El sacerdote Luis Ortiz considera que en el país esa fiesta no riñe con la Cuaresma y la califica como una tradición lúdica.
“Es algo muy distinto, el modo infantil en el que se celebra el carnaval, donde los niños quiebran cascarones y se tiran harina, es parte de una cultura y muy de Guatemala. Ese modo de celebrar no riñe para nada con que al día siguiente comience la Cuaresma”, afirmó.
El religioso ve el carnaval guatemalteco como una fiesta infantil que recuerda “mucho” los orígenes que pudo tener, en el Renacimiento.
El historiador Johann Melchor coincide con el sacerdote al señalar que el carnaval guatemalteco no pasa de quebrar cascarones y lanzar harina.
“Nosotros el carnaval lo celebramos, o se celebraba, al finalizar la novena del Niño, el 2 de Candelaria —2 de febrero—. En ese momento se quebraban cascarones, pero de una forma más tranquila, solamente como un juego o esparcimiento, y no de otra forma llena de vicios”, refirió.
Permisividad
El sacerdote explicó que una vez asentado el cristianismo comenzó ese tipo de fiestas y que en la Edad Media y el Renacimiento coincidía con los días anteriores al inicio de la Cuaresma, tiempo durante el cual se organizaban desfiles de máscaras, disfraces y música, pero “ciertamente no tenían nada que ver con lo que en este momento se ha convertido”.
“El ánimo de esas fiestas a las que me refiero era una cultura del carnaval, que lamentablemente ahora se ha convertido en unos días de permisivismo total, donde podemos hacer lo que queramos, incluso abusar de la dignidad humana”, señaló.
Agregó: “Para los católicos empieza una época de solemnidad, un deseo de acompañar a Jesucristo en los 40 días en el desierto y no hay nada más opuesto a ese espíritu de penitencia y de cambio que el permisivismo en lo que se han convertido esas fiestas de carnaval”.
Melchor indicó que al trasladarse los dioses romanos al cristianismo se sincretizó esa fiesta pagana y se ubicó antes del periodo penitencial de la Cuaresma.
“El paganismo en Europa celebraba fiestas a diferentes dioses, sobre todo a Dionisio o Baco —Dios del Vino, de donde viene el término bacanales—, y tomaban todos y se pasaban disfrutando de la sexualidad”, explicó.
Época de fe
Católicos
El miércoles empieza un período de reflexión para los católicos, con la imposición de la cruz de ceniza.
Las cenizas se elaboran a partir de la quema de ramos bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior.
La cruz es impuesta en la frente del feligrés mientras el sacerdote sentencia: “Polvo eres y en polvo te convertirás”.
Durante 40 días, los fieles se deben abstener no solo de comer carne roja, sino de algo que pueda ser significativo, y ayunar.