Seguidores rojos
Este fin de semana fue de esos pocos en los que los niños se encontraban estables. El sábado, durante una entrevista con Prensa Libre, Josué se comunicó por teléfono con Kevin Ávila, uno de los delanteros del equipo. Por la tarde se acordó con los directivos del club que los niños conocieran a los jugadores.
Los hermanos se vistieron de rojo, ayer, sin saber a dónde acudirían.
“¡Es Mota!”, expresó Josué, y señalaba con su índice al portero Pablo César, mientras le estrechaba la mano.
“¡Yo también soy Cristian!”, dijo el hermano pequeño, al fusionarse en un abrazo con el defensa Cristian el Chaco Jiménez.
Aunque tenían un lugar de honor reservado para presenciar el partido, los niños no se quedaron.
Josué y Cristian necesitan trasplante de riñón. La familia gasta Q8 mil al mes para alquilar dos cicladoras y comprar medicamentos.