El colapso de la carretera CA9-Sur en el kilómetro 17.5 comenzó desde hace años, sin que las autoridades tuvieran la capacidad —o voluntad— de detectar un problema, que ahora es causa de pérdidas económicas y de tiempo, afirman ingenieros consultados.
Desde 2013 había advertencias. Ese año un grupo de vecinos de los alrededores de ese kilómetro envió una carta al Ministerio de Comunicaciones Infraestructura y Vivienda (CIV) en la que advertían del “alto riesgo” en que se encontraba la carretera y que “expertos en el tema de ríos”, les indicaban que el área corría “serios peligros” si no se hacían trabajos de obra civil en las bóvedas que la atraviesan.
La fuerza del río y el escaso mantenimiento, advertían, “pueden ocasionar que exista un hundimiento” y con ello “un desastre” en la ruta. Por esos años, el CIV estaba a cargo de Alejandro Sinibaldi, señalado por varios casos de corrupción y quien aún permanece en prisión.
El desastre llegó el 2 de agosto pasado cuando las bóvedas por donde pasaba el río Platanitos cedieron ante el exceso de lluvia. Las autoridades descartaron reparar el tramo y en vez de eso piensan construir un puente, aunque no se sabe cuándo comenzarán los trabajos, para mientras instalaron uno provisional tipo Bailey.
El tránsito en ese tramo es lento lo que ha afecta a automovilistas y comerciantes. Transportistas calculan que se pierden US$110 por cada hora de retraso de un furgón por incidentes como estos. Esto impacta en la competitividad y desarrollo económico del país.
Dicha ruta es una de las principales por donde se moviliza el comercio guatemalteco. A diario se movilizan cerca 950 contenedores, según datos de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport). La carretera conduce a Puerto Quetzal, Escuintla, y también conecta con la CA2, vía que lleva a las fronteras con El Salvador y con México.
Falta prevención
Pareciera que la prevención en las obras de infraestructura es algo que ha quedado relegado al segundo plano, comentan ingenieros expertos en el tema. El año pasado, con un invierno aparentemente más copioso, se produjo otro gran hundimiento en el kilómetro 15 que finalmente fue rellenado y habilitado el paso 55 días después del suceso.
Asimismo, también se reportó otro incidente similar que se cobró la vida de dos personas, cuyo vehículo transitaba en el lugar en el momento que se abrió el agujero, en la entrada de Villa Nueva.
El exalcalde de Villa Nueva, Edwin Escobar, considera que el problema se produjo por la falta de limpieza de los drenajes y porque no hay un monitoreo inspección ni supervisión de esos tramos.
Asegura que durante su gestión se hicieron obras de protección en el río y se construyeron gaviones y guarda niveles, antes y después de la bóveda, lo que evitó que ocurrieran esos problemas. “Aunque la ruta corresponda al gobierno central yo siempre atendía mis rutas porque el vecino, al final de cuentas, a quien reclama es a su alcalde”, dijo.
Escobar cree que la administración de Javier Gramajo se ha confiado en que los trabajos de prevención en esa ruta los hace la unidad ejecutora de Conservación Vial (Covial); sin embargo, a decir de Ervi Hilario, exgerente de la comuna de Villa Nueva, en lo que él estuvo en la municipalidad dicha dependencia del CIV “nunca fue a ver el área”.
El exalcalde dijo que su predecesor, Salvador Gándara, ya le había advertido de que en verano debían hacer una limpieza general de drenajes y tuberías, pero que él no pudo hacérselo de manera directa a Gramajo porque este no llegó a las reuniones de transición.
Corrupción
Haroldo Dardón, ingeniero Mecánico e integrante de la junta directiva de la Comisión de Energía del Colegio de Ingenieros de Guatemala, responsabilizó de los constantes daños en esa ruta y en otras al “interés politiquero de mantener la crisis” para luego adjudicar proyectos. “Allí está el negocio, al mantener el estado de emergencia y no la solución”, señaló.
Subrayó que desde hace varios años en el Gobierno hay “pleno conocimiento del caótico estado de las carreteras”, que se han recogido en diversos instrumentos elaborados por dependencias del CIV, como Libro Azul, de la Dirección General de Caminos, el Plan de Recuperación de la Red Vial 2017 o el Plan de Desarrollo Vial 2018-2032.
