Los restos de Acuña fueron hallados el 31 de mayo de 2018 entre Tiquisate, Escuintla, y Río Bravo, Suchitepéquez. Lo último que se supo de ella fue que el 3 de agosto de 2017 fue secuestrada cuando compraba refacción en el kilómetro 22, Bárcenas, Villa Nueva, para su hijo camino al colegio.
Aquel día, hombres armados la obligaron a bajar del vehículo, la subieron a otro y se la llevaron con rumbo desconocido.
Ahora el caso tiene culpables. El Tribunal Segundo de Sentencia de Villa Nueva condenó a Sheyla Wing López, José Jiménez Echeverría, Carlos Alfredo Roca y Gerber Barillas Morales a 40 años por secuestro y 50 por asesinato, más una multa de Q100 mil.
Según el Ministerio Público (MP), los jueces dieron valor probatorio a prueba documental, testimonial, análisis forenses, despliegue de llamadas, entre otros, para hallar culpables a los cuatro procesados.
El móvil quedó esclarecido en que los cuatro sentenciados, que integraban la banda Los Reyes de la carne, tenían conflicto con Acuña, quien fue parte de un reordenamiento de un mercado de Villa Nueva.
Acuña elaboró un censo dentro del mercado en 2014 para el reordenamiento. Allí descubrió que el propietario de dos locales los rentaba a Wing López, que a su vez los rentaba a alguien más por Q1 mil 800, algo que no permite la normativa local.
A partir de eso Acuña comenzó a tener problemas con arrendatarios, mientras Wing López presentó un caso ante el Juzgado de Asuntos Municipales de Villa Nueva para que los dos locales fueran retirados al propietario y pasaran a favor de ella porque ella era quien los ocupaba porque supuestamente él estaba infringiendo las normas. Sin embargo, en enero de 2017, el juzgado resolvió desfavorable y ordenó que los locales fueran retirados a Wing y entregados al propietario.
El 19 de febrero, mientras aún obraba en el juzgado un recurso de revocatoria presentado por Wing, ocurrió la explosión de una granada de fragmentación frente a los locales que ella rentaba a terceros, lo que ocasionó varias personas heridas. En junio del mismo año el juzgado ordenó la reapertura de los locales a favor del propietario.
Fue así como el 3 de agosto ocurrió el secuestro y posterior muerte de Acuña.