Zulma Calderón, jefa de la supervisión hospitalaria, asegura que la cartera improvisa, debido a que se debía prever que el número de casos se incrementaría y debían prepararse para su atención.
La profesional agrega que previo a que se acabaran las pruebas también se detectó problemas de logística.
Según la investigación, las cifras sobre el virus no se actualizan de forma adecuada, porque no hay pruebas de laboratorio para certificarlas.
Sin aumento
En la página web del Ministerio de Salud, la última actualización sobre la epidemia corresponde al 8 de septiembre pasado.
En ella se informa que hasta el 27 de agosto hay dos mil 728 casos sospechosos de pacientes con zika, 13 casos con síndrome neurológico asociado al virus y 17 casos de niños con microcefalia, debido a esa enfermedad.
El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social ya anunció que hay dos casos de menores con microcefalia por zika que se atienden en sus unidades, pero estos no figuran en el reporte de la cartera.
Calderón también cuestiona que Salud no da crédito a los laboratorios privados que diagnostican afecciones relacionadas al zika, pese a que es el propio ministerio quien da el aval para que estos funcionen.
El mayor riesgo por la falta del insumo, según Calderón, es que no se pueden generar estrategias, pues no hay datos reales sobre la situación.
Podrían pasar otras dos semanas antes de que el laboratorio se abastezca de las pruebas, según la investigación.
Se prioriza
Según el Departamento de Comunicación Social de la cartera de Salud, sí hay reactivos en existencia, pero debido a que el brote esta extendido en todo el país se han priorizado mujeres embarazadas con sintomatología, pacientes que tengan alguna parálisis asociada a zika y niños y ancianos hospitalizados.