Guatemala

Impulsor del turismo

Carlos Molina se ha impuesto la meta de buscar el desarrollo de Totonicapán.

Si algo enorgullece a Carlos Molina es sentirse totonicapense de corazón. Esto se refleja en su ardua promoción del turismo y la riqueza cultural, en su propósito de mejorar las condiciones de vida de los vecinos y ayudar a los discapacitados.

Al referirse a él, los totonicapenses sólo tienen palabras de agradecimiento.

?Don Carlitos ha sido una bendición para mi familia; nos ha dado tanto?, indica Gladys Lileana Cifuentes, en alusión a la ayuda brindada a su hija Magdalena, que es ciega de nacimiento.

Lo mismo opina el artesano Santos Gutiérrez, a quien Carlos ha ayudado a mostrar su arte. ?Si no fuera por él, nuestra identidad cultural pasaría inadvertida?, asegura.

Y es que las múltiples actividades que este hombre organiza y coordina traen beneficios a muchos habitantes.

La lista de sus acciones es extensa: festivales de danza folclórica, edición de música tradicional, coordinación para la restauración del patrimonio cultural y de programas de turismo, así como mediador para ayudar a niños con discapacidad.

Todo lo hace de forma gratuita; su anhelo es ver a su gente con mejores condiciones de vida.

Turismo diferente

Entre las actividades más destacadas de Carlos está su trabajo para impulsar un turismo único en Totonicapán y Guatemala.

Lo que busca es que los turistas de este departamento se adentren en la cultura maya-k?iche?.

?Había que mostrar al turista la música, la artesanía y las artes culinarias, sobre todo generando ingresos que queden en la comunidad ?, explica Carlos.

Todos los meses organizan recorridos turísticos que duran dos días, en los cuales participan personas oriundas de diversos países.

?Les mostramos nuestra cultura y se quedan en casas de habitantes del lugar, para que compartan la suya?, cuenta.

Antes de promover el proyecto, Carlos tuvo que hacer que los habitantes entendieran el concepto de turismo y las ventajas que les traería para mejorar su nivel de vida.

Así se logró que todos participaran en este negocio: unos tocan la música, algunos elaboran artesanías, mientras otros cocinan comida típica y dan su casa para que holandeses, belgas y canadienses disfruten su estadía.

?Cada vez que vienen, se sienten en familia, como si estuvieran en sus hogares?, relata Floridalma Chaclán, quien al igual que su hermano es beneficiaria del proyecto.

Todos ganan

Al final, hay ganancias para cada uno de los que participan. ?Somos gente humilde, pero gracias a que recibimos turistas hemos logrado pagar la luz?, relata Elfa Judith Chaclán.

Promotor de la cultura maya quiché

Son muchas las razones por las que Carlos Molina fue nombrado como uno de los Héroes Anónimos del 2002. Entre ellas, su trabajo para impulsar el turismo en Totonicapán.

Nació en Quetzaltenango el 25 de julio de 1963. Llegó a Totonicapán cuando tenía 6 años, junto con su madre y tres hermanos. ?Me eduqué en esta cultura y me siento totonicapense de corazón?, dice.

Estudio magisterio y está por concluir la licenciatura en administración de empresas turísticas.

En 1987 inició el proyecto de turismo, con apoyo de la comuna de Totonicapán y el Inguat. Desde 1996, el proyecto es autosuficiente y genera utilidades.

Para niños discapacitados

Por medio de la fundación holandesa Liliane Fonds, Carlos ha logrado dar apoyo a niños ciegos, sordos y mudos de Totonicapán. Muchos de ellos estudian y aprenden oficios, pese a su discapacidad.

Motiva a los músicos

Para no perder las tradiciones musicales de Totonicapán, Carlos ha coordinado la edición de casetes y discos con melodías interpretadas por músicos del lugar.

Por la cultura

Cada año, durante dos días, Carlos y algunas asociaciones organizan el Festival de Danza, donde participan más de 500 personajes. El objetivo es que las tradiciones no mueran.