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El presupuesto asignado este año al Hospital General San Juan de Dios fue de Q799 millones 619 mil 258, y de acuerdo con el director de la institución, Jorge Fernando Solares Ovalle, es suficiente para atender las necesidades del nosocomio.
Dentro de esa asignación se tenía contemplada la ejecución de varios proyectos, uno de ellos la construcción de un edificio para atender a neonatos. Sin embargo, por aspectos técnicos no se pudo concretar este año.
Ese dinero, dice el director, no se logrará ejecutar, como tampoco los trabajos que realizarían en la sala de emergencias, por lo que al final de año se irá a un fondo común. Es ese monto será el que se utilizará para pagar el laudo arbitral, y asegura que no se tocarán los fondos para la atención a pacientes.
Para el 2020, de aprobarse el Proyecto de Presupuesto, el hospital tendrá Q741.6 millones, lo que significa una reducción de Q57 millones 964 mil 341
Pacientes, los mal pagados
Desde hace semanas, quienes llegan al área de oncología se han topado con que no hay medicamento para el tratamiento que requieren, y que el servicio de tomografía es irregular, dice Marta Quiñónez. Ella trabaja como voluntaria en el área, donde diariamente llegan entre tres y cuatro pacientes nuevos.
El director del hospital refiere que la mayor inversión que el hospital hace en abastecimiento de medicamentos es para pacientes oncológicos y hemato oncológicos, y tratan de tenerlos en existencia. Sin embargo, Quiñónez, indica que cuando no hay medicina los enfermos deben comprarla y la mayoría es de escasos recursos.
La institución tiene una cantidad limitada de insumos para hacer tomografías, por lo que priorizan los casos urgentes, los demás, los programan. “Lo que pasa es que la gente quiere que inmediatamente se le atienda. Eso no se puede”, menciona Solares Ovalle.
Las precariedades también se observan en el área de encamamiento. En todo el hospital hay 1 mil 200 camas, que son insuficientes para la población que demanda atención, y están en malas condiciones.
Gonzalo de Jesús Campos Ávila, delegado del Comité Permanente de Trabajadores Coaligados del Hospital General San Juan de Dios (Copetraco), refiere que hay camas oxidadas y con trozos de madera en lugar de rodos, las colchonetas ya no sirven.
A esto añade que los “carros termo” que usan para llevar los alimentos a los pacientes están deteriorados. La comida llega fría a los enfermos. “Ahora es cualquier carretilla. Lo que hacen es ponerles una tapadera a las ollas. Es una gran contaminación”, indica.
El personal no se da abasto para atender a los internos, el representante de los trabajadores dice que hay dos auxiliares de enfermería para socorrer a más de 30 pacientes. Además, en el área donde pernoctan los estudiantes de Medicina la plaga de chinches no ha sido controlada, según han manifestado.
Campos Ávila refiere que varias veces han denunciado esta situación y las autoridades no hacen nada.
Entre chatarra
Lejos de lo que se observa en los pasillos hay áreas ocultas para los pacientes y que son vitales para el funcionamiento del hospital. Si no se atienden, el servicio podría colapsar.
El área de calderas es una de ellas. Allí hay dos máquinas, pero solo una funciona. Es la más antigua y por momentos colapsa, como Prensa Libre evidenció durante un recorrido por el lugar.
De su funcionamiento depende el suministro de agua para todo el edificio, la esterilización del equipo médico y los biberones para alimentar a los internos de Pediatría. Cuando las calderas no sirven el trabajo en la lavandería se paraliza y es común ver volcanes de ropa sucia en cada rincón.
Solares Ovalle indica que las calderas no han dejado de funcionar, “tampoco van a explotar”, aclara. Sin embargo, reconoce que es necesario cambiarlas. “Ya es necesario renovarlas. De hecho, ya se adjudicó la compra de dos calderas, que van a entrar en junio del año entrante, porque todavía las están elaborando”.
Durante el recorrido se observó acumulación de chatarra en áreas exteriores que conectan varios edificios, entre ellos, la Pediatría. También hay a un costado del parqueo.
Hay armazones de camillas y cunas ya oxidadas amontonadas, puertas, equipo de computo deteriorado, escritorios y archivos de oficina, que acumulan agua de lluvia.
Esto representa un riesgo para la salud de los pacientes y empleados, ya que fácilmente puede convertirse en criadero de zancudos, principalmente el Aedes aegypti transmisor del dengue.
Inversión en servicio
Con los Q66.6 millones que el Hospital General dará a los trabajadores, para cumplir con la orden judicial, se podría pagar los siguientes servicios en beneficio de los pacientes:
- 55 mil 500 tomografías a Q1 mil 200, que según el director del hospital es el precio en el servicio privado.
- 111 mil 440 servicios de hemodiálisis completos a Q597.63 cada uno, precio que el nosocomio paga, según cotización en Guatecompras.
- 15 calderas con un precio de Q4 millones 248 mil, como el establecido para la compra de las dos máquinas que hospital adquirirá.
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