El plantón fue realizado por vecinos del asentamiento Jesús de la Buena Esperanza, zona 6, quienes tomaron la medida para llamar la atención de la comuna y que esta les brinden apoyo.
Al menos unas 100 familias del referido asentamiento corren peligro por las grietas que han aparecido en sus viviendas.
Vecinos del lugar informaron que a la 1.30 de la madrugada de este lunes sintieron un pequeño temblor y por la madrugada se percataron que había ocurrido un deslizamiento en el fondo del asentamiento.
Las personas se percataron que después del temblor los inquilinos de al menos un centenar de viviendas reportaron grietas en paredes y pisos de sus residencias.
Los vecinos atribuyen esta situación al poco mantenimiento que han recibido las tuberías de agua potable y drenajes de Empagua, que según ellos provocó el deslizamiento.
Otros testimonios aseguran que hace cinco días hubo otro deslizamiento, pero en esa ocasión solo en unas pocas casas aparecieron grietas.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) llegó a realizar una evaluación al lugar y recomendó a los inquilinos a que dejen las viviendas y se refugien en un albergue habilitado en la zona 6.
En un recorrido hecho por Prensa Libre en el sector, se pudo constatar que hay casas de unos y dos niveles que están en riesgo de colapsar debido a las grietas que hay en las estructuras.
El asentamiento tiene construídas unas 500 viviendas y por la no ser un área autorizada por la comuna para su urbanización es de alto riesgo, según la Conred.
Drama
Julio César Caballeros, originario de San Miguel Tucurú, Alta Verapaz, quien tiene 18 años de vivir en el sector vive un calamidad junto a sus hijos.
Su vivienda es una de las afectadas por lo que tuvo que sacar sus pertenencias, unas camas y electrodomésticos que guardó en la vivienda de un vecino.
Aseguró que su hogar está a punto de colapsar y no tienen a donde ir. “Creo que estoy viviendo la historia de Job que todo lo soporta”, dijo Caballeros.
El hombre se refería a las desventuras que le ha tocado vivir en la vida, ya que según comentó, hace ocho años su vivienda se incendió y perdió todas sus pertenencias.
Más adelante, en el 2010 uno de sus hijos murió en el lugar, arrastrado por una correntada, el cuerpo del menor fue localizado días después en un colector de la zona 18.
“Ahora me pasa esto, la verdad no sé qué es lo que vamos a hacer”, afirma el hombre con el semblante preocupado y la mirada triste.