Localizado en la parte nororiental del departamento de Escuintla y a 40 kilómetros de la ciudad de Guatemala, Palín, fue en la época colonial un apéndice de la parroquia de Amatitlán y se le llamaba San Cristóbal Palín.
Hoy pertenece a Escuintla y es un punto de referencia debido a que es la ruta nacional hacia la cabecera y a puerto Quetzal que pasaba a un lado del pueblo, pero por la expansión territorial quedó en el medio.
Unos 20 mil vehículos de todo tipo atraviesan la arteria, afirma Carlos Chinchilla, subdirector de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) del municipio.
De martes a viernes, y durante algunos fines de semana, el tráfico domina la vida en el casco central de Palín. El congestionamiento suele empezar a las 10 horas y se extiende hasta las 3 de la tarde.
A lo largo de 6 kilómetros que se tornan en curvas hacia la salida del municipio, se da el embotellamiento diario que, a paso lento, sigue en dirección a Escuintla y la ciudad capital.
En el municipio no hay semáforos. En su lugar, 6 agentes de la Policía Municipal de Tránsito regulan el tráfico a lo largo de dos turnos diarios, según indica Carlos Chinchilla.
El alcalde de la comuna, José Ricardo Quezada, no descarta que el tráfico en Palín representa un inconveniente para la población palineca, e incluso, para los vecinos de Escuintla y Amatitlán.
Quezada atribuye a distintos factores al constante congestionamiento. Explica que la carretera CA-9 tiene túmulos que ralentizan el flujo, y que, además, permite ventas en la orilla de la vía central; mismas que a la vez, generan más tráfico.
Personas como Lesbia Porón, Edwing Malchic y su esposa, Verónica Mita han aprovechado el flujo vehicular para mantener sus hogares, mediante la venta de alimentos y fruta.
Los tres concuerdan en que el tráfico es un tema incómodo para la población. Sin embargo, aseguran que gracias a este generan ventas diarias. “El tráfico le da vida a Palín”, expresa Malchic, quien a diario vende un aproximado de 80 a 100 vasos con fruta en el tráfico.
El alcalde Quezada comenta que se están realizando planes de mejora para el flujo vehicular. Entre las propuestas municipales se habla de colocar un puente Bailey en uno de los puntos de la ruta para liberar el flujo de transporte liviano.
Aun así, el constante flujo en Palín sigue generando incomodidad y también accidentes. Según datos de la PMT, entre enero y agosto de este año se contabilizaron 280 accidentes en la comuna. Entre abril y agosto se extendieron 98 multas a vehículos.
Para Lisseth Estrada, vecina de Palín desde hace 49 años, y quien fuera segunda concejal de la Municipalidad durante el gobierno pasado, el problema en la CA-9 no se debe a la contaminación visual o sonora, “sino al riesgo en el que se está poniendo a las personas”.
Si de una causa se habla, muchas personas no dudan en responder que se debe al constante flujo de transporte pesado. El alcalde agrega que, en algunas subidas hacia el final del municipio, hay tramos en donde son frecuentes las fallas mecánicas. Esto produce que se detengan de manera imprevista y agraven el atasco.
De acuerdo con Rony Mendoza, presidente de la Gremial de pilotos de transporte pesado, 4 mil 600 tráileres semanales atraviesan en promedio el casco central de Palín en ambas direcciones.
La ex concejal Estrada cree que el embotellamiento se debe a los camiones, pero no demerita su vital función. “El transporte pesado mantiene al país, y además sus trabajadores se están exponiendo a pesar de la pandemia. No tengo nada en contra de ellos, pero son quienes crean el caos vehicular en la población”.
El director de la Gremial menciona que cerca de un 87 por ciento del Producto Interno Bruto del país es transportado en camiones que atraviesan el país.
Además del congestionamiento, el tráfico de muchas de estas unidades ha ocasionado daño en el municipio, ya que, al parquearse a orillas de la carretera, desgastan los camellones y desagües pluviales.
Estrada reconoce que no hay facultad para limitar la libre locomoción a los transportistas de carga pesada, pero sí para “coordinar acciones que vayan en beneficio de los vecinos”.
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Un desvío ante lo oneroso
Llegar o regresar a Escuintla y Ciudad de Guatemala, pasando por Palín, se puede lograr a través de la autopista CA9-Sur, más conocida como la ruta de peaje. Con al menos dos carriles por lado, permite llegar de Escuintla a Palín en menos de 20 minutos.
El 11 de septiembre de 1997 se estableció el contrato 642-97-DGC, como una concesión entre el Ministerio de Comunicaciones, Transporte y Obras Públicas (como parte “concedente”) y la Constructora Marhnos S.A., hoy llamada Siva (como “concesionario”).
En el mismo se indicó que Marhnos estaría a cargo de la operación, mantenimiento y conservación del tramo Palín – Escuintla que comprende una longitud aproximada de 29.63 kilómetros. Para dicha operación, el contrato atribuyó al concesionario: cobro de tarifas, chequeo de ingreso, relaciones públicas, seguridad, servicios de emergencia, así como otras responsabilidades, para 25 años.
Además, se estableció que, con el cobro, el concesionario debería construir dos carriles adicionales en el tramo Escuintla – Puerto Quetzal, con una longitud de 37 kilómetros. El valor del contrato se determinaría por una inversión equivalente a 129 millones 387 mil 597 quetzales.
Ante esta situación, el Ministerio de Comunicaciones autorizó a Marhnos el cobro de tarifas de peaje por circulación, dependiendo del tipo de vehículo.
Peaje
Montos actuales que se deben cancelar en las garitas por tipo de vehículo en el peaje administrado por Siva:
- Motocicletas: Q.7.00
- Automóviles: Q.15.25
- Vehículos con carretón o eje extra: Q.29.25
- Pesados: Q.30.50
- Tres ejes: Q.45.75
- Cinco ejes: Q.76.50
- Seis ejes: Q.91.75
De acuerdo con el director de la Gremial de pilotos de transporte pesado, a lo largo de los últimos años, este peaje ha provocado que muchos transportistas con ruta al sur prefieran tomar la carretera antigua.
La Gremial cuenta con 22 mil 965 agremiados, de los cuales 7 mil 870 son dueños de su propio camión, de los cuales en gran mayoría optan por no pagar peaje. Mendoza está consciente del problema de tráfico en Palín, pero también de los costos de operación.
Ejemplifica que, si un viaje cuesta normalmente Q.1 mil para el transportista, al pagar ida y vuelta mediante el peaje, se elevaría a Q.1, 300.
El director de la Gremial infiere que, si se disminuyeran las tarifas, Siva estaría favorecida, ya que los transportistas de camiones con varios ejes transitarían por el peaje. Agrega que este año, han dirigido 7 cartas a Siva, solicitando una reunión para dialogar sobre una disminución del peaje, pero no han tenido respuesta.
La empresa encargada de la CA-9 Sur respondió que no se ha tenido conocimiento de dichas solicitudes. De acuerdo con información de Celeste Rosales —encargada de Relaciones Públicas—, a la fecha Siva ha tenido acercamientos junto al alcalde de Palín para hablar de la disminución del costo de peaje para transporte pesado; sin embargo, no se ha concretado un acuerdo.