En 2007 Mario, su madre Nancy, y su hermana Johana de 17, se conducían en un taxi para asistir a la celebración de un cumpleaños.
En el camino quedaron en medio de un ataque armado y fueron alcanzados por balas perdidas, en el lugar murió la adolescente y Mario fue trasladado al hospital.
“La bala lo dejó parapléjico, a pesar de las terapias, no pudo recuperar el movimiento en las piernas. Eso no ha sido obstáculo para que cumpliera algunos sueños”, dijo a Prensa Libre Nancy.
Mario cursa el primer año del ciclo básico y desde el suceso germinó el sueño de ser bombero y salvar vidas, en honor a su hermana fallecida. Hoy la institución edil le ayudó a alcanzar ese anhelo y por un día Mario sonrió luciendo un casco rojo y conviviendo de cerca con sus héroes: los bomberos.
Mario además se su condición física, sufre daños en los riñones, condición que se complica de forma acelerada según la familia.
Niñez en peligro
Lo que alerta a las autoridades por la creciente ola de violencia contra la niñez y adolescencia es que entre los casos se reportan víctimas estranguladas; en uno de los casos conocidos este año, el menor estaba por cumplir un año.
La Fundación Refugio de la Niñez estableció que en enero pasado, según datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), 505 infantes y jóvenes fueron víctimas de la violencia, abuso o maltrato físico.
Las estadísticas del primer mes de 2016 resaltan que del total de víctimas, 55 fallecieron, 49 fueron baleadas durante ataques directos o indirectos, tres murieron por heridas causadas por algún tipo de cuchillo o machete, dos estrangulados y uno decapitado.
“Las muertes por armas de fuego ocupan las cifras más elevadas, se registran menos que en enero de 2015; sin embargo, es lamentable observar los datos donde dos niños fueron estrangulados”, comunicó la Fundación.