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Protestas ciudadanas regresan a la Plaza de la Constitución

Luego de los acontecimientos que generaron la renuncia del expresidente Otto Pérez Molina y la ex vicepresidenta Roxana Baldetti, decenas de personas se reúnen de nuevo en la Plaza Mayor de la Constitución, en el Centro Histórico, para hacer escuchar su voz.

Con banderas y consignas decenas de guatemaltecos se reunieron en el Parque Central del centro Histórico capitalino. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

Con banderas y consignas decenas de guatemaltecos se reunieron en el Parque Central del centro Histórico capitalino. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

Las demandas sociales de esta nueva manifestación son dirigidas contra la crisis asistencial en los hospitales del país, además de las acciones que se desarrollan en el Congreso, principalmente por la aprobación del Presupuesto para 2016.

Los asistentes a la Plaza, entre niños, jóvenes y adultos, muestran carteles con advertencias para las autoridades de turno, haciendo un llamado a atender la situación en salud. Otros se dirigen al presidente electo, Jimmy Morales, y le recuerdan a todos los ciudadanos que deben ser vigilantes.

Medicina para hospitales, depuración del Congreso, investigación al exministro de Gobernación Mauricio López Bonilla, y a la actual titular Eunice Mendizábal, así como la captura de Gustavo Alejos, son peticiones de los no menos de 200 asistentes a la manifestación.

“La educación no es un privilegio, es un mandato de la Constitución”, dicen algunas personas al mismo tiempo que agitan rótulos y hacen ruido con botes y sartenes.

Los ciudadanos regresan frente al Palacio Nacional luego de 20 semanas de manifestaciones con lemas como Justicia ya, Reforma Ya, No más corrupción y Fuera corruptos, acciones que desarrollaron al mismo tiempo que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) revelaba casos que involucraban a altos funcionarios del Estado.

Los casos

El hecho que más indignó a los ciudadanos protestantes fue la supuesta participación de Roxana Baldetti en una red de defraudación aduanera denominada La Línea, que operaba en las aduanas facilitando el ingreso de mercadería con pagos bajos en aranceles, pero altos costos de sobornos.

Tiempo después, la Cicig vinculó a Pérez Molina y lo colocó junto a Baldetti como líder de la estructura, en la que también involucró a empresarios y empleados de la Superintendencia de Administración Tributaria.

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