Guatemala

Cinco cárceles son las más sanguinarias

Cinco cárceles concentran el 71 por ciento de las muertes de reos ocurridas en las últimos 12 meses, la mayoría asociada con hechos violentos.

La Granja de Rehabilitación Pavón fue el último escenario donde se produjo un hecho de sangre, en el que murió Byron Lima. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La Granja de Rehabilitación Pavón fue el último escenario donde se produjo un hecho de sangre, en el que murió Byron Lima. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El cómputo refiere que 146 reos han muerto en el interior de los penales de julio del 2015 a julio del 2016, según un análisis del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), con información del Sistema Penitenciario (SP).

La lista la encabeza la Granja Penal Canadá, Escuintla, con 34 víctimas; Granja Modelo de Rehabilitación Pavón, Fraijanes, 23; la cárcel El Boquerón, Santa Rosa, 19; el Preventivo para Hombres de la zona 18, con 16; y la cárcel de Puerto Barrios, 12.

En esos reclusorios han muerto 104 privados de libertad, lo que equivale a que siete de cada 10 casos se han registrado en esos centros.

El resto de los penales reporta casos de un dígito, como Chimaltenango, donde se contabilizan nueve; la cárcel Fraijanes 1, ocho; granja Cantel, Quetzaltenango, y prisión de Mazatenango, cinco cada una.

La incidencia de muertes, dice el estudio, está asociada a que en esos centros existe mayor población reclusa.

Aumento acelerado

En el 2015, cuando el país vivió una crisis política institucional, se incrementó en 146% el número de muertes respecto del 2014.

El año pasado se registraron 111 casos, mientras que en años previos el promedio era menor a 50 muertes.

Solo en lo que va del 2016 se reportan 68 decesos; es decir, el 61% de los hechos registrados el año pasado, lo que indica que la tendencia va en aumento.

En promedio, cada mes han muerto 12 privados de libertad de julio del 2015 a julio del 2016.

Las estadísticas indican que del 2012 hasta lo que va del año se reportan 303 muertes.

Corinne Dedik y Wálter Menchú, investigadores del Cien, expusieron que el quiebre que explica el incremento de las muertes en las cárceles ocurre en el momento en que se registran motines o revueltas, lo que eleva las cifras.

Por ejemplo, en agosto del 2015, se reportaron 21 casos; en noviembre, 22; y en diciembre, 18. Enero del 2016 registró 12, febrero 13 y julio 14.

“En el segundo semestre del 2015 hubo un incremento drástico, asociado a que se registraron menos requisas”, afirmó Dedik.

Durante esos meses se registraron motines en las granjas Canadá, Pavón y las cárceles de El Boquerón, Puerto Barrios y Chimaltenango, respectivamente.

La investigadora resaltó que el hecho de que no se lleven requisas permite que los privados ingresen objetos como armas de fuego, municiones, armas blancas y otras herramientas que se convierten en instrumentos de ataque o defensa.

¿De qué mueren?

Un informe del SP al que tuvo acceso Prensa Libre refiere que la muerte violenta es el origen de los decesos de los reos de enero del 2015 al 18 de julio del 2016, período que registra 30 casos.

El índice de muertes violentas se explica por los motines, dice la investigadora del Cien.

Los motines son organizados por los reclusos para ganar poder o para castigar a alguien que incumple las reglas, agregó.

Otras causas de muerte con alta ponderación, según el registro del SP, son por arma de fuego y blanca, estrangulamiento, suicidio, asfixia, decapitación y traumas.

Dedik señala que muchos de los suicidios, en realidad, son muertes violentas cometidas por otros internos y que simulan que las víctimas se quitaron la vida.

Roberto Garza, vocero del Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala (Inacif), expuso que “muerte violenta” se refiere a que las causas están asociadas a hechos violentos, que agrupa armas de fuego, blancas y asfixias.

“En los centros penales tenemos varios casos de asfixia por estrangulamiento, donde no se utiliza ninguna arma”, agregó.

Menchú afirmó que un interno en las cárceles tiene ocho veces más posibilidades de morir de manera violenta que una persona que se encuentre en libertad, según la tasa de población que existe en los penales.

El vocero del Inacif explicó que en la actualidad discuten con las autoridades penitenciarias la creación de una base genética de datos de la población reclusa, que permitiría una rápida identificación, así como la investigación de otros casos en que estuvieran involucrados los privados de libertad.

Rudy Esquivel, vocero del SP, dijo que en los penales también hay personas que mueren de manera natural o por enfermedad terminal, que por lo general se encuentran en un pabellón separado.

Por delito

El informe del SP señala que el 37% de los reos muertos purgaban una condena y 15% se encontraban en régimen preventivo. El 48% no indica el estatus del reo.

Al clasificar las muertes por delito, la mayoría de reos cumplía penas por asesinato y homicidio. Le siguen portación ilegal de arma, robo agravado, tráfico, comercio y almacenamiento de drogas y extorsión.

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