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Fiscalías se unen para combatir la movilización de pandillas

Una alianza de las fuerzas de seguridad de Guatemala, El Salvador y Honduras contra las pandillas refleja un escenario cada vez más complicado para combatir el crimen trasnacional en una de las zonas sin guerra más violentas del mundo, estimaron analistas.

Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras y Jimmy Morales, presidene de Guatemala, hablan de una fuerza trinacional, en conjunto con El Salvador, para luchar contra las pandillas. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras y Jimmy Morales, presidene de Guatemala, hablan de una fuerza trinacional, en conjunto con El Salvador, para luchar contra las pandillas. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

“El crimen avanzó mucho en nuestros países, por eso es que ahora se busca un plan regional para golpear la peligrosa alianza de pandillas y crimen organizado”, declaró a la  AFP  el analista de temas de seguridad Juan Ramón Medrano.

Los fiscales de los tres países se reunieron el jueves pasado en Guatemala y acordaron apuntar a los cabecillas de pandillas y golpear su expansión económica mediante la incautación de sus bienes.

Al día siguiente en San Salvador los ministros de Seguridad y de Defensa, con sus jefes de policía e inteligencia, propusieron crear una fuerza trinacional, que aún debe ser ratificada por los presidentes para comenzar a funcionar.

Esas alianzas de los países del Triángulo Norte de Centroamérica fue una propuesta del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, quien urgió a sus colegas a “enfrentar uno de los fenómenos delincuenciales que más daño, más sangre y más muerte han generado”.

La iniciativa surge en medio de dificultades para echar a andar la Alianza para la Prosperidad, financiada con un aporte de 750 millones de dólares de Estados Unidos para fomentar el desarrollo y contener la emigración desde el Triángulo Norte de Centroamérica.

Según el analista y profesor universitario salvadoreño Roberto Cañas, el clima de inseguridad atenta contra la alianza pues la violencia y las extorsiones de las pandillas estimulan la migración más que los factores económicos.

Medrano coincidió con la apreciación, al señalar que “Estados Unidos se ha dado cuenta de que la región, además de ser un corredor para la droga, ahora tiene a la delincuencia como la principal plaga en un escenario de baja producción, por lo que es la hora de golpear al crimen y el tráfico de armas y de personas”.

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