Hasta la fecha 180 personas fallecidas por la nueva enfermedad están enterradas en dos cementerios –Las Nubes, Bárcenas y el central– de Villa Nueva, explicó Julio Vásquez, vocero de la municipalidad. No obstante, las autoridades no cuentan con espacios específicos para enterrar los cadáveres porque para solventar la situación están realizando exhumaciones.
“Para crear los espacios estamos haciendo exhumaciones, esto tomando en cuenta de las personas que desde hace cinco años no pagan el servicio del cementerio, como ya no hay un seguimiento a la persona o se califican como abandono. Se hacen las exhumaciones y se crean los espacios”, afirmó Vásquez.
El vocero agregó que de forma ideal deberían tener disponibles 70 espacios para enterrar a personas que fallecieron a causa del covid-19; no obstante, hasta ahora los van creando conforme van llegando los requerimientos. Villa Nueva es uno de los municipios que está en rojo y registra 210 fallecidos, según los registros del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS).
Vásquez afirmó que, durante la pandemia crearon un convenio para que los vecinos que requieran entierros en los cementerios de Villa Nueva lo paguen en cuotas y no al contado. “Dependiendo de cómo el vecino pueda hacer el pago se hace el convenio”, añadió.
Fosas con espacio para dos féretros
En julio pasado las autoridades de Mixco informaron que realizaban hasta cuatro entierros de personas fallecidas por covid-19 por día en el cementerio público y no tenían la capacidad para recibir esta cantidad de cadáveres, por lo que analizaban efectuar una fosa común en un terreno municipal.
Sin embargo, Mynor Espinoza, vocero de la comuna mixqueña, explicó que esta opción fue descartada y debido a que disminuyó a cantidad de cuerpos que llegan al cementerio, hicieron seis fosas con espacio para dos féretros, ya fue utilizado un sepulcro y quedan 10 disponibles. Según la municipalidad de marzo a la fecha, han inhumado a 91 personas por covid-19.
Espinoza afirmó además que no están exhumando ningún cadáver para acondicionar cuerpos de personas fallecidas por el nuevo coronavirus. “Siempre mantenemos el debido respeto por las familias que tienen enterrados ahí a sus difuntos y si fuese necesario se les llama para que se presenten”, resaltó.
Enterradores
Quetzaltenango es un municipio que no tiene problemas para acondicionar espacios en su cementerio público, pero durante mayo, junio y julio, que fueron los meses en donde se incrementaron los entierros por covid-19, las autoridades municipales enfrentaron problemas con los enterradores porque tenían temor de hacer las inhumaciones y contagiarse.
“Quisimos contratar a una funeraria para que realizara este trabajo, pero resultó difícil porque no es competencia de la municipalidad y se corría el riesgo de cometer errores con el erario municipal. Entonces, se contrató a cinco personas bajo el renglón 023 para que hicieran los agujeros, porque nos estaban avanzando los muertos”, explicó Juan Fernando López, alcalde de Quetzaltenango.
López agregó que debido al trabajo exhaustivo que lleva hacer las fosas, una persona tarda un día en excavar el agujero y durante la pandemia han llegado hasta ocho personas fallecidas en un día. Debido a esta situación requirieron los servicios de cinco personas bajo contrato de tres meses para que hicieron las fosas, ya que, las instituciones de salud se encargan de los entierros, pero siempre persiste el temor a que se contagien porque en algunas ocasiones mientras cavan cerca están enterrando a una persona.
El jefe edil afirmó que tienen previsto entre 350 y 400 espacios para cadáveres covid-19 en el cementerio municipal, hasta la fecha están enterradas aproximadamente 105 personas fallecidas por causa de covid-19.
López llamó a la reflexión a los vecinos de Quetzaltenango para que continúen con las medidas sanitarias, el distanciamiento social y el uso de mascarilla para evitar contagios y muertes por la nueva enfermedad y así evitar que se rebase la capacidad máxima del cementerio.
Adversidades
Marvin de León, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Municipalidades (Anam), explicó que durante la pandemia han conocido que los alcaldes de varias comunas han tenido diversos problemas para los entierros de los cadáveres del nuevo coronavirus, porque no tenías previstos los espacios en los cementerios o han hecho acondicionado más fosas en los camposantos.
“Ningún alcalde por más de tres o cuatro períodos que llevara en el cargo estaba preparado para la pandemia y han sido el primer frente en esta emergencia. (…) Todos los municipios han hecho su esfuerzo y se han enfrentado a varias adversidades”, resaltó de León.
