Según los detalles del Renap, entregados a Prensa Libre, al último día del año pasado se había registrado a 17 millones 154 mil 812 personas en Guatemala; de las cuales ocho millones 378 mil 742 son hombres y ocho millones 776 mil 70, mujeres (diferencia superior a 397 mil).
Los menores suman seis millones 951 mil 836 y los mayores de edad llegan a los 10 millones 202 mil 976.
Políticas públicas
El director ejecutivo del Renap, Rudy Gallardo, considera que tener actualizada la cifra de población es clave para las instituciones públicas.
“Esta estadística demográfica que nosotros proporcionamos puede servir para generar políticas públicas. Una vez se obtienen los diferentes rangos de edad, sexo y ubicación geográfica se pueden generar políticas para niños, adolescentes, tercera y cuarta edad”, explicó Gallardo.
El funcionario asegura que la información puede servir para la actividad comercial. La iniciativa privada puede impulsar negocios y desarrollo económico al saber a qué mercado dirigirse, refirió.
“Los datos pueden servir en seguridad, sobre todo en la parte preventiva. Esquemas de educación para verificar cobertura, y en Salud, para establecer programas de vacunación y prevención de enfermedades”, dijo.
Los índices que se utilizan para generar las políticas públicas no son confiables, debido a la falta de un censo.
Según normas internacionales, es recomendable hacer un censo de población y vivienda cada 10 años, y cada cinco, un conteo general para observar los cambios. El XI Censo Nacional de Población y el VI de Habitación se efectuaron en el 2002, por lo que debió haber un conteo de población y vivienda en el 2007 y un censo completo en el 2012.
De esa cuenta, en Guatemala se trabaja con estadísticas de 13 años de antigüedad, lo cual impacta en las políticas públicas. La información imprecisa que se genera con proyecciones atrasadas hace que la planificación del Estado no cumpla con las expectativas y necesidades reales.
Expertos coinciden en que la falta de datos actualizados sobre educación, salud y otras áreas no permite conocer la realidad en asuntos sensibles, puesto que no se cuenta con datos reales o confiables sobre la cantidad de mujeres, niñas, niños o adultos mayores.