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VIH: La otra pandemia que avanza mientras los servicios de salud se enfocan en el covid-19

En Guatemala el covid-19 interrumpió los servicios de atención a pacientes con VIH, como también el diagnóstico de nuevos casos. Esta otra pandemia se extiende mientras el mundo está concentrado en el nuevo coronavirus, una reflexión que vale la pena hacer este martes durante la conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el Sida.

Durante la pandemia del covid-19 las pruebas para detectar nuevos casos con VIH han disminuido. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Durante la pandemia del covid-19 las pruebas para detectar nuevos casos con VIH han disminuido. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Hasta septiembre pasado se diagnosticó a 1 mil 114 guatemaltecos con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), según el Programa Nacional de Prevención y Control de ITS, VIH y Sida, del Ministerio de Salud. A ellos se suman las más 38 mil personas que tienen la enfermedad desde que se diagnosticó el primer caso en 1984.

 

Este año la crisis generada por el covid-19 ralentizó aún más la respuesta de los sistemas de salud para ocuparse de esta otra pandemia. Los servicios de atención médica de VIH se vieron interrumpidos, y hubo una reducción en las estrategias de realización de pruebas diagnósticas en el mundo, advierte ONUSIDA. Pero no se debió a una menor incidencia del virus, más bien fue porque los esfuerzos se volcaron a la contención del coronavirus.

Guatemala no está exenta del problema, prueba de ellos es que en de un promedio de 37 mil tamizajes mensuales que los servicios de salud pública realizaron en enero y febrero pasado, en marzo -ingreso del covid-19 al país-, la cifra se redujo a 29 mil y ha ido en descenso. En septiembre se hicieron 24 mil.

De acuerdo con ONUSIDA, podría haber una caída en el número de nuevos casos diagnosticados y reportados durante este año.

Los casos están allí y van en aumento, aunque no se reflejan en las cifras oficiales, como lo hace ver AHF Guatemala. Durante la pandemia la organización ha hecho jornada de detección de VIH en las que de cien pruebas se ha encontrado cuatro casos positivos, cuando anteriormente se hacían 200 para identificar a una persona contagiada, según Saul Paau, director regional de dicha entidad.

Mientras que el Ministerio de Salud señala que los datos reportados por los servicios a su cargo no evidencian un aumento sustantivo en los meses posteriores al inicio de la pandemia.

En los registros oficiales, hasta septiembre, hay 11 niños menores de 10 años que dieron positivo a VIH, y cinco de ellos no sobrepasan los cuatro años.

El 75% de los casos son en hombres. La población más afectada está entre los 20 y 24 años (22.17%) y el grupo entre los 25 y 49 (66.96%). También fueron diagnosticadas 110 embarazadas.

Hay una mayor incidencia de la enfermedad en los departamentos de Guatemala, Escuintla, Izabal, Quetzaltenango, Alta Verapaz y Petén, donde se concentran siete de cada 10 positivos.

“No es una noticia que debe de alegrar, sino que debe de preocupar a los guatemaltecos, de que el VIH también tuvo su evolución y su crecimiento de casos en el tiempo de la pandemia del covid-19”, señala Saul Paau, director regional de AHF Guatemala.

Atención tardía

Mayra -nombre ficticio para proteger su identidad- es originaria de un municipio de Alta Verapaz, tiene VIH desde hace nueve años. Ella es una de las 17 mil 805 personas que actualmente recibe terapia antirretroviral en una de las Unidades de Atención Integral (UAI) del Ministerio de Salud.

De dicho tratamiento depende su vida, sin embargo, la crisis sanitaria generada por la pandemia del covid-19 la ha puesto en riesgo, no solo a ella, sino al resto de pacientes. El servicio en las clínicas ha sido irregular desde marzo pasado, así como el acceso al medicamento, que de ser interrumpido puede comprometer su sistema inmunológico.

La razón es que varios médicos a cargo de las clínicas tuvieron que enfocarse en la contención del covid-19, y dejar en su lugar a personal paramédico, lo cual limitó la atención a los pacientes.

Mayra menciona que dos meses atrás se comunicó a la UAI, pues tenía síntomas de covid-19. La enfermera le indicó que la unidad estaba cerrada y que se dirigiera al centro de salud o al hospital más cercano, pero la atenderían hasta que fuera un caso grave.

