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Pacientes con males hepáticos fallecen sin recibir atención

Unidad hepática lleva cuatro años en proyecto, por falta de voluntad política.

Alessandro Santiago Lobo padecía atresia biliar, una enfermedad congénita que impide que la bilis drene correctamente.

Alessandro Santiago Lobo padecía atresia biliar, una enfermedad congénita que impide que la bilis drene correctamente.

Fabián Alessandro Santiago Lobo, de 15 meses de edad, es una de las 10 personas que han fallecido en las últimas dos semanas por algún padecimiento hepático, mientras  la Unidad de Trasplante Hepático del Ministerio de Salud, anunciada hace cuatro años, aún no funciona; médicos especializados en el extranjero hacen gestiones para su implementación.

Los pacientes hepáticos fallecidos están registrados porque recibían apoyo de Fundahepa, organización que se formó debido a la debilidad institucional para atender este tipo de padecimientos, pero se desconoce cuántas personas con problemas en el hígado acuden al sistema público de salud.

Ernesto Morales, presidente de Fundahepa, afirmó que a la enfermedad hepática no se le da importancia y que muchos incluso desconocen que el hígado puede enfermar por razones ajenas a la ingesta de licor.

La organización atiende a entre 10 y 15 pacientes cada semana, a quienes ayuda con la compra de medicinas, exámenes de laboratorio y otras evaluaciones que se requieren.

Según Morales, la inversión inicial para cada paciente asciende a Q5 mil.

Promesa sin cumplir

En enero del 2013, el entonces ministro de Salud, Jorge Villavicencio, prometió  que en junio de ese año se abriría la primera unidad de trasplante de hígado para Guatemala y Centroamérica y que beneficiaría a los “cuatro mil 600 enfermos que se diagnostican cada año”.

Para abrir la Unidad se contaba con el apoyo de Taiwán, país  donde 13 médicos guatemaltecos se especializaron en el trasplante hepático, durante todo el 2012. Además se había destinado para su funcionamiento un espacio en el Hospital Roosevelt, aunque después se dijo que sería en el General San Juan de Dios.

Cuatro años han pasado  y cinco ministros, pero la unidad aún no ha sido instalada.

Trabajo arduo

El equipo de médicos especializados en Taiwán trabaja en los hospitales Roosevelt y San Juan de Dios donde hacen trasplantes de riñón.

“De esta forma se mantiene la práctica, para cuando ya se puedan hacer los trasplantes de hígado”, afirmó Rudolf García-Gallont, uno de los cirujanos.

Según el médico, la unidad de trasplante no se podía abrir porque la cartera de Salud no hizo las gestiones necesarias, y por eso  los 13 especialistas impulsan los cambios  por su cuenta.

“Se busca en el Congreso que se implemente una ley que regule la obtención y distribución de órganos cadavéricos y que se regule bien la donación entre vivos”, explicó García-Gallont.

Otra gestión que efectúan los profesionales es la creación de la oficina de coordinación hospitalaria de trasplantes, la cual se encargaría de detectar en las áreas de cuidados intensivos a pacientes que al fallecer podrían ser donantes.

Además, en diciembre recién pasado se inauguró, con apoyo de la fundación Donaré, un laboratorio de compatibilidad de tejidos, para asignar los órganos a pacientes que estén en lista de espera.

“Mientras, lamentablemente, algún guatemalteco va a morir, pero que esto sirva como motivación para que las autoridades de Salud le den importancia a los proyectos de trasplante”, dijo.

El Ministerio de Salud indicó que durante la transición de gobierno no se mencionó la Unidad y se desconoce su estado actual.

Proyecto novedoso

La idea para instalar la unidad de trasplante hepático comenzó en el 2010, con la visita al país del médico taiwanés Chen Chao-long.

Esta sería la primera unidad de trasplante de hígado para Centroamérica y se instalaría en Guatemala.

Durante todo el 2012, el médico Chen Chao-long capacitó a 13 cirujanos guatemaltecos para el trasplante de ese órgano.

En enero del 2013, el entonces ministro de Salud, Jorge Villavicencio, anunció la apertura de la unidad en el Hospital Roosevelt.

En el 2015 se anunció que para agosto, que se invertirían Q3.8 millones y se instalaría en el Hospital General San Juan de Dios. Tendría dos quirófanos.

En septiembre del 2015, el entonces vicepresidente, Alfonso Fuentes, dijo que se instalaría en el Hospital Militar.

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