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Mientras la Corte se pronuncia, representantes de varios grupos de profesionales que se manifestaron en contra de las modificaciones se sentarán este viernes a revisar, discutir y elaborar una propuesta que vaya en beneficio de la salud de los guatemaltecos.
En la mesa técnica estarán miembros del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (Incap), representantes de la Facultad de Medicina y de Odontología de la Universidad de San Carlos de Guatemala, del Colegio de Farmacéuticos y Químicos, de la Asociación de Endocrinología Metabolismo y Nutrición, y de la Asociación de Pediátrica de Guatemala. También participarán representantes del Ministerio de Salud.
La discusión se generó semanas atrás porque los cambios al Acuerdo Gubernativo, que entró en vigencia el pasado 15 de octubre, dejan a discreción de los productores enriquecer o no la sal con yodo y con flúor, lo que para los expertos atenta contra la salud de los guatemaltecos.
No suplementar la sal con yodo le niega a la población el acceso al micronutriente. La falta de este ocasiona defectos en el nacimiento, incrementa el riesgo de abortos y mortinatos, causa retraso en el crecimiento físico, retraso mental irreversible, hipotiroidismo y bocio.
Mientras que la fortificación con flúor previene la caries dental y se relaciona con la fragilidad ósea.
Buscan cambios
Al Incap le preocupan tres artículos del acuerdo. El 2, que establece nueve definiciones de sal, entre ellas la artesanal de calidad alimentaria para consumo humano, un producto que no cumple a cabalidad con los estándares para ser enriquecida con flúor, debido a “su alto contenido de humedad e impurezas”, mencionan.
Según el Instituto, la sal puede ser de tres tipos, como se evalúo en el acuerdo gubernativo anterior (29-2004): sal de calidad alimentaria para uso de industria de alimentos, sal de calidad alimentaria para consumo humano directo y sal que no es para consumo humano. La institución indica que no era necesario ampliar esta clasificación, pues es confusa.
También se busca cambiar el artículo 3, que hace referencia a los niveles de fortificación, y el 8, sobre la sal de formulación especial para consumo humano, por considerarlo ambiguo.
“Quitaron la obligatoriedad de fortificar con yodo la sal para consumo animal, y consideramos que sí debe ir fortificada”, dicen los expertos.
La Ley General de Enriquecimiento de Alimentos -Decreto 44-92- establece que el Ministerio de Salud debe emitir los acuerdos y reglamentos necesarios en el tema de enriquecimiento de alimentos con la consulta del Incap. En este caso, la cartera se acercó al instituto, que dio su postura técnica sobre las modificaciones al acuerdo gubernativo, pero algunas recomendaciones no fueron atendidas.
“Como Incap estamos conscientes de que las legislaciones hay que revisarlas y actualizarlas, pero siempre manteniendo el espíritu de la ley, que es en beneficio de la salud pública de la población”, refieren.
Un primer paso
El odontólogo Ernesto Villagrán, profesor de la Facultad de Odontología y miembro de la Comisión Nacional de Salud Bucal (CONASABU), fue quien junto a Acción Ciudadana interpuso el amparo en la Corte de Constitucionalidad (CC) contra del Acuerdo Gubernativo 205-2019. Él menciona que esta mesa técnica es un primer paso y que en ella se discutirá artículo por artículo las modificaciones a la normativa para que sea de beneficio a la salud de la población.
El término de sal artesanal, agrega, no debe aparecer en el reglamento, “es una invento que se puso por una conveniencia de otro orden, no de salud pública”. Este es uno de los puntos que a su parecer deben eliminarse.
El que el ministro de Salud, Carlos Soto, convocara a los sectores que mostraron preocupación por los cambios en la fortificación de la sal, es positivo, según Raúl Velásco, endocrinólogo pediatra y presidente de la Asociación de Endocrinología Metabolismo y Nutrición.
“Lo que consideramos y fue un consenso general es que la ley debe ser clara y debe de remarcar la obligatoriedad de la fortificación con yodo y con flúor en la sal”, dice el médico, quien considera que esta discusión debió hacerse antes de hacer los cambios a la normativa. “Los problemas de cómo se agrega el flúor o yodo no es un problema que podamos resolver, ni que entendamos, eso, es el productor el que debe buscar los mecanismos para cumplir con la ley”, agrega.
El ministro Soto añade que como ministro está en la obligación de citar a los sectores que están en contra del acuerdo, y dialogar con ellos para conocer su opinión técnica. “Posteriormente sacaremos conclusiones y lo que debamos cambiar, lo someteremos a la consideración de todos y lo modificaremos. No es cosa que yo mande y haga lo que quiera. Hay que consensuar con la gente”, dice.
El ministro espera llegar al consenso con los distintos sectores lo antes posible, pues no tiene “ningún interés de dejarle problemas al nuevo Gobierno”. Si es necesario modificar el acuerdo gubernativo lo hará. “La idea es que la fortificación de la sal con yodo y flúor se pueda dar en algún momento”, indica.
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