El presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala, Gonzalo de Villa, calificó como asesinatos la práctica del aborto que promueve Women on Waves.
“Esto atenta contra la soberanía y la dignidad del país teniendo en cuenta las leyes que nosotros tenemos. Como Iglesia católica nos parece muy ofensivo que esta entidad venga hacer esa práctica de abortos que es en definitiva practicar asesinato, que ellos le llaman derechos humanos reproductivos de las mujeres”, criticó De Villa.
Según el religioso, la práctica de abortos en mujeres guatemaltecas daña al país: “Nos están tratando como un país bananero de tercera clase, estamos ofendidos de que venga esta intervención a pretender saltarse la ley guatemalteca con una triquiñuela y además haciendo un numerito escenográfico en el puerto”.
Piden denunciar
De Villa hizo un llamado a las autoridades para no respaldar la iniciativa. “Hago un llamado a los feligreses a que no concurran y que denuncien en las medidas de sus posibilidades y sería peor que el Gobierno lo permita”.
La Iglesia evangélica también criticó la promoción del aborto en mujeres guatemaltecas. El presidente de la Alianza Evangélica, César Vásquez, consideró que estos procedimientos médicos “son crímenes de lesa humanidad”.
Vásquez indicó que la iglesia está a favor de la vida: “En ningún momento nuestras iglesias y miembros apoyan el aborto, nosotros abrazamos la vida”.
Tanto Vásquez como De Villa pidieron a las autoridades denunciar o restringir el funcionamiento del barco.
Discuten el aborto
En la sesión del Congreso de este jueves diputados promovieron un punto resolutivo para rechazar la práctica de abortos en mujeres guatemaltecas en el barco de la oenegé holandesa.
Pero no todos se mostraron tajantes con la oferta de abortos. La diputada Sandra Morán dijo que el barco “es una opción”.
“Ha llegado a Guatemala el barco de la muerte”, exclamó en la sesión el parlamentario Raúl Romero.
El barco, un velero para 10 personas, trae activistas de Brasil, Austria, Alemania, Holanda, España y Guatemala, quienes pretendían trasladar a mujeres guatemaltecas a aguas internacionales para interrumpir embarazos no deseados.
El seminarista católico cubano Gil Hernández irrumpió en la conferencia de prensa que Women on Waves dio al grito de “este no es un barco por la vida”. Expresó que los activistas “dicen que luchan por la vida y los derechos humanos, pero parece que asesinar se ha vuelto un derecho humano”.
Otro grupo, de unos siete evangélicos, gritó: “el aborto es un asesinato”, lo que generó un momento de tensión que provocó el fin de la conferencia de prensa.
La fundadora de la ONG, Rebeca Gomberts, respondió a los manifestantes que cada año unas 21 mil 600 mujeres en Guatemala ingresan a hospitales con complicaciones relacionadas con abortos clandestinos, los que señaló como la tercera causa de mortalidad materna.
“Estamos muy decepcionados por la actitud de la Administración Portuaria. No sabemos quién es responsable de negarnos acceso al muelle”, dijo Gomberts, asegurando que cuenta con los permisos para ingresar a Guatemala.
La PDH llegó al lugar e hizo la observación que Women on Waves tramitó permiso de turismo para ingresar a Guatemala.