Este fotógrafo forma parte del salón de la fama mundial por su trabajo en la guerra de Afganistán y conflictos en Oriente Medio. Ha publicado más portadas icónicas en la revista National Geographic que ningún otro colaborador, incluida la célebre niña afgana (junio, 1985).
McCurry, nacido en Pensilvania, Estados Unidos, hace 67 años, estuvo 12 días en Guatemala para documentar la Semana Santa, invitado para el proyecto Corazones de Guatemala que impulsa Francesca Kennedy, diseñadora neoyorquina de padres guatemaltecos.
Es la segunda visita que hace McCurry al país. Lo hizo hace 45 años, aunque en esa ocasión fue por un corto tiempo y no conoció mucho del país. Esta vez, McCurry eligió Antigua Guatemala como base, y visitó Sololá e Izabal.
Paciencia
La procesión de San Antonio Ceballos, en San Antonio Aguas Calientes, fue una de las seleccionadas por McCurry para deslizarse y documentar la solemnidad de la temporada. La composición de ropa indígena, güipiles de colores con túnicas moradas sobre alfombras de aserrín sedujo al fotógrafo, según lo confesó en una breve conversación con Prensa Libre.
El cubano Raúl Touzon fue la mancuerna de McCurry durante su expedición en Antigua. Touzon es también un reconocido fotógrafo que lleva 8 años de documentar las tradiciones de la Semana Mayor en Guatemala, 20 ya de entrar en contacto con la cultura antigueña.
Esponja de culturas
La tarea de un documentalista es recrear de manera fiel un momento en la vida de las personas. McCurry lo ha hecho en sus 38 años de carrera.
Explorar nuevas culturas es algo común para McCurry. En sus viajes por Mumbai, Delhi, Yemen y su cobertura durante la Guerra del Golfo en Kuwait (1991) enriquece la experiencia que nutre ahora con la cultura guatemalteca.
“Cada país es diferente. Es importante como fotógrafo descubrir la cultura de un hermoso país como Guatemala. En realidad, es un lugar donde increíblemente puedes disfrutar. No se compara con otras sociedades. Es única”, dijo el fotógrafo.
Embajador
¿Qué tienen en común Afganistán, Irak, Antigua, Atitlán y Río Dulce? La gente y la diversidad cultural es para McCurry una oportunidad para hacer un retrato de las personas. En los lugares en donde ha pasado su lente hay pobreza y rastros de conflictos bélicos.
McCurry dice que la característica de un buen fotógrafo es la paciencia para captar el encuadre perfecto. Esto obliga a los profesionales a sumergirse en las realidades y convivir con las personas.
Después de la Semana Santa, McCurry recorrió Atitlán, Río Dulce y Puerto Barrios para conocer las comunidades beneficiadas con el proyecto Ix-Style, de Kennedy.
Kennedy invitó a McCurry para que hiciera una exploración visual y que fuera el primer embajador del proyecto Corazones de Guatemala, un libro que se pretende publicar en algunos años.
De acuerdo con Kennedy, están en cola las invitaciones a personalidades del mundo de la moda, editorial y artístico para que vengan al país y se sumen al proyecto que busca la promoción de Guatemala y conseguir fondos para el desarrollo de las comunidades indígenas.
McCurry volverá al país en octubre. Esta vez para documentar el vuelo de los barriletes gigantes de Sumpango, Sacatepéquez.
Preocupación
Uno de los destinos que McCurry conoció fue el Lago de Atitlán, en donde lamentó que el Gobierno no apoye a los proyectos comunitarios que promueven educación, salud y desarrollo a los pobladores.
“Ves cómo el Gobierno no hace más para proteger los recursos naturales del país. Eso es escandaloso”, dijo molesto.
Celebró la iniciativa de Kennedy sobre su inquietud para brindar apoyo a las poblaciones, sobre todo, indígenas.
“Es necesario que el Gobierno proteja a su gente. Se debe hacer más por los derechos de esas personas”, añadió.
El mensaje de McCurry para los guatemaltecos, a través de su trabajo, es decirle al mundo que la niñez en pobreza del país necesita una oportunidad de desarrollo, “porque es una población admirable y con futuro”, puntualizó.