Socorristas informaron que el hecho ocurrió ayer en el kilómetro 13.5, calzada Roosevelt, y que la camioneta se dirigía de la capital a San Marcos con unos 18 pasajeros, además del ayudante y el piloto de la unidad.
Trayecto de terror
El reloj marcaba las 5.30 horas. La oscuridad apenas empezaba a irse. El bus de las rutas Marquesita iniciaba su recorrido, cuando al pasar por la calzada Roosevelt cuatro hombres hicieron la parada y abordaron la unidad, según datos que recopiló la Policía.
“Los hombres se sentaron en diferentes lugares, y un minuto después, el que se sentó en el primer sillón se levantó y le apuntó con un arma al piloto de la camioneta. Escuché que lo maltrató y le exigió apagar las luces y bajar el espejo.
Recuerdo que le dijo: Hijo de tantas esto es un asalto, al mismo tiempo se pararon los otros tres. Y mi vista se concentró al frente”, narró mientras tomaba una píldora para tranquilizar sus nervios.
Aseveró que los otros dos minutos fueron, además de largos, de terror, porque uno de los pasajeros en su intento de prevenir el asalto fue baleado.
“Escuché insultos y lejos escuché el forcejeo. Segundos después se escucharon plomazos, y de inmediato los asaltantes, de los nervios, se tiraron del bus”, expresó.
Agregó: “Vi que iban armados. Recuerdo que uno de ellos era un hombre como de 30 años. El resto eran más jóvenes. Miles de cosas pasaban en mi mente. Pero lo más duro fue escuchar que golpeaban a la víctima. Fueron tres minutos, pero sentía que no terminaban”.
Hizo cuentas de que unos 18 usuarios se transportaban en la camioneta y que después de que se bajaron los asaltantes el conductor se estacionó frente a un centro comercial para pedir auxilio a socorristas.
Ayuda
Los Bomberos Voluntarios atendieron la emergencia a las 5.40. “Al momento de llegar tratamos de ayudarlo —al pasajero baleado—, pero lamentablemente las heridas de la bala eran de gravedad y falleció. No pudimos identificar a la persona”, se indicó.
El testigo agregó que la víctima tenía un estuche de pistola, pero fue imposible determinar si iba armado. “Pido a Dios que esto termine. Me siento triste. Gente inocente y trabajadora es la que muere”, se lamentó.