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“Sesán es una simple controladora de los índices y no toma acciones, vamos a tomar acciones”, afirmó el mandatario electo.
Según Giammattei, será por medio del Ministerio de Salud que se concentrarán todos los esfuerzos del combate a la desnutrición. “Diecisiete programas miran desnutrición en Guatemala y los vamos a replantear todas”, afirmó.
El trabajo de reducir la desnutrición crónica quedará en manos de Hugo Monroy, ministro designado para Salud, quien dijo que con las nuevas autoridades se tomará la rectoría de la salud pública, “algo que durante muchos años no se ha hecho”.
Monroy explicó que están en pláticas con organizaciones internacionales e iniciativa privada para coordinar esfuerzos y combatir la desnutrición crónica.
El próximo ministro aseguró que el fracaso en la atención de la desnutrición crónica se debe a que no ha habido coordinación y que “cada uno va por su lado, sin coordinarse”.
Monroy dijo que reducir la desnutrición crónica es uno de los objetivos de las futuras autoridades, pero no se dejará de lado otras enfermedades como el cáncer, los padecimientos raros y se impulsarán los trasplantes renales.
“Nosotros llevamos tres años preparándonos para hacer un buen trabajo y cambiar realmente la salud en este país”, afirmó.
¿Qué es la Sesan?
La Sesán no fue creada específicamente para atender la desnutrición crónica, esta secretaría coordina la operación interministerial del Plan Estratégico de Seguridad Alimentaria y Nutricional y organiza los programas y proyectos que realizan otras organizaciones gubernamentales.
La entidad, creada en el 2005, sigue las directrices que se trazan en el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Conasán), presidido por el vicepresidente, y tiene la obligación de presentar las políticas para atender la seguridad alimentaria del país para su posterior aprobación.
Hasta agosto de este año, la Sesán tenía un presupuesto vigente de Q50 millones 221 mil, el cual se utiliza únicamente para funcionamiento, pues no tiene capacidad de ejecución.
Hasta el 13 de septiembre también tenía una planilla de un poco más de 500 personas.
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“Hay compromisos internacionales”
El actual secretario de Sesán, Juan Carlos Carías, afirma que Guatemala tiene compromisos a escala mundial en el Comité Mundial de Seguridad Alimentaria y en el Movimiento SUN (Scaling Up Nutrition – Ampliando la nutrición-), por lo que el nuevo gobierno debe considerar estos antes de cerrar la secretaría.
“-El nuevo gobierno- debe considerar los compromisos internacionales adquiridos en esta materia, tanto de seguridad alimentaria como de mal nutrición, que incluye desnutrición, sobrepeso y obesidad”, señala el funcionario.
Carías afirma que la Secretaría ha cumplido con su rol de coordinar los espacios para el tema de la seguridad alimentaria y que para tomar una decisión como esta se debe consultar con la sociedad civil y autoridades locales como alcaldes y gobernadores.
“Sería dar un retroceso a lo que se ha logrado durante los últimos 15 años. No solo a lo interno sino a nivel internacional, la lucha contra la desnutrición ha sido reconocido”, dice el secretario.
Carías también explica que la seguridad alimentaria incluye acciones específicas de varios ministerios como Agricultura, Salud, además de municipalidades con el tema de agua y saneamiento y la Sesan revisa eso en conjunto.
Es un tema legal
Cerrar la Sesán no es algo que se pueda hacer a la ligera, aseguran la defensora del derecho a la alimentación de la Procuraduría de los Derechos Humanos, Andrea Aldana y Adonay Cajas, representante de la Alianza por la Nutrición.
Aldana recalca que es importante apegarse al marco legal que existe, que es la Ley Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional.
Para la defensora, la oportunidad que tienen las nuevas autoridades es la revisión de dicha política porque esta es del 2005 y la situación nutricional del país ya cambió.
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“Es una oportunidad para entrar a una reforma porque los escenarios cambiaron. Lo importante de la nueva administración es el fortalecimiento a la institucionalidad, porque el tema de seguridad alimentaria debe ser abordado de forma integral y hay varias instituciones que trabajan en ello”, recalca la defensora.
