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Creativos, inquietos y aprenden rápido: Cómo es un niño superdotado

La superdotación se manifiesta desde temprana edad con conductas específicas, y los niños deben recibir educación adecuada a su nivel intelectual.

Cómo es un niño supedotado

Los padres deben prestar atención a las señales que manifiesta un niño superdotado, para que pueda recibir educación de acuerdo a su nivel intelectual. (Foto Prensa Libre, Shutterstock)

uan José —nombre ficticio para guardar el anonimato— aprendió a caminar a los 11 meses y empezó a hablar antes de los 2 años de forma fluida, entre otros hitos de su desarrollo. A los 6 años, mientras sus padres hablaban de operaciones numéricas complejas cotidianas, Juan José les daba el resultado. Sorprendidos, confirmaron las altas capacidades de su hijo.

Tiene 12 años, con una retentiva significativa y facilidad para las matemáticas, ciencias sociales y comunicación y lenguaje, para las cuales no estudia cuando hay examen, y obtiene la mayor calificación. Cuando se distrae, pues se adelanta al ritmo de sus compañeros, sus maestras le dan trabajo adicional en clase. Por su caso, han recibido apoyo idóneo de parte del centro educativo.

De pequeño, su madre pensaba que tenía algún trastorno, pues caminaba de puntillas y movía con frecuencia las manos, pero después de una evaluación, no era eso lo que sucedía. Resulta que es muy ansioso, sigue estrictamente sus rutinas y se frustra rápidamente, por lo que sus padres buscan mantenerlo ocupado de manera sana, armando bloquecitos de plástico a niveles avanzados. También estudia piano y toca melodías de oído. Le gustan los videojuegos y los diseña.

Cuando sea mayor, quiere estudiar desarrollo de videojuegos en el extranjero. Con un coeficiente intelectual de 132, que corresponde a una superdotación, pero él aún no lo sabe, lleva una vida normal, pues sus padres se han encargado de que crezca estable emocionalmente, “que conserve siempre su humildad”, sus valores y que cumpla con sus obligaciones.

Persona con superdotación es aquella que tiene capacidad académica general; en tanto que el talento es una capacidad académica restringida a un dominio específico, como las áreas científicas, tecnológicas y subjetivas. Se sabe que entre el 15 por ciento y el 20 por ciento de los niños tiene características de una población con talento, según el informe de la Unesco La educación de niños con talento en Iberoamérica.

Entre el 2 por ciento y el 5 por ciento de la población en el mundo podría ser considerada superdotada, con un coeficiente intelectual —CI— superior a 130. Sin embargo, tener altas capacidades no es equivalente a tener CI —índice habitual empleado para clasificar intelectualmente a las personas— alto, sino que se trata de un cerebro neurodivergente con habilidades como mayor capacidad de procesamiento, alta sensibilidad, pensamiento abstracto y gran creatividad, al enfocarse en áreas de interés específico, refiere la psicopedagoga Daniela Sarti, máster en Prevención e Intervención Psicológica en Problemas de Conducta, de la Clínica Psicoeducar.

A pesar de tener gran capacidad e inteligencia, el 70% de las personas con altas capacidades afronta el fracaso escolar, porque no aprenden de la misma forma que los demás, afirma.

Las altas capacidades se refieren a talentos en áreas como música, pintura, escultura, lenguaje oral y escrito o matemáticas, indica Silvia Arce, coordinadora del Área de Psicopedagogía de la Facultad de Educación de Universidad Galileo, quien impartió un diplomado en Altas Capacidades y Superdotación para personal de la Dirección General de Educación Especial del Ministerio de Educación. La superdotación debe reunir tres características: alta capacidad intelectual, alto nivel de creatividad y alta capacidad para persistir en una tarea, según el Modelo de Renzulli, agrega.

María Fernanda Jiménez, catedrática del Programa de Licenciatura en Educación con especialidad en Educación Inclusiva, de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG), menciona a los genios, que surgen con mucho menos frecuencia, quienes han hecho aportes trascendentales a la humanidad en diferentes áreas como Beethoven o Mozart, muchos de los cuales pasan desapercibidos por diversos factores.

Signos tempranos

Las señales que manifiesta un niño con superdotación o altas capacidades empiezan a edad temprana, aunque la genética representa un papel importante y el ambiente también influye, dice Arce. Alcanzan hitos del desarrollo antes de lo esperado, como lenguaje y desarrollo motor, y aprenden de manera autodidacta.

Mayra Sierra Sandoval, directora de secundaria del Colegio Rotario Benito Juárez, a donde asisten 250 alumnos con altas capacidades, de párvulos a quinto bachillerato, refiere que de 0 a 24 años mantienen una conversación con fluidez, conocen los colores y demuestran interés por lo que les rodea. A los 2 años y medio pueden armar un rompecabezas de 20 piezas y cuentan hasta 10. A los 4 años manifiestan un intenso y constante interés por aprender, hacen preguntas frecuentes y ya pueden leer.

