De León refirió que durante sus cinco años de trabajo se fortalecieron las delegaciones departamentales, se ordenó la contratación de personal y la institución se acercó a la población.
Agregó que se redujo la mora de expedientes, pero sobre todo se interpusieron denuncias y condenaron atropellos cometidos por las instituciones del Estado.
Lo importante
“Lo más valioso de la institución y lo que debe continuar con el procurador electo es la independencia; denunciar y no olvidar que se es un comisionado del Congreso, no un empleado de este organismo”, sostuvo De León.
“Los derechos humanos se siguen violentando. Ningún guatemalteco puede estar a gusto con lo que vivimos”.
Para el procurador saliente también es importante reconocer que pudo haber hecho más, sobre todo en el ámbito socioambiental, en la defensoría del derecho al trabajo y en la educación en derechos humanos.
“La gente sigue confiando en la institución, por eso cada vez que hay un problema pide que llegue la PDH”, afirmó.
Jorge de León considera que, debido a la falta de educación en el tema de derechos humanos, existe confusión en cuanto al quehacer del procurador.
“La gente desconoce el mandato y quisiera que el procurador fuera policía, juez y presidente, pero no puede hacer eso. El mandato del procurador es fiscalizar y supervisar a la administración pública”, precisó.
Viendo al futuro
De León reconoció que cometió errores. “Soy humano y pido disculpas; no fueron de mala fe”, expresó.
Transición
El futuro del procurador saliente no es político; al menos por ahora. “Creo que el sistema político necesita reformas importantes y hoy, con las condiciones actuales, no participo, porque es seguir haciendo lo mismo. No lo descarto a futuro, pero hoy no me interesa”, aseguró.
Reactivar la fundación que lleva el nombre de su padre, Ramiro de León Carpio, para trabajar en el combate de la desnutrición, y regresar a la docencia son dos de las acciones inmediatas que se propone.
“Aristóteles decía: Solo hay una manera de no ser criticado, no hacer nada, no decir nada y no ser nada”, reflexionó De León.