Cajas, por su parte, opina que tomaría bastante tiempo cerrar la Sesán pues esta fue creada por el Decreto 32-2005 y para poder eliminarla se debe acudir al Congreso y hacer las modificaciones necesarias.
“El escenario más difícil es derogar la Ley, lo que implica algo más complicado porque eliminaría todo el sistema -de Seguridad Alimentaria-, sería desechar 15 años del proceso de maduración institucional que ha costado lograr”, señala el experto.
Además, según Cajas, el equipo de la Sesán también apoya en el trabajo de las Comisiones Municipales de Seguridad Alimentaria y Nutricional, presentes en 338 municipios del país, por lo que al quitar este apoyo serían las municipalidades las que deberían hacer el trabajo “y ese es un desafío más retador porque es más trabajo del que hacen”, señala.
Para el representante de la Alianza por la Nutrición es más importante apostar al fortalecimiento institucional y de actualización de normas.
Cartera sobrepasada
Para Cajas, delegar a un ministerio el trabajo de la Sesán implicaría crear una unidad nueva y diferente que actualmente no está en el marco legal; además, hay temas que la cartera de Salud no podría abordar como la producción agrícola y si todo recae en la cartera de Agricultura hay competencias que no le corresponden.
Esto también lo confirma el exviceministro de Salud Adrián Chávez, quien afirma que esa cartera no tiene la capacidad para tener la rectoría de los temas de seguridad alimentaria.
“Es un problema multicausal que demanda un esfuerzo granítico que sobrepasa las capacidades del ministerio de Salud. Se trata de garantizar la disponibilidad, el acceso, la calidad de alimentación, lo que conlleva emprender acciones orientadas a la transformación de las condiciones estructurales que condenan a la población al hambre o al consumo de una alimentación inadecuada”, resaltó.
Asignar más responsabilidades a esta cartera sería desbordar sus recursos y capacidades, por lo que las acciones desarrolladas no tendrían ningún impacto efectivo sobre la seguridad alimentaria y nutricional de la población, asegura el exfuncionario.
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Lo que no funcionó
Hay indicadores que señalan dificultad en la coordinación que debe ejecutar la Sesán, como que el Ministerio de Agricultura entrega raciones de alimentos en municipios donde no hay incremento de desnutrición aguda y no lo hace en municipios donde sí la hay.
También, una evaluación de Oxfam Guatemala detectó un aumento de desnutrición crónica en siete municipios de Baja Verapaz y Chiquimula, departamentos que conforman el corredor seco y cuya tendencia se puede estar repitiendo en el resto de esa zona.
Además, la Estrategia Nacional para la Reducción de la Desnutrición Crónica, impulsada por el actual gobierno como un plan para atender la desnutrición crónica entre el 2016 y el 2020 fue evaluada este año por el Instituto Nacional de Salud Pública de México y encontró varias deficiencias.
- No se consideró la estructura operativa de los ministerios al momento de diseñar la estrategia
- La ausencia de matrices de marco lógico con todos los indicadores claramente planteados
- La ausencia de metas de coberturas de las intervenciones y de indicadores de resultados
- No existen manuales de la implementación de la estrategia
- No hay diferenciación entre población potencial y población objetivo
- No está cuantificada la población objetiva por lo que no se sabe dónde está
- Inconsistencia en la definición de la población objetivo
- La información está fragmentada entre los ministerios por lo que no se puede conocer el número de intervenciones que recibe cada beneficiario
- Hay ausencia de un registro único
- La propuesta de reducir en 10% la reducción crónica no está sustentada
Además, al actual secretario se le señala de hacer despidos injustificados a delegados de la Sesán con experiencia en el campo y a cambio contratar a personal allegado y sin experiencia.
Carías afirmó que los movimientos han sido para hacer más eficiente la institución, pues había “mucha gente acomodada, acostumbrada a hacer lo mismo”; además, dijo que la cantidad de personas que se retiró no es sustancial.
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