De 4 a 6 años, prefieren relacionarse con adultos y niños mayores. A partir de los 6, tienen un vocabulario avanzado para su edad y memoria excepcional, manejan conceptos abstractos y tienen habilidad de hacer conexiones entre distintos conceptos, la cual aparece, formalmente, hasta los 12 años.

Tienen una curiosidad insaciable, gran creatividad y profundo interés por temas específicos, dice Sarti. Se interesan en actividades que les resultan atractivas, incluso, complicadas, ya que necesitan aprendizajes nuevos y desafiantes. Debido a que aprenden de manera acelerada, se aburren en las clases. Tienen un alto sentido de moral y de justicia, y se interesan por los problemas sociales o ambientales, expone Jiménez.

Participan en juegos imaginativos y creativos, al mostrar rica fantasía y originalidad en sus ideas. Muestran interés o resuelven problemas abstractos y buscan información adicional a lo que les interesa, refiere Michelle Carranza Jui, directora del Colegio Apde Las Charcas, que brinda educación a estos niños.

“Nuestros alumnos se dejan guiar y no entran en conflictos, al saber más que los docentes. Se sienten contentos de ser parte de un grupo, para ser como los demás, pues, a veces, en otros entornos, saber mucho lleva a la soledad e incomprensión, celos, envidias y bullying, asevera Sierra. Estas circunstancias pueden generarles estrés, tristeza, apatía y depresión.

“Hay padres que, incluso, les dicen a sus hijos con altas capacidades que no contesten todo lo que pregunta la maestra. Tratan de que pase desapercibido, para que no lo tachen de nerdo”, indica Jiménez. El menor enfrenta el conflicto de “no debo ser como soy”, y es incomprendido.

“Manejan tanta información que les cuesta canalizarla, por lo que necesitan adecuaciones especiales, pues el sistema educativo no está preparado para ellos”, explica Sierra, quien refiere que a su institución asisten niños con un CI promedio de 110 a 118.

Diagnóstico

  • Para diagnosticar a un niño con superdotación o altas capacidades, se le hace un test de inteligencia.
  • Por ejemplo, si un niño de 8 años —edad cronológica— alcanza 25 puntos y esa es la puntuación media que obtienen los niños de 10 años; entonces, la edad mental de ese niño es de 10 años y su CI es de (10/8) x 100 = 125.
  • Normalmente, el CI comprendido entre 85 y 115 se puede considerar normal; entre 115 y 130 se habla de inteligencia alta. Los cocientes superiores a 130 se consideran de inteligencia superior.

Desafíos

Tanto en la educación como en el trabajo, deben enfrentar falta de reconocimiento y diagnóstico adecuado, escasez de programas educativos especializados, desajustes en el aprendizaje, problemas socioemocionales y dificultades en la transición en el ámbito laboral, todos los cuales requieren atención, señala Sarti.

Arce añade que estos niños tienen una excelente capacidad para utilizar la información que necesitan para resolver un problema o relacionar una información con otra. Sin embargo, tienen un alto nivel de excitabilidad —aumentada habilidad innata para responder a los estímulos— en cinco áreas: psicomotora, sensitiva, emocional, imaginativa e intelectual.

Aunque tienen buen rendimiento académico, algunos no se les estimula al nivel que lo necesitan en su entorno, por lo que pierden interés, destaca Jiménez.

Estos menores pueden presentar desafíos en las socialización y gestión emocional, por lo que es importante apoyarlos en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. Presentan muchas características del trastorno de déficit de atención e hiperactividad y del espectro autista, por lo que hay que conocer muy bien estas neurodivergencias para hacer un buen diagnóstico, dice Sarti.

Al ser incomprendidos, pueden manifestar conductas destructivas, rebeldía e, incluso, llegan a ser expulsados. En algunos funciona mejor el estudio en casa. “Sin importar la inteligencia que tengan, son niños, y deben ser amados”, destaca Sierra.

Se tiende a pensar que su nivel de desarrollo socioemocional está al del intelectual, pero no es así, pues el primero corresponde a su edad cronológica. “Al igual que otros niños, necesitan del apoyo de su familia y de la comunidad educativa”, dice.

Algunos niños con superdotación pueden sentirse diferentes o tener dificultades para relacionarse con otros compañeros, por lo que se debe propiciar la interacción con menores de intereses similares y participación en actividades extracurriculares, dice Carranza.

Sierra refiere que alumnos de últimos grados buscan becas para estudiar en otros países, atraídos, principalmente, por carreras científicas. Uno de ellos es Lizandro Morales, exalumno del colegio Benito Juárez, quien estudia, simultáneamente, las carreras de Pedagogía en UTEL, México, y profesorado en Educación Primaria en la UVG.

Se sabe que entre el 15 por ciento y el 20 por ciento de los niños tiene características de una población con talento, según el informe de la Unesco La educación de niños con talento en Iberoamérica.

