El cierre por la pandemia ocurrió el 16 de marzo del 2020 y la disposición inmediata fue impartir clases a distancia; la toma estudiantil duró 386 y terminó el pasado 9 de junio, tres días después llegó personal del MP, y fue hasta el pasado lunes que se reanudaron las actividades en la ciudad universitaria.
Será un regreso a la presencialidad paulatino y por fases. El Consejo Superior Universitario (CSU) acordó que en la primera etapa se reactivaran las actividades administrativas en 20 unidades y en cinco facultades: Ingeniería, Odontología, Humanidades, Ciencias Económicas y Ciencias Jurídicas y Sociales.
Personal de esas áreas es el único que tiene autorizado ingresar, y al ingreso deben identificarse con nombre, número del Documento Personal de Identificación (DPI) y unidad a la que pertenecen. El equipo periodístico de Prensa Libre llegó a documentar el regreso a la presencialidad en la Usac y aunque el campus es público, trabajadores del área de comunicación de la rectoría evitaron que se documentara fotográficamente el estado del campus más allá de la plaza central, justificando que se necesitaba una autorización de las autoridades.
Trabajos de restauración
Germán Hernández, peón en el departamento de servicios, es uno de los trabajadores que se ocupan de remover el monte y la hierba que creció durante el tiempo que el campus central de la Usac estuvo cerrado.
“Somos de 60 a 65 trabajadores del departamento de servicios, todos estamos en las labores de limpieza. Se está usando a todo el personal para aprovechar el tiempo y sacar esto lo más pronto posible, pero llevará tiempo. Estamos calculando terminar, si es posible, a finales de noviembre”, dijo Hernández.
Refiere que comenzaron a trabajar el pasado 10 de agosto con el chapeo y barrido en los encaminamientos, desde el edificio de la Biblioteca hacia los edificios S-9 y S-10, donde se ubica la Facultad de Ciencias Económicas. También se han limpiado parqueos para que el personal administrativo pueda ingresar al campus.
Los matorrales que llenaban la plaza frente a la Rectoría ya fueron retirados y por ahora se recoge la basura. Este lunes se comenzó a retirar la vegetación que se extendió por la Plaza de los Mártires, que según Hernández, llevará unos tres días la tarea de limpieza.
“Calculamos que para el miércoles -terminamos-, porque acá el monte está más sazón y cuesta más usar la máquina -podadora-”, agregó.
Recuperar el ornato de la ciudad universitaria llevará un par de meses más, pues deben limpiar el camino que rodea el campus, ya que durante el tiempo que duró el cierre se dejó de dar mantenimiento a las áreas verdes.
De regreso a las aulas
La Facultad de Odontología es una de las que regresó esta semana a la presencialidad. En 2022 tenía mil 48 estudiantes inscritos.
Rebeca Valladares cursa el cuarto año de la carrera, asegura que volver al campus después de tres años le provocó emociones ambivalentes.
“El regreso es emocionante pero a la vez triste, porque se ve todo descuidado. Como estudiantes de Odontología necesitábamos volver a la presencialidad. Para nosotros es importante, necesitamos la presencia de pacientes, las clínicas, de los laboratorios”, dijo.
Valladares mencionó que durante el tiempo que el campus central de la Usac estuvo cerrado fue difícil para ella y sus compañeros continuar con los estudios. Las clases teóricas la recibieron en línea, mientras que, para los exámenes parciales, laboratorios y algunas otras actividades que requerían la presencialidad debieron movilizarse al Centro Universitario Metropolitano de la zona 11 o bien al de Mixco.
“Un depósito dental nos prestó las instalaciones para hacer los laboratorios”, refirió.
Muchos estudiantes no soportaron esa inestabilidad.
“Fue cansado, tedioso, difícil, hubo estudiantes que se fueron a otras universidades en un momento de desesperación. Fueron varios años -a distancia- y no se avanzó al 100%”, agregó la estudiante.
Catedráticos universitarios han dicho que luego de tres años a distancia es innegable que haya un bajo nivel académico en los estudiantes, y es necesario que haya un proceso de equiparación de conocimientos, principalmente entre quienes no han tenido un contacto directo con la universidad y aquellos que ingresaron durante la pandemia.
“Queremos que todo vuelva a la normalidad, tanto clases como laboratorios, que se abran las clínicas y que se pueda atender a los pacientes, que no nos quedemos estancados, que podamos cerrar y graduarnos”, dijo Valladares.