Yadira Cujcuy, familiar de una de las víctimas, dijo que en la memoria todavía vive el recuerdo de las desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, reclutamiento forzado, tortura y violación a las que fue sometida la población, en especial la indígena.
En Sololá, 29 víctimas recibieron la retribución económica, y se les ofreció la construcción de casas por parte del Fondo Guatemalteco para la Vivienda, la cual podría empezar en un mes.
La oficina regional de resarcimiento de la Secretaría de la Paz entregó compensación económica a 223 víctimas de la guerra originarias de Totonicapán, Quetzaltenango y San Marcos.