Sin Carlos Pineda, de Prosperidad Ciudadana, en la contienda electoral, el escenario de preferencia de la población se modifica.
En la Encuesta Libre elaborada entre el 14 y 23 de abril y publicada el pasado 2 de mayo, él era el candidato del área metropolitana. Ahora es Zury Ríos, presidenciable de la coalición Valor-Unionista, quien se coloca a la cabeza en la capital, al alcanzar un 15.7% de preferencia sobre los votos válidos.
Pero la fuerza de Ríos disminuye al cambiar de territorio, pues pasa a una tercera posición en el interior urbano y desciende aún más al trasladarse al área rural -allí se concentra el 46% de la población, según el Censo de Población y Vivienda 2018-. En este último escenario es Torres la que lidera la intención de voto, con un 31.2%, y crece siete puntos porcentuales en esta región, comparada con la encuesta publicada en mayo pasado, en la que aparecía con 24.2%.
En la ciudad e interior
Edmond Mulet, del partido Cabal, es el más equilibrado de los candidatos en contienda y se mantiene en la segunda posición, tanto en la capital como en el interior urbano y rural, con 13.5%, 16.2% y 11.3%, respectivamente.
Los datos reflejan un mayor trabajo de este presidenciable por acercarse a la población en las tres regiones del país que se midieron en esta encuesta, pues la intención de voto subió entre dos y seis puntos al comparar los datos que se recogieron en abril pasado.
Otro de los candidatos cuya fuerza radica en la capital es Manuel Villacorta, presidenciable del partido Voluntad, Oportunidad y Solidaridad (VOS), con un 11.7% de preferencia entre los votantes. Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla, tiene el mismo perfil y alcanza 7.6%. Aunque ambos se debilitan en el área rural.
Amílcar Rivera, igual que Mulet, se mantiene inamovible en una sexta posición en la intención de voto, indistintamente de la región.
Armando Castillo, de Viva, y Manuel Conde, del partido oficial Vamos, acentúan su fuerza en el área rural.
La encuesta también midió la intención de la población de anular su voto el día de las elecciones, y este se coloca en una segunda posición. Hay un notable crecimiento del voto nulo en un lapso de tres meses, desde la última medición.
Sin embargo, la inclinación de los electores por anular la papeleta es mayor en el interior urbano. En los datos de la encuesta de mayo se encontraba en 6.3% y en esta edición pasa a 16.5%, un aumento de 10.2 puntos porcentuales.