Un estado de calamidad que da vigencia a la restricción de movilización de 10 de la noche a 4 de la mañana del día siguiente y el recordatorio a cumplir las medidas ya conocidas como el distanciamiento social o el respeto al semáforo epidemiológico, dejó a los especialistas esperando un actuar más comprometido de parte del Gobierno.
“Si hace un año tuvimos medidas mucho más drásticas con un pico que no se comparaba con el actual, en esta ocasión esperábamos respuestas mucho más drásticas”, reaccionó el presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos de Guatemala, José Luis Ranero.
Ranero explicó que enviaron a las autoridades de Salud una serie de recomendaciones que ellos consideraban adecuadas al estado actual de la pandemia en el país. Sin embargo, lamentaron que no se hayan tomado en cuenta.
“Habíamos sugerido una restricción completa a todo tipo de reuniones, la restricción de movilización a partir de las seis de la tarde y una restricción total los fines de semana”, explicó.
Para que estas medidas tuvieran un verdadero impacto, dijo, se tenían que implementar durante al menos dos semanas.
La doctora Alicia Chang, vicepresidenta de la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas (AGEI), se inclinó más por una restricción a locales comerciales, bares y restaurantes.
“Los lugares donde la gente tiende a estar sin mascarilla por largos periodos de tiempo son bares y restaurantes, estos los hubieran cerrado muy temprano para evitar que la gente se concentre ahí porque para adquirir el covid-19 se necesita solo de minutos”, enfatizó.
Chang también estuvo de acuerdo en que el toque de queda se tenía que haber decretado, al menos, a partir de las seis de la tarde “eso impide que las personas vayan a centros comerciales, restaurantes y bares que son los centros de contagio más importantes”.
“Entiendo que la situación económica es importante, pero los hospitales ya no pueden más y considero que solo el hecho de hacer un toque de queda más extenso, más temprano y reforzar el teletrabajo pueden generar un impacto más grande”, dijo por su parte la doctora Iris Cazali.
Los galenos se manifestaron de forma preocupada por el mensaje tan laxo del presidente Alejandro Giammattei y agregaron que también se debe poner a la disposición de la población centros de vacunación con horarios más extensos y suficientes pruebas diagnósticas para evitar que el virus se siga propagando a una escala tan alta como la actual.
A decir de la vicepresidenta de la AGEI, por falta de medidas más severas, el país podría enfrentarse a un mes con muchos más contagios de los que el país ha visto hasta el momento.
“El estado de prevención no sirvió”
Una semana antes que Giammattei diera a conocer estas nuevas medidas que pretenden reducir los contagios, el departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) emitió un análisis sobre el estado de prevención decretado por el gobierno el 14 al 30 de julio.
Con una comparación de los casos reportados un mes antes, en el análisis se concluye que esta medida no sirvió para reducir los contagios.
Según dicen en el documento, “en comparación con junio, los contagios aumentaron un 75 por ciento” y solo en el periodo del 14 al 31 de julio el incremento fue del 34 por ciento.
Además, de las personas que murieron por covid-19 de enero a julio de este año, el 20 por cientofue en julio y el pico máximo se reportó precisamente en la segunda quincena de ese mes.
Durante julio, el 56 por ciento de los casos diagnosticados se registraron después de haberse decretado este estado de prevención y aunque este es un análisis preliminar, según explicaron los propios médicos que lo hicieron, hasta el 31 de julio el día con más contagios fue el 27 con 3,575 y fue en agosto cuando el país superó los 4 mil contagios diarios.