A continuación, lo más importante de la entrevista con Urrutia.
¿A qué se debe la salida de Orellana?
Es un movimiento extraño, porque es un hombre del partido, una pieza clave en el conjunto del FRG y de Efraín Ríos Montt (fue su abogado).
¿Cuál es el balance de la política exterior en estos tres años?
Es una gestión gris, sin muchos resultados. Una política exterior errática, sin una línea clara. Orellana no tiene la calidad política de Eduardo Stein, (canciller en la anterior administración), quien tenía objetivos precisos y una estrategia, ligados a la política interior de los acuerdos de paz y su cumplimiento.
El cumplimiento de los acuerdos de paz durante este gobierno fue poco más que retórica. Orellana no reflejó un interés fuerte en el cumplimiento de los acuerdos de paz, que es algo que la comunidad internacional está demandando.
¿Podría estar allí otro de los motivos para el cambio en la Cancillería?
Dado el enfriamiento de las relaciones con la comunidad internacional, el posicionamiento de Edgar Gutiérrez como canciller es estratégico.
A él se le adjudica el hecho de que la comunidad internacional haya creído en este gobierno. Convertirlo en Canciller refleja la importancia que le están dando a la cooperación internacional, donde hay presiones de Estados Unidos y de la Unión Europea.
¿Qué puede lograr Gutiérrez?
Las relaciones internacionales es un frente débil del actual gobierno y Gutiérrez siempre ha gozado de una buena relación con la comunidad internacional, porque estuvo en el Rehmi, y en esa posición puede reforzar al Gobierno. Además, Gutiérrez es el hombre más cercano a Alfonso Portillo.