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Viruela del mono: El rastreo de contactos de riesgo se hace imposible para el Ministerio de Salud

Para contener un virus, el cerco epidemiológico es vital. Para ello se necesita rastrear a los contactos directos de los contagiados, una tarea por ahora imposible en Guatemala.

Laboratorio Nacional de Salud de Guatemala

El Laboratorio Nacional de Salud es por ahora el único centro autorizado para realizar pruebas de viruela del mono en Guatemala. (Foto Prensa Libre: Gobierno de Guatemala)

Seguir la cadena de contactos de los casos que han dado positivo a viruela símica en Guatemala resulta un desafío para el Ministerio de Salud. Los pacientes no siempre están dispuestos a dar información de las personas que frecuentaron al momento del contagio y en los días posteriores, para que el personal sanitario pueda rastrear los nexos del paciente con más gente.

En epidemiología este proceso es vital y es una carrera contra el tiempo para evitar la propagación de la enfermedad. Hasta el viernes pasado, en el país se habían confirmado seis casos, todos en el departamento de Guatemala, atendidos en servicios de salud pública y privados.

No se ha logrado establecer si hay alguna conexión o vínculo entre estos casos, pues los pacientes niegan que se conocen entre sí. Lorena Gobern, jefa del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud, menciona que el estigma que pesa sobre la enfermedad hace difícil que los pacientes den información sobre sus contactos.

Menciona dos casos que fueron atendidos en un servicio privado. Se identificaron como probables, pues tenían lesiones en la piel, pero no fueron notificados, no se les tomó muestras para ser analizadas, y los datos de dirección y teléfono que dieron los pacientes son falsos, por lo que no se les ha podido localizar.

“El rastreo es totalmente imposible para nosotros si la información no es veraz. Incluso con quienes nos dan la dirección y el teléfono conseguir información de sus contactos es difícil. Hay mucha reserva y temor de los casos de poder hablar con claridad de sus conexiones con otras personas”, indica Gobern.

Pero tener datos verídicos es vital para los epidemiólogos, no obtenerla limita su trabajo. “No podemos obligar a las personas a que nos den la información que nosotros necesitamos”, dice la doctora, por lo que parte de su trabajo es conversar con los pacientes y explicarles lo necesario que es tener esos datos, para interrumpir la cadena de transmisión de la viruela símica, y que sus contactos se cuiden y acudan a los servicios de salud al momento de presentar algún síntoma.

“Posiblemente haya algún vínculo (entre los casos positivos), pero definitivamente es imposible para nosotros determinarlo”, agrega.

Las coincidencias en los casos que han dado positivo es que son varones, adultos jóvenes, que reconocen haber tenido relaciones sexuales con otros hombres. Pero esto no significa que otros grupos de población no estén expuestos al virus. Esta es una enfermedad que puede presentarse en cualquier persona.

Al viernes 26 de agosto se habían analizado 17 pruebas en el Laboratorio Nacional de Salud. Nueve de cada diez de personas del departamento de Guatemala, el resto son de Santa Rosa, Jutiapa y Baja Verapaz.

Los descartados dieron en su mayoría positivo a varicela zóster, que está presente todo el año, según Óscar Conde, jefe del laboratorio. Las lesiones en la piel entre ambas enfermedades son similares. Pero con la viruela del mono todas las lesiones aparecen al mismo tiempo, esa podría ser una señal.

Detección

Gobern indica que las estrategias de comunicación sobre la enfermedad y sus riesgos por ahora se concentran en grupos vulnerables. Dan talleres y charlas para minimizar el riesgo de contagio entre ellos. Se enfocan en la prevención, y también en combatir los estigmas que pesan sobre la enfermedad, pues toda la población está expuesta al virus.

Debido a que las lesiones que causa la viruela símica pueden confundirse con otras enfermedades, el personal sanitario debe descartar antes otra serie de padecimientos que dan una sintomatología similar.

Los puestos y centros de salud que identifiquen algún caso sospechoso deben remitirlo a otro nivel de atención en donde se le pueda tomar una muestra tanto a nivel público como del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.

Al paciente se le hace un hisopado sobre la herida para enviar la muestra al Laboratorio Nacional de Salud, que hasta el momento es el único autorizado para realizar el diagnóstico. Sin embargo, se planifica la descentralización de las pruebas y que haya otros lugares en puntos estratégicos que también puedan procesarlas.

Esta estrategia obedece a que el virus puede llegar a dispersarse a otros puntos del país, no en la proporción que ha ocurrido con el covid-19, ya que la transmisión del coronavirus es más efectiva, pues se transmite a través de gotículas que viajan en el aire, mientras que con la viruela símica se requiere de un contacto estrecho (piel con piel) entre la persona infectada y una sana.

“En salud pública tenemos que priorizar, no podemos decir que el riesgo es generalizado, sino que hay grupos que pueden tener un poco más de riesgo y hacia eso estamos apuntando”, refiere la jefa del Departamento de Epidemiología.

Seguimiento médico

Al momento de que una persona da positivo a viruela símica, hay personal encargado para realizar visitas domiciliares semanal a los pacientes. Diariamente se les contacta vía telefónica para estar al tanto de su evolución.

Ningún paciente ha requerido cuidado hospitalario, por el momento siguen el tratamiento sintomático en casa, en total aislamiento. Se maneja un promedio de 21 días o hasta que se le haya sanado la última lesión, pero puede variar según cada caso, será el médico tratante quién determine si la persona ya no es contagiosa. Por el momento ningún familiar ha resultado infectado.

Gobern explica que el linaje de la viruela símica que se ha detectado y que circula por los países ocasiona síntomas leves, sin embargo, como pasó con el covid-19 puede que el virus mute y que en algún momento haya una variante más agresiva.

La viruela símica fue declarada por la Organización Mundial de la Salud como una emergencia global en julio pasado, y ya se habla de una vacuna contra la enfermedad. La epidemióloga refiere que la adquisición del biológico es una posibilidad para Guatemala, sin embargo, hay ciertos puntos que deben ser analizados para que esto sea una realidad para el país, como el precio de cada vacuna  -US$150 cada dosis- y la disponibilidad de las mismas a nivel mundial.

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