El miedo al rechazo y a la discriminación que pudiera sufrir la frenó de ir a otro lugar que no fuera la clínica en donde le han dado seguimiento a su caso.

“No me quedó otra que automedicarme”, dice, pues sentía una opresión en el pecho que le impedía respirar con normalidad, dolor de garganta y de cabeza que eran insoportables. “Lo hice con temor, no sabía cómo iba a reaccionar mi cuerpo al medicamento”, agrega.

Ella como otros pacientes no fueron atendidos, aunque el Ministerio de Salud asegura que al inicio de la pandemia las UAI suspendieron las consultas externas, pero no se cerraron y que actualmente funcionan con normalidad.

En tiempo de covid

No se tiene certeza de cuántas personas con VIH se han contagiado del nuevo coronavirus. Gabriela Dávila, de la organización Gente Positiva, refiere que es un dato que oficialmente no se reporta, sin embargo, tienen conocimiento de pacientes que, como Mayra, han tenido covid-19. Incluso, Paau dice que varios han muerto a causa de ello y no figura en los registros.

Se consultó al ministerio si ha detectado estos casos, la respuesta fue afirmativa pero no se reveló cuántos.

Hasta el momento no hay evidencia científica acerca de si una persona con VIH y que se encuentran clínica e inmunológicamente estable y que recibe tratamiento tengan mayor riesgo de infección o de complicaciones de covid-19, señala ONUSIDA, sin embargo, pueden estar en mayor peligro aquellas en un estado avanzado de la enfermedad o que no la tengan controlada y si tienen otras afecciones como diabetes, hipertensión u obesidad.

De esa cuenta, los pacientes con VIH deben seguir las medidas de prevención -uso de mascarilla, lavado de manos, distanciamiento físico- como el resto de la población.

Una de las recomendaciones del organismo internacional para proteger a los pacientes como Mayra durante la pandemia ha sido otorgarles medicamento para un período de tres a seis meses y así evitar exponerlos cuando se acercan a las clínicas. Además, explorar alternativas para entregarlos, como reparto a domicilio, a través de promotores de salud o voluntarios, sin descuidar la confidencialidad de las personas.

Mayra indica que esto no se ha cumplido a cabalidad. Algunos pacientes tuvieron que ir cada 15 días a las clínicas por su medicina, y durante la restricción de movilidad impuesta durante la pandemia fue difícil encontrar transporte.

Pese a que vive en el casco urbano de su municipio, el medicamento lo ha recibido en casa con varios días de atraso, la tardanza es mayor para quienes viven en las aldeas. Además, los pacientes deben pagar el servicio de mensajería, pues las medicinas llegan a través de una empresa privada. Para muchos se torna un problema, pues la crisis económica también les afectó.

Estas desavenencias provocaron que muchos abandonaran el tratamiento, lo que pone en vilo su salud.

“Si una persona deja de tomar una o dos pastillas el riesgo es que el virus se pueda descontrolar, que la carga viral aumente… pueda ser que pase a la fase de tener sida”, dice Mayra, paciente con VIH.

Pese a ello, el Ministerio de Salud afirma que durante la pandemia se coordinó para mantener los servicios de las UAI, además de la distribución de medicamentos antirretrovirales por medio de correo y a los servicios de primero y segundo nivel de atención para facilitar su acceso a los pacientes, según el caso también se proporcionó medicinas hasta por seis meses.

Gente Positiva ha señalado que los servicios no cuentan con pruebas suficientes para identificar nuevos casos de VIH, tampoco con condones -una estrategia económica para evitar que el virus ingrese al cuerpo de la persona-, ni atención primaria para los pacientes, lo cual preocupa porque no hay métodos de prevención.

En conmemoración del día mundial de lucha contra el sida AHF Guatemala desarrolla la campaña El sida la otra pandemia, pues este sigue cobrando vidas.

“Nos hemos olvidado de la pandemia del VIH por la que han muerto más de 30 millones de personas en el mundo. Hay que recordar que en los últimos 10 años –en Guatemala- han fallecido 2 mil personas, que es lo equivalente a una comunidad de 400 familias, eso nos reta a impulsar esta campaña para salvar vidas en el mundo y en el país”, finaliza Paau.

 

 

 

 

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