prolongada.
Los beneficiarios podrán acudir a una abarrotería a su elección para adquirir productos de la canasta básica con este cupón. Los dueños de la tienda deberán surtir los productos y entregar una factura cuya copia les servirá para reclamar el dinero en efectivo.
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La cartera hizo un convenio con el Crédito Hipotecario Nacional, quien deberá entregar el dinero a los dueños de las abarroterías que se presenten con su copia de la factura.
Para obtener el cupón, los beneficiados deben presentar su Documento Personal de Identificación (DPI), así como una copia.
El año pasado, en total, el Maga debía entregar 300 mil cupones por Q250 a los afectados, pero fueron 284 mil 494 familias las beneficiadas. El ministro, Mario Méndez-Montenegro, afirmó que no se hizo la entrega completa porque hubo beneficiarios que migraron a otras regiones por la cosecha de café u otros productos y esto hizo que se reprogramara la entrega.
Este beneficio fue recibido entre el 26 y el 30 de diciembre del año pasado y se entregaron dos vales en una sola oportunidad, es decir Q500, pero había quedado pendiente una tercera entrega de Q250.
Ahora, debido a que la cifra que se debe atender se incrementó en 54 mil, todos los beneficiados recibirán Q200 y no Q250 como se había anunciado.
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El presupuesto total del Maga para este programa es de Q75 millones, de los cuales entre Q70 millones y Q71 millones se utilizarán en los vales y los otros Q4 millones serán para servicios bancarios, según la información oficial de la cartera.
Practica clientelar
El hecho de que se decida entregar cupones en época electoral pone en duda la transparencia de la acción, señalan activistas expertos en seguridad alimentaria.
Noemí Racancoj, quien representó a la sociedad civil en el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, afirmó que, durante el tiempo de campaña, se da espacio a que se beneficie a gente allegada a un partido.
“Ocurrió cuando se conformaron las planillas municipales, hay pruebas de que les ofrecieron que se va a dar el beneficio a personas a cambio de votos, por lo que hay peligro de clientelismo”, indicó.
Racancoj dijo que como ocurre siempre, “lamentablemente caemos a que el partido que gobierna usa la estrategia para poder tener un beneficio”.
La experta afirmó que la sociedad civil quiere colaborar con el Ejecutivo para garantizar que se brindará el apoyo que se necesita a quienes lo necesitan, pero que no se les ha dado la oportunidad de cumplir con la auditoría social.
“Este tipo de ayuda apoya durante una semana, pero habrá hambre por mucho tiempo más”, reiteró.
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De la misma forma, Byron Garóz, investigador del Centro de Estudios Rurales Ixim, dijo que “a todas luces es una práctica clientelar y partidaria de cara a las elecciones”.
Garóz afirma que el Estado tiene la obligación de responder a las personas que fueron afectadas por la inseguridad alimentaria, pero que el problema es cuando esto se utiliza como una herramienta política.
“Aunque fueran alimentos en grano, repartir esos alimentos ahora, con el sombrero de gobernadores y diputados, va a politizar la situación”, aseguró.
El investigador dijo que “en época electoral es más fuerte la tendencia clientelar. El apoyo que el Estado debe dar tiene que ser general, no solo a quienes apoyan a determinado candidato”.
Según Garóz, el problema ocurre cada año y esto se debe a que no se han tomado medidas de fondo para solucionarlo como “dotar de medios de producción a las personas para cultivar sus productos, se habla de una cantidad justa para producir los alimentos”.
Además, señaló, se necesita asistencia técnica de las instituciones para el apoyo, dotar de tecnología adecuada, información de mercados, semillas mejoradas para evitar el hambre estacional, pero tienen recursos limitados para ello.
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Anomalías denunciadas
La entrega de los cupones, a finales del año pasado, fue una oportunidad para que se cometieran actos de corrupción y así lo reconoció el mismo Maga, pues el ministro interpuso una denuncia penal en el Ministerio Público debido a varias irregularidades.
Según la denuncia, el 26 de diciembre, en Gualán, Zacapa, un hombre “de camisa café y gorra blanca y azul” recibió dos cupones de subvención -por un valor total de Q500 cada uno-, luego llama a algunas personas y les entrega Q400 en efectivo y se queda con los vales y documentos, que se presume, son fotocopias del DPI.
Además, se señaló que, en Cuilco, Huehuetenango, a los 980 beneficiados por el Maga en el municipio se les hizo creer que los cupones solo pueden ser canjeados en tres establecimientos y que el propietario de una de las abarroterías cambia los vales por un valor de Q200 y no de Q250.
En Chiquimula y Jutiapa, los delegados del Maga recibieron información sobre el incremento en los precios de los productos que los beneficiarios adquieren con el vale.
La Contraloría General de Cuentas también presentó hallazgos por la entrega del beneficio, e indicó que el Maga habría entregado 599 cupones a personas que ya fallecieron.
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El hallazgo se hizo a través de un cruce de datos entre el listado de entrega de cupones y las bases de datos de Guatenóminas, Registro Nacional de las Personas, Instituto Guatemalteco de Seguridad Social e Instituto de Recreación de los Trabajadores de la Empresa Privada.
Sobre las denuncias del Maga en el MP, el departamento de comunicación social afirmó que estos fueron casos ajenos a la cartera y que los beneficiados deben ser quienes no deben permitir que se cometan este tipo de actos.
Del hallazgo de la Contraloría, el ministro ya había dicho que era información incorrecta, pues no se habían entregado los listados de los beneficiarios.
Sin plan B
La entrega de estos cupones permitirá que las familias reduzcan su necesidad de alimento; sin embargo, no cubrirá todo el periodo de hambre estacional, por lo que el Maga busca una forma de adquirir los productos.
Según la información de la cartera, por ahora se estará a la espera de la aprobación de un contrato abierto, que debería ser adjudicado en mayo, para poder adquirir los alimentos, pero si esto no ocurre se buscará la forma de comprarlos.
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