Las agresiones sucedieron en “diferentes lugares de la vivienda” del condenado, ubicada en Bella Vista, San Pedro La Laguna, Sololá.
Según la investigación, el joven “se hacía pasar como curandero y para aprovecharse de su víctima argumentaba a sus familiares que debía prepararla para que en el futuro se convirtiera en comadrona”.
Entre las pruebas presentadas por la fiscalía hay testigos y la declaración de la niña, además de informes médicos y otras pruebas periciales que permitieron la condena de 29 años por la consumación de tres delitos de violación.
Las últimas estadísticas oficiales revelan que las fuerzas de seguridad han capturado a 250 supuestos violadores en lo que va de 2017, cien de ellos en el área metropolitana.
El 2014 fue uno de los años con mayores denuncias por violación en Guatemala, 11 mil 299 casos, lo que supone unos 31 al día.