Su madre, Laura González, recuerda que, de pequeño, era muy inquieto, creativo, curioso, hacía preguntas constantes, tenía facilidad para aprender y siempre sacó altas calificaciones, sin casi estudiar. Le gustaba mucho dibujar en cientos de hojas que le pedía a su mamá. Ella siempre se esforzó en fomentar el aprendizaje correcto del lenguaje y pensamiento crítico en sus cuatro hijos, alimentar sus capacidades y rendimientos y tener una buena comunicación con ellos. González recomienda a padres de niños con altas capacidades “escucharlos, apoyarlos en sus sueños, enseñarles valores y brindarles mucho amor”.

“Es muy importante que los padres fomenten la curiosidad de sus hijos, al facilitarles el acceso a recursos educativos y libros en áreas de interés, visitas a museos, entre otras actividades educativas, materiales y juguetes que desafíen sus habilidades, y proveer un entorno donde se propicie el pensamiento crítico y la resolución de problemas”, dice Carranza.

Alta intelectualidad y creatividad

  • Precoces: tienen un desarrollo temprano inusual para su edad. La mayoría de los superdotados son precoces, pero no todos los precoces llegan a ser superdotados.
  • Prodigios: realizan una actividad fuera de lo común para su edad y condición. Desarrollan actividades que les llama la atención en un campo específico: memoria, lenguaje o ritmo.
  • Dotados o de inteligencia superior: tienen alta capacidad intelectual, establecida mediante pruebas psicométricas. Tienen un CI de 130 a 135.
  • Brillantes: destacan en alguna capacidad en un contexto determinado.
  • Excepcionales: se sitúan en los extremos de la distribución de la denominada curva normal y cuyos casos aparecen en una proporción de uno por cada 10 mil sujetos.
  • Superdotados: destacan en todas las áreas del conocimiento humano.
  • Talentos: tienen la capacidad de rendimiento superior en un área de la conducta humana. Hay numerosas clasificaciones de tipos de talentos: intelectual, creativo, psicomotor o social.

Educación especial

Las expertas consultadas refieren que en Guatemala no hay alguna institución o programa específicamente para niños superdotados, sino que los centros educativos adaptan su enseñanza de acuerdo con las necesidades de los menores. “Tenemos ese vacío, pues no hay una organización específica que se especialice en aplicar modelos puntuales. Cada institución hace adecuaciones”, señala Jiménez.

La falta de programas específicos para niños superdotados lleva a la necesidad de buscar apoyos extracurriculares y acompañamiento psicopedagógico personalizado, que ofrecen programas para trabajar áreas según resultados psicométricos, incluyendo enriquecimiento curricular y seguimiento escolar y familiar, señala Sarti.

A pesar de tener gran capacidad e inteligencia, el 70% de las personas con altas capacidades afronta el fracaso escolar, porque no aprenden de la misma forma que los demás,

Se han manejado tres enfoques para su atención: agrupamiento —formar un grupo para atender solo a estos niños, lo cual contradice los principios de educación inclusiva—; aceleración —promoverlos hasta el grado que corresponde, según sus habilidades intelectuales— y enriquecimiento curricular, el más recomendado, pues se trata de que aprendan lo mismo que el resto de sus compañeros, pero con mayor profundidad, pues prefieren trabajar cuando se les reta a hacer algo que puede ser difícil, expone Arce.

El Ministerio de Educación, a través de la Dirección General de Educación Especial, agrega, está fortaleciendo las capacidades de los docentes de centros educativos públicos para identificar y atender a esta población.

Además, un problema añadido es que el profesorado no suele estar preparado para identificar esta cualidad intelectual y no saben potenciar sus capacidades, dice Unicef.

En Apde Las Charcas tienen un programa de educación avanzada y personalizada, que incluye clases aceleradas con un enfoque integral para estos menores, quienes estudian en aulas regulares, pero las maestras proporcionan actividades y tareas enriquecidas para satisfacer sus necesidades. Esta práctica promueve la interacción social con sus compañeros.

“Los padres deben buscar el equilibrio. No se trata de que el menor pase leyendo todo el día. Hay que darle espacio para que sea niño, que juegue y nutra el desarrollo emocional. Deben amarlo por quien es y no por sus altas capacidades y permitir que sea plenamente aceptado”, señala Jiménez.

Características

  • Algunas señales que manifiestan los niños con superdotación:
  • Leen un libro a los 4 años de edad.
  • Identifica al menos seis colores, a los 18 meses.
  • Saben el abecedario —al menos 18 letras—, a los 2 años y medio.
  • Demuestran un alto grado de dedicación a las tareas y resolución de problemas.
  • Son perseverantes, tienen altos niveles de creatividad, pues sus ideas, preguntas, dibujos y juegos son originales, ingeniosos o novedosos.
  • Les gusta leer libros de referencia, como diccionarios y enciclopedias.
  • Son observadores, investigativos y muy independientes.
  • Tienen excesiva cantidad de energía.

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.