Desde abril del año pasado, la Mancomunidad Gran Ciudad del Sur, que agrupa a las siete comunas de esa región del departamento de Guatemala, hizo público su interés de comprar un terreno adecuado y, aunque ya se ha avanzado con la localización de al menos uno cuyo valor, incluso, ya fue avalado por la Dirección de Catastro y Avalúo de Bienes Inmuebles (Dicabi) no hay fondos para adquirirlo.
El terreno se utilizará para la construcción de un relleno sanitario que sustituya al que está en el kilómetro 22.5 de la ruta al Pacífico, y que está bajo la administración de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del lago de Amatitlán (Amsa), pero cuya vida útil ya terminó, según reconocen las mismas autoridades.
A inicios del año pasado, ese lugar —que empezó como un relleno sanitario, pero se degeneró a solo un botadero de basura— ardía sin control, debido al mal manejo que durante años se hizo de los desechos sólidos.
La amplia cobertura que hicieron los medios de comunicación sobre el siniestro causó que las más altas autoridades del Gobierno intervinieran. El 11 de febrero del año pasado el presidente Alejandro Giammattei anunció el cierre del vertedero manejado por Amsa y se conformó una mesa técnica para dar una solución definitiva al problema.
Avance lento
Pero el avance en la búsqueda de esa solución es lento y, por el momento, lo primero que hace falta para empezar la construcción del nuevo relleno sanitario es lo más importante: un terreno.
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El gerente de la Mancomunidad, Thomas Henry, dijo que algunas comunas no pueden darse el lujo de sacrificar recursos que utilizan para dar servicios a sus vecinos y utilizarlos para la compra de un terreno, y considera que sin el apoyo del Organismo Ejecutivo “nunca vamos a tener los fondos”.
Explicó que el año pasado se identificó un terreno que tiene las condiciones necesarias para la construcción del relleno sanitario y cuyo valor ya fue avalado por el Dicabi, pero “el gran problema es que quieren que se compre con fondos de la Mancomunidad”, cuando aparte de los siete municipios que la integran hay otros 30 que en algún momento tendrán que utilizarlo, ante el inminente cierre del que maneja Amsa.
Henry dijo que han trabajado “muy de la mano” con el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn) y han recibido el respaldo de la Comisión Presidencial de Asuntos Municipales; sin embargo, subrayó: “hemos cursado varias cartas con el presidente —Giammattei—, pero no hemos tenido respuesta”.
El gerente de la Mancomunidad sugiere que el terreno puede ser comprado por una entidad gubernamental, y que si Amsa ya no será la entidad responsable del manejo del relleno sanitario se le tendría que recortar el presupuesto al mínimo para utilizar esos recursos en hallar una solución. “Es un problema nacional el que se está vislumbrando porque aquí vienen a botar basura, incluso, desde Petén”, expuso Henry.
Millonaria inversión
Lo que se necesita no es poco dinero. Aparte de la compra del terreno, se estima que se requerirán otros Q144 millones para instalar el nuevo relleno con las características técnicas que requiere el Marn, según el Reglamento para la gestión integral de los residuos y desechos sólidos, en vigencia desde agosto del año pasado.
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El área que ya ha sido identificada que se encuentra a unos cinco kilómetros de donde se ubica el vertedero de Amsa, necesitará inversión en infraestructura, pozos mecánicos, retroexcavadoras y una membrana que se coloca en el subsuelo para evitar la contaminación de mantos acuíferos subterráneos por la descomposición de los residuos.
Además, también se requeriría invertir en un paso elevado o subterráneo para el ingreso de camiones.
Henry teme que pase lo mismo que en el vertedero de la zona 3 capitalina. “Vienen que mañana, luego que pasado… y no hay una solución”, expuso. Lamentó que, pese a que el año pasado se reunieron con diputados del Congreso, no hubo una asignación en el presupuesto 2022.
“Sin embargo, les dan dinero a muchas oenegés, y a un tema que tiene que ver con más de dos millones de habitantes, no se le puso interés”, señaló.
Terreno en Villa Nueva
El alcalde Villa Nueva, Javier Gramajo, dijo que, aparte del terreno que piensa adquirir la Mancomunidad para la construcción del relleno, su municipio ya cuenta con uno, de 17 manzanas, en el kilómetro 25 de la ruta a Amatitlán, que está valorado en Q15 millones.
Indicó que ya se hizo una inversión de Q3.5 millones para los estudios de impacto ambiental y que están a la espera de que el Marn les de la licencia. En principio el terreno enfrentaba algún litigio, pero estos problemas “se han ido solventando”, aseguró el alcalde. En seguida se harán los trámites en el Ministerio de Salud y posteriormente con la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres.
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“Esperamos que en marzo tengamos todo el procedimiento para iniciar la licitación para la concesión del relleno sanitario y a finales de 2022 demos inicio a la apertura del proyecto”, explicó Gramajo. No descarta que para fines de año ya se pueda abrir el relleno.
En principio, dijo el alcalde, el relleno sanitario sería 100 por ciento municipal, administrado y reglamentado por la comuna, aunque después, si les parece a los otros municipios “estaríamos en disposición de dar espacio”, priorizando a los que están en la cuenca del lago de Amatitlán.
Gramajo considera que la solución más viable es que el proyecto se instale con inversión privada, y aunque no se tiene una estimación de cuánto podría costar la instalación de un relleno en esa localidad, afirmó que “ninguna municipalidad, ni siquiera juntando a las siete de la Mancomunidad, tienen la capacidad financiera para hacerlo”.
Desinterés
El diputado Edgar Batres, presidente de la Comisión del Menor y la Familia del Congreso, le dio seguimiento al tema el año pasado y dijo que, aunque se solicitó a la Comisión de Finanzas que incluyera Q25 millones para la adquisición del terreno no hubo respuesta y “al día de hoy ninguna municipalidad ha considerado recursos” para tal fin.
El legislador considera que hay “un total desinterés” de las autoridades involucradas para solucionar un problema que “tarde o temprano tendrán que enfrentar”.
Al respecto, el comisionado Presidencial de Asuntos Municipales, Luis Ruano, expuso que la mesa técnica que integran junto con la Mancomunidad, el Instituto de Fomento Municipal (Infom) y el Ministerio de Ambiente, cree que el terreno se puede adquirir a través de un préstamo del propio Infom o bien arrendarlo con opción a compra en el futuro.
Dijo que la mesa descartó el año pasado que el Congreso asignara los recursos dentro del presupuesto ya que hubiera sido complicado porque es un tema de competencia municipal.
“El artículo 68 del Código Municipal dice que la prestación de servicios públicos, agua y saneamiento son de competencia municipal, por eso los gobiernos locales son los encargados de la recolección y el cobro de este servicio”, enfatizó Ruano al ser consultado de si hay posibilidad de que el Gobierno Central apoye financieramente la instalación del relleno sanitario.
Cierre avanza
Mientras tanto, la Subdirección Ejecutiva y División de Líquidos y Sólidos de Amsa informó a Prensa Libre que ya se encuentran en la fase de “pre-cierre” del vertedero y que el año pasado se gestionó el instrumento ambiental para el cierre técnico definitivo y ya se obtuvo la resolución del Marn para implementar las acciones.
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Añadió que dicha fase concluirá en enero del próximo año, y que para evitar siniestros como el del año pasado han sostenido reuniones con distintas autoridades para planificar la respuesta en caso ocurra una emergencia.
Cada día, aproximadamente 250 camiones ingresan al vertedero a dejar residuos sólidos, lo que representa entre mil y mil 400 toneladas de desechos que provienen de una treintena de municipios, explicó Amsa.