Los campesinos guatemaltecos están viajando a territorio vecino a trabajar en el corte de café, en donde, como temporeros, retornan con algunos recursos para sostener a sus familias.
Una esperanza
Pedro Cabrera de León, un campesino de San Marcos que logró llegar a territorio mexicano, dijo que para muchos jornaleros las fuentes de trabajo en territorio chiapaneco son una esperanza, porque en nuestro país no tienen dónde trabajar.
Agregó que en Chiapas están pagando por cada caja de 100 libras de café maduro cortado el equivalente a unos Q32, además de comida y vivienda; mientras que en Quetzaltenango y San Marcos pagan entre Q12 y Q15 por la misma cantidad.
Los lunes se reúnen en el parque de Tecún Umán cientos de trabajadores temporeros, quienes son contratados y trasladados a las fincas cafetaleras de la región costera y la serranía de Chiapas, para trabajar por lapsos de uno a tres meses.
La contratación de braceros guatemaltecos está bajo la observación de la Oficina de Derechos Humanos de la Casa del Migrante en esta frontera, para evitar que sean violados sus derechos fundamentales y laborales.
?Es mejor dejar a la familia por unas semanas para ganarse la vida honradamente, que enrolarse en los grupos de delincuentes que tanto daño causan a los guatemaltecos?, puntualizó el trabajador agrícola Rafael Pérez.
