¿En qué debe invertir el guatemalteco su aguinaldo?
El común de la gente piensa en qué me voy a gasta el dinero. Pero lo importante en fechas como ésta es saber distinguir la diferencia ente gastar o invertir ese dinero.
Gastar es comprar o adquirir algo que nos trae un beneficio por corto tiempo. Invertir es lo mismo, sólo que por largo tiempo; el beneficio se extiende y puede crecer. En ese sentido, cada billete nuestro tiene dos opciones: lo gastamos o lo invertimos.
El problema es que la gente no piensa en invertir, sino en gastar. Por ejemplo, pensemos en cuántos gastamos en pólvora en lugar de invertir en una computadora para el hogar o el trabajo. Un regalo de navidad, o de cualquier fecha, es un gasto o una inversión, dependiendo del tipo de beneficio que nos traiga.
¿Cómo hacer para lograr diferenciar entre ambos términos?
Debemos preguntarnos, ¿esto lo voy a comprar porque lo quiero o porque lo necesito? Estoy seguro de que en la mayoría de los casos la respuesta sería ?la verdad es que lo quiero, pero no lo necesito?. Se debe ser honesto con uno mismo y evaluar la necesidad real de un gasto.
Ahora, que si dentro de su plan de gastos hay posibilidad de darse un lujo, pues adelante, pero debe entenderse que hay un tiempo para todo.
¿Qué debe hacer una persona para economizar en sus gastos?
Primero hay que entender que la palabra economía quiere decir, o al menos así lo recomiendo, hacer lo más con lo menos. Economizar es sacar el mayor provecho al dinero con una mejor administración del mismo, sea personal o familiar.
El problema con la mayoría de las personas es que viven inmersas en una economía de subsistencia. Es decir, que solamente logran ganar lo necesario para cubrir gastos, para mantenerse en ?un punto de equilibrio?. Su política de vida es la que va de un día de pago hasta el próximo pago. Generalmente, estiran su cheque hasta que llega el próximo.
¿Pero, entonces, la gente no debe comprar en estas fiestas de fin de año?
Eso es algo inevitable, pero mi recomendación es que deben tener en mente que la vida no termina en diciembre, porque luego amanece enero. Debemos estar conscientes de que los papeles rasgados o las cajas rotas de los regalos no se traducen en una realidad agradable si solamente se gastó el dinero.
¿Y qué hay del concepto de ahorro?
Sí, pero hay dos visiones diferentes. Una es la visión de la gente rica, que aprende a invertir en bienes o servicios que le generarán ganancias a largo plazo y de forma ascendente. La otra es la visión de la clase media o pobre, que ahorra o más bien guarda sólo para los casos de emergencia o para ?tener un colchoncito? por si de repente se necesita.
Entonces, ¿vivimos en una sociedad mayoritariamente cortoplacista?
El ciudadano promedio, no sólo en Guatemala, sino que en cualquier país latinoamericano, hace lo mismo. Nadie sabe qué quiere llegar a tener en cinco, diez o quince años. No hay visión de crecimiento. No se piensa en cómo va a estar la persona, la pareja o la familia en unos años, económicamente hablando.
No hay un norte o dirección para saber a qué se aspira en el largo plazo. Debemos pensar a futuro y evitar vivir del momento. Actualmente, se habla de proyecto de nación, pero preguntémonos cuál es nuestro proyecto de familia. Debe tenerse un propósito en la vida para lograr crecer económicamente.
¿Cómo podría alguien alcanzar ese crecimiento?
Se puede pensar en invertir en un negocio adicional a la profesión. Nada muy grande, una pequeña casita para alquilar o una tienda. Debe verse hacia adelante, no gastar y vivir del día a día. Es preciso pensar qué es conveniente para la familia y la persona misma. Un consejo clave es que compre donde ahora puede y no donde quiere.
En su opinión, ¿hacia dónde van las nuevas generaciones?
No se les ha inculcado esta visión a los jóvenes, pero tan pronto la captan, son luchadores con su proyecto. Sólo hay que ver cuánto empresario joven hay en el país. Debe haber una revisión o control del proyecto que se propongan, de dónde se está invirtiendo o gastando el dinero. Una vez que los jóvenes lo captan, se dedican a su tarea con mayor ardor que el promedio de la gente.
O sea, ¿enseñar a los hijos a ser responsables con el dinero?
Debe estimularse a la gente joven para ahorrar. Además, debe enseñárseles que quien es responsable con su gasto sabe en dónde lo va a gastar. Para esa persona debe haber una justificación real para gastar su dinero. Los padres deben aconsejar, inculcar a sus hijos para orientarlos en esa visión de futuro, a ser responsables con su dinero.
Recuerde, lo que usted devenga es su salario, pero lo que gana es lo que queda al final del mes y esa ganancia es su ahorro, es su capital.