Este problema no es exclusivo de la zona 1, ni solo de esta temporada. Prácticamente en todo el año y en todos los lugares donde hay alta afluencia de personas interesadas en acudir a un evento o a una institución, aparecen los “cuidadores de carros” que piden —o exigen— dinero para permitir el parqueo en la vía pública.
De esa cuenta en calles y avenidas principalmente de las zonas, 1, 4, 2, 9, 6 y 18, suelen verse una serie de obstáculos cuyo fin es reservar los parqueos para darlos a quien esté dispuesto a pagar.
Según el intendente de Tránsito de la Municipalidad de Guatemala, Amílcar Montejo, se sabe de casos en que los “cuidadores” cobran hasta Q30 por el derecho de parquearse en una calle e incluso amenazan con hacerle algún daño al vehículo si el propietario se resiste a pagar.
En algunos casos estas personas utilizan objetos que pueden dañar los vehículos o, incluso causar heridas a personas porque son objetos con alambres de púas, expuso. En época de procesiones estos “cuidadores” aprovechan la alta afluencia de guatemaltecos para hacerse de más dinero, conseguido de forma irregular.
¿DE DÓNDE SALIÓ LA INFORMACIÓN?
La problemática del acaparamiento de las calles viene desde hace años; sin embargo, cada vez que empieza la Cuaresma se evidencia un incremento de la presencia de personas que se dedican a reservar espacios en la vía pública o que simplemente esperan a que un vehículo se estacione para cobrarles por la permanencia. En algunos casos el monto se deja a discreción del conductor del vehículo, pero en otros se le exigen cuotas que van de los Q10 hasta los Q30, según información de la Intendencia de Tránsito de la capital. El problema también ocurre porque propietarios de negocios colocan caballetes de metal, conocidos como burros, para apartar el parqueo de clientes. En otros casos también dejan en la vía pública vehículos inservibles —chatarra—. La comuna capitalina publicó esta semana en sus redes sociales que lleva a cabo varios operativos para despejar las calles. Solo en una semana retiró cerca de dos mil 500 objetos, entre otros, botes plásticos, llantas y sillas.
¿CUÁL ES EL CONTEXTO?
El parque vehicular en el país ha crecido vertiginosamente en los últimos años. Según registros de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), en 10 años la cantidad de vehículos de todo tipo pasó de dos millones 562 mil a cuatro millones 829 mil, de los cuales un 40 por ciento está registrado en el departamento de Guatemala. Las calles de la capital y la cantidad de estacionamientos se quedan cortos ante la alta demanda de conductores que tienen que movilizarse por cuestiones de trabajo o, como en Cuaresma y Semana Santa, a observar los cortejos procesionales. A esto se suma la falta de empleo formal en Guatemala que mueve a las personas a dedicarse a este tipo de actividades que riñen con la ley. Aproximadamente un 71 por ciento de la población se desenvuelve en la informalidad, según la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos 2022, solo detrás de Bolivia. La problemática del acaparamiento de las calles se vuelve más compleja porque, en ocasiones, si un conductor no está dispuesto a pagar, se arriesga a que le hagan algún daño a su vehículo y de pasar, probablemente no haya ningún castigo para el responsable.
Verificamos por usted: ¿Es ilegal reservar espacios en la vía pública para cobrar por el estacionamiento?
Verdadero
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El artículo 26 de la Ley de Tránsito dice que el estacionamiento de vehículos en la vía pública “se hará conforme a las disposiciones de la autoridad de tránsito correspondiente”. Asimismo, el artículo 24 faculta a la autoridad de tránsito “a retirar de la vía pública cualquier cosa, vehículo, material, propaganda u otro que obstaculice la circulación de personas y vehículos”. “Solo la autoridad de tránsito es la única que puede cobrar por estacionar un vehículo en la vía pública por medio de un parquímetro, de ahí, cualquier cobro no es válido. Emetra tampoco autoriza a ninguna persona para hacerlo”, subrayó Montejo. En relación con quienes colocan objetos para reservar estacionamientos, Montejo indicó que “la Ley establece que, con ningún objeto o material, se pueden apartar espacios porque estos son públicos”. Emetra decomisa los objetos, pero si alguien los reclama los devuelve, afirmó. El intendente precisó que en las zonas 9 y 10 han detectado a familias completas que se dedican a esta actividad y que, en ocasiones, cuando los oficiales de Tránsito llegan a despejar las calles se tornan violentos, por lo que llaman a la Policía Nacional Civil (PNC), ya que ellos no tienen la facultad de retirar personas o detenerlas. Montejo cree que si alguien exige dinero a cambio de no dañar un vehículo podría considerarse una extorsión. En ese sentido, Edwin Monroy, portavoz de la PNC, indicó que la institución da seguimiento a las denuncias ciudadanas y que si alguien se siente afectado puede llamar al 110 y dar indicaciones precisas para que agentes adviertan a estas personas de las ilegalidades en las que incurren. Agregó que un “cuidador” puede ser detenido si le hace daño a un automotor en represalia por no haber recibido un pago.