Además, la ceniza se elevó a unos 25 mil pies de altura, lo cual causó abundante caída de esta en un área de 20 kilómetros alrededor del volcán.
Según María de los Ángeles López, a las 9.30 horas escucharon grandes ruidos. “Cuando nos dimos cuenta de que la lava estaba bajando pedimos ayuda para salir porque pensamos que iba a ser más grande. Gracias a Dios no hay muertos”, indicó.
Consecuencias
David de León, vocero de la Coordinadora Nacional para la Reconstrucción de Desastres (Conred), refirió que evacuaron a 30 personas de la finca El Faro, 50 de la finca Patzulín y 50 de la finca La Florida, ubicadas en El Palmar, Quetzaltenango. También se reportan daños en cultivos, principalmente de café.
Los socorristas trasladaron al Hospital de Quetzaltenango a seis hombres con signos de intoxicación por haber respirado ceniza.
De León descartó que haya personas sepultadas o desaparecidas por la caída del material volcánico. Explicó que los evacuados fueron enviados a sus casas, ya que son trabajadores de las fincas.
Proyección
Luis Arriola, vulcanólogo del Insivumeh, afirmó que la tendencia de la actividad volcánica es a disminuir, aunque “habrá períodos de incremento que paulatinamente bajarán de intensidad” en los próximos días.
Aunque se prevé que el coloso continúe con la expulsión de ceniza, la caída en comunidades cercanas va a depender de la dirección del viento, explicó Arriola.
El portavoz de Conred aseguró que se mantendrá el monitoreo del volcán, para actuar en caso de emergencia.
Preocupa acumulación
La acumulación de material volcánico podría causar deslizamientos.
Insivumeh reportó que en el cauce del río Nimá 1 se depositaron al menos cuatro metros de material volcánico.
La lluvia, propia de la época, puede generar deslizamientos y avalanchas.
El material volcánico se compone de ceniza, arena, rocas y restos vegetales arrastrados desde el coloso.
Los pueblos vulnerables son San Marcos Palajunoj y Las Marías, entre otros.