Concentración
Aunque la superficie de los municipios que son cabecera abarca 10 mil kilómetros —menos del 10 por ciento del territorio nacional— y las zonas urbanas tienen una dimensión aún menor, cerca de un tercio de las muertes violentas tienen lugar en estos.
Visto de otra forma, mil crímenes del primer semestre del año se cometieron en el 6.6 por ciento de los municipios del país, 22 de los 334.
La Ciudad de Guatemala concentra el 41 por ciento de los homicidios en zonas urbanas, con 413 casos registrados, le siguen las cabeceras de Izabal, Escuintla y Jalapa, con 74, 70 y 56 casos, respectivamente, que suman 613 casos.
Las urbes que presentan menos muertes son Sololá, Guastatoya y San Marcos, con ocho, siete y un homicidios, respectivamente.
Acciones
El ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, detalló que llevan el registro de 28 municipios que acumulan el mayor porcentaje de incidencia criminal, pero que “no necesariamente son cabeceras”.
A mediados de julio se instaló el Gabinete del Pacto por la Paz para dar seguimiento a varias medidas, como la creación de comisiones de seguridad en barrios de zonas consideradas “rojas” en la capital y también en municipios como Villa Nueva o San Miguel Petapa, que presentan también altos índices de violencia, vinculada con frecuencia a atracos, extorsiones y pugnas entre pandilleros.
También se registran casos de venganzas y otros ligados a violencia intrafamiliar, tal como ocurrió con Íngrid Gabriela Conedera Vargas, asistente de la Procuraduría General de la Nación, asesinada el 25 de julio en un aparente asalto, aunque las investigaciones apuntan a que el presunto autor intelectual del crimen es su exconviviente, quien está detenido, al igual que la sicaria y el conductor de la motocicleta.
Según el informe del Inacif, 469 de las víctimas en los siete meses del año son mujeres.
Zozobra
Gary Estrada, del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala, explicó que los niveles de violencia, “desbordantes y preocupantes”, están presentes en el imaginario social del guatemalteco y que incluso están “naturalizados”.
Al consultarle acerca de la crueldad en casos en que las víctimas han sido desmembradas —van al 22 en el año, según el Inacif—, Estrada afirmó: “Son el reflejo de la sociedad y que la saña se da porque somos una sociedad violenta, con un problema de salud mental. Tenemos un discurso violento que degenera y se convierte en saña. Esas actitudes desmedidas e innecesarias demuestran que en Guatemala se ha tolerado un nivel de violencia muy alto, pues convivimos con la violencia, incluso nos mofamos de ella como si fuese algo natural”.
Medidas
El Gobierno ha apostado por la creación de fuerzas de tarea para reducir la violencia en ciertos sectores urbanos y se ha trazado la meta de elevar a 30 mil la cantidad de agentes de Policía este año.
Además se busca implementar programas de prevención, como el denominado Jóvenes Protagonistas, que atiende a menores de 12 a 18 años en 190 municipios, incluidas varias cabeceras.