Elecciones Generales Guatemala 2023

Encuesta elecciones Guatemala 2023: Por qué Sandra Torres, Sammy Morales y Zury Ríos acaparan el antivoto de los guatemaltecos

Tres aspirantes a la Presidencia, de una lista de siete, acumulan mayor antivoto, según los resultados de la Encuesta Libre 2023, lo que significa que los electores potenciales nunca votarían por ellos.

¿Por quién nunca votaría? fue una de las preguntas que se hicieron durante las entrevistas cara a cara a lo largo del país, para la medición de la intención de voto con miras a las elecciones del 25 de junio próximo.

En el muestreo efectuado del 14 al 23 de abril del 2023 por la firma ProDatos para Prensa Libre y Guatevisión,  se pudo evidenciar que existe un alto nivel de pesimismo entre los guatemaltecos, y los electores fijaron una postura potencial de por qué nunca votarían por determinada propuesta política.

Al doble dígito

Los resultados del antivoto pueden dividirse en dos grandes grupos: los presidenciables que tienen doble dígito de porcentaje en cuanto a por quién los electores nunca votarían, y aquellos que no pasan del 2%.

En el primer lugar aparece la candidata de la UNE, Sandra Torres, quien alcanzó un visceral 34.8%, seguida por Sammy Morales, del partido FCN-Nación, con 16.1%, y Zury Ríos, de la coalición Valor-Unionista, que se situó con el 12.9%.

Estos resultados tienen una explicación:

Para Torres esta es su tercera campaña, cuenta con un nivel de conocimiento alto por parte de los electores, 99.5%, resultados con los que marca su voto duro, pero al mismo tiempo su techo electoral.

En el caso de Morales, es su primera contienda, pero su hermano Jimmy Morales gobernó en la administración pasada, lo que podría suponer cierto rechazo a la gestión del expresidente.

Para Ríos es su segunda participación como candidata, logró un nivel de conocimiento del 86.2%, pero el antivoto le pasa factura al ser la tercera candidata por la cual los guatemaltecos nunca votarían.

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Por segmento

Al hacer un desglose por segmento, Torres concentra un 53.2% de rechazo en el área metropolitana, en el área interior urbana 41.7%, y en la rural 21.7%. Por nivel socioeconómico, el 83.3% es BC1, el 55.7% C2/C3 y el D, 30.7%. Además, 38.6% son hombres y 30.9%.

El antivoto para Morales se define en 26.6% en el sector metropolitano, 15.7% para el interior urbano y 11.6% en las zonas rurales.  En tanto que por nivel socioeconómico el 40% es BC1, el 26.7% C2/C3 y 14% para el estrato D; a la vez, 17.1% son hombres y 15%, mujeres.

Finalmente, para Ríos, el antivoto lo agrupa en 22.6% en el área metropolitana, 12.1% para el interior urbano y 9.1% para el área rural. Por nivel socioeconómico, el 26.7% es BC1, el 25.2%, C2/C3, y para el nivel D alcanzó 11%. El 13.9% son hombres y 11.9% son mujeres.

A otra velocidad

Cuando el elector se manifiesta con un antivoto está expresando que esa persona representa lo contrario de lo que él esperaría de un candidato, y en la muestra existen otros presidenciables que tienen un porcentaje menor en este indicador.

Álvaro Trujillo Baldizón, candidato de la agrupación Cambio, y Manuel Conde Orellana, del partido oficial Vamos, empataron con 1.7%.

Edmond Mulet, del partido Cabal, obtuvo un 1.6%, y José Amílcar Rivera, del partido Victoria, 1.4%; otros candidatos concentran un 5.6%, y 44.9% indica que no votaría por ninguno.

Posibles razones

El semiólogo Carlos Velásquez dio una explicación neutral sobre la imagen del antivoto contra estos tres candidatos.

Para Torres comentó que “está clara la misoginia que gobierna en la sociedad”, y aunque en términos generales se le asocia con la corrupción, no más que otros, el principal rechazo hacia ella “es su imagen como mujer, que refleja muy bien el machismo, el conservadurismo, solo por ser mujer”, pero al analizar eso es lo que prevalece, que no es casual, de por qué ha perdido en las últimas dos elecciones y la resistencia es más grande hacia ella”.

En el caso de Ríos, resaltó que es diferente, y aunque tiene una imagen femenina, en el imaginario se le asocia con figuras “de más dominio, de fuerza, con la sombra del padre -Efraín Ríos Montt-, militarismo, contundencia, entre otros, y el rechazo es de tipo ideológico, es decir que viene del pasado familiar y de ser hija del general, y se asume que su rechazo es en zonas intelectualizadas, en donde se le asigna la cuota de la repercusión”.

