El domingo a las 10 horas se reunieron los grupos de fiscales que minutos después viajaron a Retalhuleu e Izabal para efectuar las diligencias, este lunes, junto a la Policía Nacional Civil (PNC) y algunos militares.
El personal que participó en los allanamientos desarrollados en Escuintla, Santa Rosa y Guatemala se reunió el lunes a las 3 horas. A las seis de la mañana comenzaron las detenciones con el apoyo de la PNC y el Ejército.
También se aplicó el Sistema de identificación de huellas dactilares (Afis) instalado en el Centro de Administración de Justicia (CAJ), situado en el Club de Oficiales de la Policía Nacional Civil (PNC), en la zona 6 capitalina.
A diferencia de operativos anteriores, los detenidos ayer fueron trasladados al CAJ, y no a la Torre de Tribunales o al juzgado de turno de Villa Nueva.
Nery Ramos, director de la PNC, explicó que el CAJ está integrado como juzgado móvil, en donde se encuentra representada la Defensoría Pública Penal, el Ministerio Público y un juez.
“Dadas las limitaciones de la Torre de Tribunales y para evitar algún incidente entre las pandillas, tal y como ha sucedido en otras ocasiones, se improvisó el CAJ”, comentó Ramos.
El director de la PNC refirió que se sumaron expertos en bases de datos de la Policía y en dactiloscopia, quienes fueron los encargados de utilizar los equipos biométricos para la identificación de los capturados por medio de las huellas dactilares.
El procedimiento utilizado consistió en que cada uno de los aprehendidos formaba fila junto a los agentes captores para ser registrado en el sistema Afis. Además de los datos personales, se registraban los delitos señalados, y después se procedía a tomar las huellas dactilares y, por último, se le tomaba una fotografía.
Luego se le asignaba un abogado de la Defensoría Pública, antes de comparecer ante el juez asignado.
De igual manera, se improvisó una sala de audiencias en la que el juez le daba a conocer el motivo de detención a los presuntos pandilleros, quienes permanecieron en esas instalaciones. Se espera que hoy sean trasladados a la Torre de Tribunales, para rendir su primera declaración.
También se contó con la presencia de representantes de la Procuraduría de los Derechos Humanos para verificar que se respetaran las garantías de los capturados.
Monitoreo con dron
Un especialista militar utilizó un dron, cuyos sobrevuelos permitieron monitorear las áreas en donde se efectuaban los operativos, como en La Esperanza.
El aparato se elevó unos 200 metros, altura desde la cual se obtenían las imágenes de lo que hacían los policías y fiscales, así como los movimientos de los pobladores.
En un barranco de la colonia Villalobos 2, en un área de difícil acceso para los agentes, se utilizó el dron para ubicar un buzón de armas del cual las autoridades habían obtenido información previa.
El Ejército también utilizó vehículos artillados para patrullar las colonias ubicadas en esa zona.
Las autoridades implementaron puestos de registro de vehículos y de personas en los que cada grupo de policías y fiscales portaban carpetas que contenían fotografías de los presuntos delincuentes que buscaban.
En los allanamientos también se utilizaron canes para la búsqueda de drogas y armas en viviendas, vehículos y mochilas de peatones.
Los investigadores intercambiaban información por medio de celulares.
Los vecinos de Villa Nueva observaron extrañados la manera en que las fuerzas de seguridad efectuaron el operativo.
El fuerte despliegue militar se debió a que los allanamientos se efectuaron en áreas peligrosas y su presencia permitió a fiscales y policías actuar con agilidad.