No obstante, considera que el momento actual también puede ser un punto de partida para retomar el rumbo de la democracia.
¿Cómo ve los recientes acontecimiento en torno al proceso electoral y esta orden de suspender a uno de los partidos que oficialmente ya va a segunda vuelta?
Bueno, por un lado, es muy preocupante y peligroso, pero por otro lado creo que ya han jugado la última carta con el plazo este que han dado de 24 horas, o el Tribunal cumple y suspende a Semilla y se viene una crisis política mayúscula, porque creo que la gente no lo va a aguantar, o el Tribunal no cumple y ahí se viene una crisis institucional. Pero después de esto ya no queda más qué hacer, ni hay más tiempo, ni hay más escenarios, o sea, que ya han jugado todo lo que podían jugar.
¿Usted cree que estos grupos se están jugando el todo?
Sí. Yo creo que han ido arrinconando a la sociedad a una situación insostenible. A partir de ahora se aceleran los tiempos al haber dado estas 24 horas para cumplir, diciendo que si no se cumple incurrirían en una desobediencia o en un incumplimiento. Creo que están llevando al país al límite, así que se vienen 24, 48 quizá 72 horas de mucha tensión, pero ya con una definición.
La definición en Derecho está clara, cumplir con el artículo 92 —de la Ley Electoral y de Partidos Políticos—, o que se acate una decisión ilegal, lo que conduciría una crisis política mayúscula, y bueno, esto creo que abre todos los escenarios, desde los más esperanzadores hasta los más optimistas.
¿Cómo debería reaccionar la comunidad internacional?
La comunidad internacional, frente a este intento de golpe, ya no puede quedar callada, o sea, la misión de la Unión Europea y de la OEA, que están en terreno, tienen que señalar de manera clara y expresa que la Ley Electoral en el artículo 92 prohíbe suspender un partido una vez que se ha iniciado el proceso y tienen que hacer llegar su opinión al Tribunal Electoral, a la Corte Suprema, a la Corte Constitucional, al Ministerio Público y a la Presidencia haciéndole ver la gravedad de lo que implicaría cumplir con la decisión de este juez. La comunidad internacional en Guatemala, el G13, tiene que sacar un comunicado enérgico en favor del cumplimiento y del estado de Derecho, y tomar una decisión muy clara en favor del respeto del estado de Derecho y de la legalidad en Guatemala, de lo contrario será, de nuevo, llegar tarde.
¿Cómo en otros países? ¿Qué implicaría llegar tarde?
No actuar de manera inmediata, clara y firme arriesga a que la situación en Guatemala derive en una crisis política, implicaría otro país de la región centroamericana inmerso en una grave crisis con el papel muy importante que juega Guatemala por su papel dentro de la región centroamericana, su posición geopolítica importantísima, pero también la posibilidad de que una nueva crisis en otro país, además del deterioro gravísimo de la democracia en la región, implique una mayor salida de migrantes.
¿Si se llegara a concretar este intento de golpe, como usted lo llama, ya no habría diferencia con Nicaragua, por ejemplo, donde allá se hace lo que quiere Daniel Ortega y acá lo que quiere un grupo?
Absolutamente, porque además si se hiciera caso a este pedido de suspensión sacando a Semilla y colocando al que viene en tercer lugar, Manuel Conde, sería realmente un golpe judicial. Le estarían pavimentando el camino para la llegada al Gobierno a través de unas elecciones totalmente manipuladas y fraudulentas.
Tal como fueron en Nicaragua…
Como fueron en Nicaragua, nada más que con una metodología diferente, pero con el mismo enfoque de adulterar resultados para favorecer para que gane el favorito del oficialismo, sería gravísimo.
Ignorando los 600 mil votos que tuvo el segundo lugar…
No solamente eso, sino, además, ignorando la decisión del Tribunal Supremo Electoral, y si este termina recibiendo órdenes de la Corte Suprema en su momento, de la Corte Constitucional en su momento, y de ahora del Ministerio público y de un juzgado. Entonces hay que quitarle la etiqueta de supremo electoral y llamarlos un TTE, tribunal de trámites electorales, pero bajo ningún punto de vista supremo.
¿Qué opina de cómo ha actuado el TSE?
Hay muchísimo en juego, y creo que también le ha llegado la hora de la verdad al Tribunal. Si está dispuesto a jugársela para defender la legalidad e interpretar adecuadamente la Ley Electoral y salir en defensa del estado de Derecho y de los resultados, escuché que la presidenta —Irma Palencia—ha ratificado que las elecciones se ganan en las urnas y no en los juzgados, así que les llegó el momento de demostrar de que el Tribunal no solamente dice eso, sino que defiende lo que dice. Yo llamaría a este momento, el momento de la verdad.
Llegó el momento de tomar posiciones y de salir en defensa puntual y firme. Porque estamos ante un golpe judicial. Están queriendo adulterar, de manera grave, los resultados de la primera vuelta, recientemente oficializado por el Tribunal Supremo Electoral.
¿A qué se refiere con el momento de la verdad?
Cada uno tiene que saber que esto no es de izquierda y derecha. Dijimos que Guatemala está en su hora más oscura, pero también en la hora de mayor esperanza. Cada uno tendrá que ver dónde se apunta, si del lado de la democracia y del estado de Derecho o si se apunta del lado corrupto y del autoritarismo. Esto es una cuestión entre democracia y autoritarismo, todos, sociedad civil, comunidad internacional etcétera, tiene que tomar una decisión. Ya no hay tiempo para seguir maquillando esto, para seguirle buscándole algún remedio jurídico, o sea, todo eso ya quedó superado. Hay que ponerse a trabajar porque esto o lo salvan a ustedes o se va al caño, no hay términos medios acá, por eso digo, llegó el momento de la verdad si voy a ir con la democracia o con el autoritarismo, ya están definidas las dos opciones y punto, no hay donde perderse.