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Miedo e inseguridad: lamentan cierre de estación de bomberos en Santa Rosa luego de asesinato de su fundador

El comandante y su hija fueron emboscados el jueves pasado cuando acudían a un llamado de auxilio. Él murió en la balacera.

La estación de bomberos No.115, en Casillas, Santa Rosa, fue cerrada luego del asesinato de su fundador. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández)

La estación de bomberos No.115, en Casillas, Santa Rosa, fue cerrada luego del asesinato de su fundador. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández)

En el sitio turístico Laguna de Ayarza, Casillas, Santa Rosa, el fin de semana se sintió la tristeza que dejó la muerte violenta de Edwin Manolo Ábrego Ibáñez, comandante de la estación de los Bomberos Municipales Departamentales de esa localidad, emboscado el jueves pasado junto a su hija y también socorrista, Beverly Ábrego, cuando atendían una emergencia.

Ayarza solo tiene cuatro agentes de la Policía Nacional Civil para dar seguridad a más de 15 mil personas, pese a que la violencia se incrementa.

La sede bomberil fue fundada hace cinco años por Ábrego Ibáñez, a quien inhumaron ayer, pero cerró sus puertas el sábado. Todo el personal, equipo y ambulancias se trasladó a la estación de Santa Rosa de Lima.

En la sede de Ayarza solo queda una vela encendida, un ramo de flores y cubos de agua para las dos mascotas del comandante.

“¿Qué vamos a hacer ahora que no hay bomberos?”, se preguntan los habitantes.

La joven también resultó herida de bala en el ataque.

“De momento ninguna unidad va a ingresar a esta aldea por lo que ha ocurrido, para resguardar la vida de nuestros elementos, al menos durante los próximos días, mientras nuestras autoridades y las autoridades municipales encuentran una solución”, indicó Cecilio Chacaj, portavoz de la Asociación del citado cuerpo de socorro.

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El cierre de esta estación, la No. 115, es un impacto para la comunidad, pues ahora los vecinos temen un retroceso, cuando los habitantes morían de camino al hospital más cercano, en Jalapa, o en sus casas, sin poder recibir atención médica.

José Adolfo del Cid, maestro de la aldea e integrante del Cocode local, expresó que perder la estación es “lamentable”, porque en el sector hay más de 25 aldeas, cantones y barrios que requieren atención de los socorristas entre 10 y 15 veces al día, pues el Centro de Atención Permanente se ubica en Jutiapa, a 8 km.

“Cuando ellos estaban aquí solo recibían la llamada y llegaban, pero ahora, aquí se va a morir uno sin auxilio de ellos”, lamentó Eluterio Sarceño, uno de los vecinos que hace tres años fue socorrido por los bomberos de la estación 115.

“Un hombre de servicio”

Cinco años atrás, Edwin Manolo Ábrego Ibáñez era miembro de la estación de Bomberos Municipales Departamentales de Casillas, Santa Rosa, al ver la necesitad de los habitantes de Ayarza tomó la determinación de fundar una estación en el lugar.

Quienes lo conocieron señalan que era un hombre incansable, ejemplar, con amor al prójimo y pasión por salvar vidas, no tenía enemigos, afirman.

Vecinos de Ayarza recuerdan al bombero Edwin Manolo Ábrego Ibáñez, en la estación donde trabajó hay una vela encendida en su memoria. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández)

“Su primera función acá no solo fue venir y atender pacientes; también pasó su conocimiento a otras personas”, señaló Henry Sarceño quien fue discípulo de Ábrego Ibáñez, y de quien recibió su uniforme de bombero.

La investigación por parte del Ministerio Público para dar con los responsables de su muerte continúa.

Ambiente de inseguridad

La Subestación 32-3-5 de la Policía Nacional Civil es la encargada de brindar seguridad en más de 25 aldeas con unos 16 mil habitantes. En el sector hay dos radiopatrullas, solo una funciona, la otra esta descompuesta, con las llantas pinchadas y no hay presupuesto para repararla.

A esto se suma que únicamente hay cuatro agentes, dos que patrullan en el único vehículo que funciona, mientras que los otros se quedan en la subestación. Esta falta de recursos contribuye a que la violencia e inseguridad en la aldea no se controle.

“Está crítico aquí, están asaltando a los que van en moto, a pie, y gente armada para a los carros, presencia de la Policía casi no hay”, dijo una vecina del lugar.

En Ayarza, en Santa Rosa, pobladores viven con temor por la violencia e inseguridad. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández)