Justicia

Cárceles en Guatemala: De qué penales salen las llamadas extorsivas en el país y por qué no funcionan los bloqueadores de señal

Cada cuatro años en las Elecciones Generales de Guatemala se propone hacer algo con el bloqueo de la señal de telefonía celular en las 23 prisiones del país, pero a la fecha esto solo sigue siendo promesas.

Durante requisas practicadas en las prisiones del país en los últimos tres años han localizado todo tipo de material y equipo para transmisión y retransmisión de telefonía celular e internet. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Durante requisas practicadas en las prisiones del país en los últimos tres años han localizado todo tipo de material y equipo para transmisión y retransmisión de telefonía celular e internet. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Con la campaña electoral rumbo al balotaje del 20 de agosto próximo ha aparecido de nuevo la discusión sobre aprobar una ley para bloquear la señal de telefonía de los centros de privación de libertad que hay en el país.

El Movimiento Semilla acusa a la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) de no haber apoyado iniciativa que presentaron en marzo. Mientras la UNE asegura que ese será un objetivo inmediato para frenar las extorsiones.

En lo que coinciden ambos presidenciables es en algo que ya ha dicho la Fiscalía contra la Extorsiones del Ministerio Público (MP): las extorsiones, en casi un 70 por ciento, salen desde las prisiones que hay en el país, y un 80 por ciento la hacen personas que nada tienen que ver con la pandilla del Barrio 18 y la Mara Salvatrucha (MS13).

Tanto Bernardo Arévalo como Sandra Torres, quienes competirán por la presidencia de Guatemala, se lanzan a criticar la inoperatividad de los bloqueadores de señal y la fragilidad del Sistema Penitenciario (SP) para permitir el ingreso de celulares y sus accesorios en las cárceles. 

Pero la realidad es dramática. Los bloqueadores de señal no funcionan porque son obsoletos. Además, muchas veces estos entorpecen la señal para las personas que viven en los alrededores de los penales y no adentro de las prisiones. Eso causa molestias en los usuarios de la telefonía e internet residencial que reclama hacer algo al respecto.

Un informe oficial del Ministerio de Gobernación al que tuvo acceso Prensa Libre revela que los bloqueadores están instalados en 19 de 23 prisiones de Guatemala. Sin embargo, no funcionan al 100 por ciento debido a que la mayoría de aparatos datan de 2014 y la tecnología en la telefonía celular ha cambiado drásticamente, según justifican. “Son obsoletos”, sentencian.

La ley para el bloqueo de señal desde los centros de privación de libertad se discute desde finales de 2012 cuando las extorsiones tuvieron un alza que a la fecha no se ha detenido.

El argumento de los gobiernos desde aquella época es que se hacen desde las cárceles del país, pero a la fecha no se ha podido hacer uso de los bloqueadores como tal. Una nueva iniciativa la presentó el Movimiento Semilla en abril de 2023, pero esta no tuvo eco en el Congreso.

En el informe oficial se hace la observación de que “la tecnología actual permite realizar llamadas por medio de datos móviles (celular) y por WiFi (internet). Los celulares reciben ambas por medio del SIM, señal de datos para llamadas y la de WiFI para internet”

Por medio del WiFi se pueden realizar llamadas a través del internet con la aplicación de Whatsapp, por ejemplo, relatan en ese análisis de la situación del uso de celulares desde prisión. 

De acuerdo con el informe si un celular pierde la señal por cualquier motivo, pierde la comunicación por datos móviles y WiFi.

“Se queda totalmente incomunicado, sin embargo, los teléfonos pueden activar la opción de WiFi y conectarse a una red inalámbrica cercana con señal de internet, con lo cual ya pueden realizar llamadas por Whatsapp u otra aplicación nuevamente”, citan. 

Uno de los riesgos que detectaron en esta revisión oficial es que el crecimiento demográfico alrededor de las granjas penales y centros de detención, y en conjunto con los avances tecnológicos de las redes WiFi son “un factor de alto riesgo porque ahora es factible brindar señal WiFi a distancia por medio de antenas con frecuencia de radio por microondas de un punto A hacia un punto B”.

De  hecho, en las requisas que llevan a cabo las autoridades, ya no solo se han localizado celulares, cargadores, sino también routers. 

En la actualidad, de acuerdo con fuentes oficiales, están instaladas 53 antenas bloqueadoras de señal de dato móviles en 19 centros y granjas de detención de privados de libertad. No revelaron en cuáles no hay por seguridad.

 

 

Las cárceles con más llamadas de origen

El SP hace requisas frecuentes en las prisiones. La Policía Nacional Civil (PNC) lleva a cabo otras más. Pero las cifras de las que ha llevado acabo presidios suman 227 entre enero y el 8 de agosto de 2023. Durante estas acciones han localizado 974 celulares de todo tipo y 337 tarjetas SIM. 

Las requisas que ha ordenado el SP, la PNC y que en algunas ocasiones ha acompañado la Fiscalía contra la Extorsión, se han enfocado en cinco prisiones porque es allí donde han detectado que más llamadas extorsivas realizan.

Fraijanes 2, que hasta el 8 de agosto tiene 72 privados de libertad ingresados, entre ellos miembros de la Rueda del Barrio, que son líderes de la pandilla del Barrio 18, quienes mantienen comunicación con miembros de esa estructura criminal en las calles del país y operativizan ataques armados o cobro de extorsiones.

Pavoncito es otra de las prisiones que han detectado que salen las comunicaciones amenazantes para la población. En esa cárcel ha estado recluido Howard Wilfredo Barillas Morales, alias el Matazetas y también miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13).

Desde este centro penitenciario, donde hay mil 961 privado de libertad, un 87% de hacinamiento, salen llamadas de extorsión. Al igual que del sector 11 del preventivo de la zona 18 donde están presos miembros del Barrio 18. 

Las granjas penales de Pavón y Cantel son las últimas dos prisiones donde los privados de libertad usan celulares para generar llamadas de extorsión hacia el exterior.

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