Haroldo Dardón, especialista en Ingeniería Forense y de Riesgos, al respecto de que el CIV cuenta con manuales para la construcción de carreteras seguras, pero no los aplica.
Dardón, también especialista en ingeniería Forense y de Riesgos, afirma que, en estos manuales, ingenieros calificados han plasmado las guías para hacer obras de protección y mitigación y los lineamientos para construir carreteras seguras, pero no hay voluntad para aplicarlos.
El siniestro del kilómetro 17.5 pudo haberse detectado, sostiene Dardón, “si el trabajo fuese enfocado desde el mantenimiento predictivo algo que no se hace y que podría evitar estos contratiempos”.
“Todos coinciden en que la condición es crítica, pero nadie hace nada. Tienen la receta para hacer un pastel de cinco pisos, pero nos dan pan frío y muy costoso”, apunta.
La Asociación de Ingenieros Jubilados de Guatemala estima que los drenajes que atraviesan la CA9-Sur, en ese tramo, tienen alrededor de 30 o 40 años y que han recibido poco o ningún mantenimiento. “A pesar de los avisos que nos da la naturaleza no tomamos las precauciones necesarias”, expuso en un comunicado.
“Cuando se dio el hundimiento en el kilómetro 15.5 se detectó que no existe en ninguna dependencia de las autoridades responsables, un inventario de la localización, diámetro y materiales usados en las tuberías existentes, mucho menos un programa de mantenimiento de las mismas”, subrayó.
Julio Galicia, presidente de la junta directiva de Asijugua, manifestó que urge hacer un inventario de las tuberías existentes para revisarlas. En el caso de las bóvedas del kilómetro 17.5 afirma que, de habérseles dado seguimiento y mantenimiento se hubiera evitado el problema.
Manuel Mota, geólogo y especialista en gestión de riesgos, expuso que esta emergencia “es un parámetro claro de nuestras debilidades” y que pone en duda hasta dónde la prevención está en la agenda de las instituciones, puesto que, pareciera, “ ” en vez de prevenirlo.
Añadió que, a la par del trabajo que se haga “ojalá se incluyan obras complementarias para el cauce del río” y que las municipalidades donde tiene influencia el río Platanitos incluyan estudios de diseño y construcción de obras de protección, mitigación y reducción de desastres para evitar afectaciones que desde hace muchos años afectan las márgenes del río.
Posturas
El vocero de Covial, Luisiño Sánchez, aseguró que la institución cuenta con un programa de limpieza de cunetas y tragantes. De hecho, admitió que dos días antes de que ocurriera la emergencia había finalizado un contrato por Q776 mil con una empresa que atendía ese tramo.
Sánchez atribuyó a varios factores los hundimientos que han ocurrido en el referido tramo de la carretera en cuestión que escapan del control de la institución.
“Está lloviendo más que otros años en periodos más cortos y la lluvia arrastra todo y debilita las estructuras. Otro factor es el uso del suelo ya que por la urbanización desordenada se han impermeabilizado los suelos y toda el agua va a dar a los tragantes”, explicó el portavoz.
Añadió que dicha ruta se encuentra entre montañas y barrancos y el que los suelos de Villa Nueva son de arena, selecto o piedra pómez, lo que hace al municipio más vulnerable. “Prevenir ante la fuerza de la naturaleza es complicado, ante el crecimiento de un caudal de un río es difícil. Si Covial no diera mantenimiento, el colapso hubiera sido antes”, aseveró Sánchez.
Por su parte, la comuna de Villa Nueva indicó por medio de su portavoz, Byron Morataya, que los planes municipales “revisiones constantes de las rutas municipales y nacionales bajo nuestra jurisdicción” y que trabajan “en estrecha coordinación” con la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres.
“Juntos realizamos supervisiones de manera regular, con el objetivo de identificar y evaluar cualquier riesgo. En caso de encontrar situaciones que puedan representar peligros, tomamos las medidas adecuadas para descartarlos o reportarlos a las autoridades correspondientes”, aseveró, ya que la seguridad de los ciudadanos es prioridad.