El semiólogo indicó que, en términos puramente semióticos, el retroceso en la popularidad se manifiesta en áreas urbanas, en donde están los valores más arraigados, pero en la provincia hay más elementos de “maternidad”, que son en términos “psicosemióticos”.

“Ahí Torres tiene y provee una figura materna; en tanto, Ríos no termina de cuajar, y no es por cuestiones ideológicas, sino que simplemente porque su discurso no convence en el interior al ofrecer un discurso proteccionista-paternalista”, resaltó Velásquez.

En cuanto al rechazo a Morales, añadió: “No hay para dónde, porque su hermano, al gobernar, tuvo los menores índices de aceptación en la historia”, y toda esa carga recae en él.

¿Tiempo para enderezar?

Al preguntarle al semiólogo si estos candidatos pueden enderezar su imagen ante el electorado, aseguró que es muy poco el tiempo que queda y los estrategas, salvo el de Ríos, se supondría que deben replantear su campaña, y ya se empiezan a observar las manifestaciones de nueva estrategia, pero es “imposible” que levante.

“En el caso de Pineda, sí sabía a qué jugaba, cómo posicionarse exactamente a una misma imagen de Jimmy Morales, pero ante la falta de una cultura política de la sociedad, le hace confiar más en actores que en propuestas, que en análisis de estrategias”, puntualizó.

En todo caso, los contendientes aún tienen tiempo para aprovechar “las mismas medidas” que el puntero de intención de voto, pero desafortunadamente en una población “tan analfabeta políticamente”, las imágenes como esta son las que más impactan en un tiempo tan pequeño como el que se presenta ahora.

Con el resto de los candidatos, cuyo rechazo no supera ni el 2% en la medición, el profesional explicó que “simplemente son desconocidos”, con excepción de Manuel Villacorta, que siempre “genera elementos positivos” cuando es conocido, pero no levanta; “ni fu-ni fa”, y la resistencia se establece de una imagen negativa, y como todos estos presidenciables no tienen una imagen posicionada o arraigada en los electores, no se puede calcular un voto fuerte para ellos, salvo que ocurriera un antivoto al puntero que ya empieza a ganar rechazo, pero muy focalizado en un sector muy intelectualizado, pero no en la población común.

“Aunque Pineda ya está teniendo un rechazo, todavía es marginal, en un sector intelectual, pero que no supera y que traspasa las redes”, comentó.

“Si realmente la intención de voto para Pineda va a hacer efectiva, porque toda su estrategia ha sido mediática, también es posible que sea mediático su voto, es decir, que no llegue a las urnas, pero eso habría que esperar, porque normalmente las personas despolitizadas escuchan tambores y campanas, que dicen ‘yo ahí voy’ pero que tenga la intensión de asistir a una urna y votar, yo ahí pondría en duda esa figura tan grande y drástica de este candidato”, concluyó Velásquez.

Grupos que ya gobernaron

Virginia Pinto, analista de la Asociación de Investigación de Estudios Sociales (Asíes), comentó respecto de los candidatos de la UNE y FCN-Nación que ellos ya han estado presentes en la vida política y sus agrupaciones políticas ya ejercieron gobernanza, “y esto ya tiene una afectación en su apoyo o no de la ciudadanía”.

En cuanto a la candidata de Valor-Unionista, a pesar de que no ha hecho gobierno como los otros dos partidos, ha hecho política en el Congreso y trae la historia de su padre, “que pesa mucho el factor ideológico y lo que esto implica, que son los elementos que le afectan en su antivoto”.

Explicó que el rechazo a Torres es bastante férreo, que ha llegado a una segunda vuelta, pero esto se le revierte. “En las elecciones pasadas las ganó, y al no llegar al 50% necesario para ganar la elección presidencial en la primera vuelta, se va a una segunda, y es su resistencia que hace que pierda la elección”, precisó Pinto.

Para el analista político independiente Douglas González, el antivoto seguirá creciendo “porque las personas no se sienten representadas, y a los pocos meses de elegir se sienten desencantadas, frustradas y engañadas”.

En todo caso, un candidato puede capitalizar ambos; es decir, el rechazo y un voto de castigo, por lo que puede arrasar y ganar en todas las categorías.

Recordó que esta práctica empezó con el voto de castigo Arzú y Portillo, pero en el gobierno de la UNE, que fue el primero que no tuvo candidato oficial, por la denegatoria de la candidatura de Sandra Torres en las elecciones del 2011, empezó a crecer el antivoto, porque la gente entendió que el partido de gobierno no repetía.

 

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