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Rojos reciben a hermanos

Josué Argueta Gramajo, de 12 años, y su hermano menor Cristian, 8 —diagnosticados con nefronoptisis—, se quedaron perplejos ayer cuando sus padres les dijeron frente al Estadio del Trébol, donde se disputó el encuentro entre Municipal y Malacateco, que los jugadores del equipo escarlata, del que son seguidores, los esperaban en la cancha.

La familia Argueta gramajo, junto al equipo de Municipal, previo al encuentro de ayer en el estadio Manuel Felipe Carrera, conocido como Del Trébol. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)

La familia Argueta gramajo, junto al equipo de Municipal, previo al encuentro de ayer en el estadio Manuel Felipe Carrera, conocido como Del Trébol. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)

“¡Guau!, ¡guau!, ¡guau!”, exclamó Josué, luego de quitarse la mascarilla, a pesar de la recomendación de su madre.
Los hermanos fueron diagnosticados con nefronoptisis en el Medical Center de la Universidad de Michigan, un padecimiento hereditario que desencadena en insuficiencia renal terminal, explicó el genetista Julio Cabrera.

Seguidores rojos

Este fin de semana fue de esos pocos en los que los niños se encontraban estables. El sábado, durante una entrevista con Prensa Libre, Josué se comunicó por teléfono con Kevin Ávila, uno de los delanteros del equipo. Por la tarde se acordó con los directivos del club que los niños conocieran a los jugadores.

Los hermanos se vistieron de rojo, ayer, sin saber a dónde acudirían.

“¡Es Mota!”, expresó Josué, y señalaba con su índice al portero Pablo César, mientras le estrechaba la mano. 

“¡Yo también soy Cristian!”, dijo el hermano pequeño, al fusionarse en un abrazo con el defensa Cristian el Chaco Jiménez.
Aunque tenían un lugar de honor reservado para presenciar el partido, los niños no se quedaron.

Josué y Cristian necesitan trasplante de riñón. La familia gasta Q8 mil al mes para alquilar dos cicladoras y comprar medicamentos.

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