El inicio de esta CSJ tampoco fue bueno, una acción de amparo de la exmagistrada civil Claudia Escobar dejó en evidencia las presiones y negociaciones para que los magistrados judiciales fueran electos.
Ese señalamiento no quedó en presunción y el 28 de octubre del 2016 el Tribunal Quinto emitió sentencia condenatoria contra Gudy Rivera, expresidente del Congreso, por los delitos de cohecho activo y tráfico de influencias.
Pero pese a esa sentencia, los magistrados lograron asumir y desde entonces han pasado ocho años, en un mandato que claramente la Constitución dice que tiene que ser de cinco.
El tema pasa inadvertido para muchos guatemaltecos que piensan que el sector judicial no les afecta, pero Luis Fernández Molina, exmagistrado de la CSJ, abogado constitucionalista y docente universitario, tiene una opinión diferente e insiste en que la actual situación del Poder Judicial ya ha hecho y sigue haciendo daño al sistema democrático del país.
Incluso, asegura el abogado durante una entrevista concedida a Prensa Libre, el postergar una elección tan importante tan solo abre las puertas para que los plazos constitucionales no se respeten, temiendo que algo muy similar pueda ocurrir en algún momento pero en el Congreso o incluso en la propia Presidencia de Guatemala, los otros dos órganos de Estado.
El Congreso tuvo que elegir magistrados de la CSJ en el 2019, ya son tres años sin cumplir esa tarea. ¿Cómo afecta este retraso en el sistema de justicia?
De forma visible, directa, no afecta. Esa es parte del problema, que para la mayoría de la población pasa desapercibida y sin ninguna especial preocupación. Pero de manera indirecta, subliminalmente, subterráneamente está socavando los cimientos de la institucionalidad, está afectando el orden constitucional más de lo que podamos pensar. Es como un foco de infección que se extiende en todo el organismo, a todos los tejidos, de ahí se deriva mucha de la situación caótica del sentido general como servicios, empleo, infraestructura…todo deriva de un punto donde no hay aplicación de leyes.
¿Pueden hacer algo los magistrados judiciales que siguen el Cargo para intentar llegar a una solución, o es algo que ya depende exclusivamente del Congreso?
Los magistrados no pueden hacer nada, debo entender que están cómodos en sus sillas, habremos cerca de 30 mil abogados activos y la gran mayoría quisiera estar en un puesto de Corte de Apelación o de CSJ. Es jerarquía, es dignidad, es buen ingreso seguro, todos quieren estar ahí pero más en la CSJ.
Yo desconozco a lo interior de cada uno de los magistrados, hablo de la Suprema, que intenciones tengan o no. Que en su fuero interno digan esto es irregular, ya no debería de estar pero no pueden hacer absolutamente nada, todo depende del Congreso de la República y eventualmente de la CC.
¿Cuáles son y cuáles serán los efectos de esta prolongación de Cortes?
Se van descociendo el tejido jurídico en el país. En un sentido técnico cualquier juicio lo resuelve un juez de primera instancia, y en el noventa y pico por ciento de casos se apela ante una Sala, técnicamente esas resoluciones son irregulares porque las está emitiendo una Sala que constitucionalmente no le corresponde. Afecta a la falta de respeto a la institucionalidad, que contamina a todo lo largo y en el mensaje del manipuleo de la justicia.
¿Se puede decir que se le está faltando el respeto a la propia Constitución?
Por supuesto, y la Constitución es un ente orgánico, hermético, como un edificio, no pueden haber partes donde quitan columnas y otras donde no porque todo el edificio constitucional se derrumbaría.
Si fuera así de sencillo quitemos el artículo 35 de la Libertad de Prensa, y que no haya; o quitemos el derecho de los detenidos a ser indagados en seis horas, o quitemos el derecho de propiedad, o sea, en la Constitución no hay normas diferentes y todas se deben cumplir.
¿Quién o quiénes podrían ser los grandes responsables de la no renovación de Cortes en Guatemala. Están definidos?
Como grupo sí. En esta situación hay dos mensajes claros que la gente no quiere escuchar de dos grupos, uno sí está definido y es el Congreso, pero hay otro que temporalmente maneja las riendas del poder. Llámesele grupo oficial, pacto de corruptos, sector temporalmente político dominante, llámesele como quiera, pero al statu quo lo que no le gustó del 2019 fue que no le dejaran elegir magistrados de Salas y de CSJ como se venía haciendo. Este grupo que de alguna forma maneja los hilos de los aspectos formales de la política y están enviando el mensaje de ‘no señores, nos nos vuelvan a hacer eso, nosotros ya tenemos un sistema operático’.
Claro, ese sistema implicaba acuerdos, negociaciones, compromisos, incluyendo desayunos, cenas, churrascos…pero siempre conllevaba el compromiso de llevar a determinados magistrados, no todos, que van con compromisos. Ellos saben los elegidos que van a llegar, porque los empuja este movimiento que, tarde o temprano, cuando estén en las sillas de la judicatura, van a decir recuérdese quien los puso ahí, quien los ayudó.
Por lo tanto, este grupo que los ayudó se los van a estar recordando, eventualmente cobrando algún favor, tal vez no pero tal vez sí; la mayoría de ellos, no todos, saben que tienen padrinos y que a los padrinos hay que complacerlos si así lo piden.
El Congreso de la República también está diciendo: muchas Cortes y muchas leyes pero el que manda aquí es el Congreso, y quienes dominan el Congreso no le vamos a hacer caso a la CC, no le vamos a hacer caso a nadie, aquí las cosas se hacen como el Congreso decide o no se hacen.
¿Se podría decir entonces que sí se percibe un retraso intencional en la renovación de Cortes?
Por supuesto. El Congreso lo ha incluido en agenda, de último punto, a sabiendas que la sesión va a terminar en el punto dos o tres, y si siguiera los diputados abandonan el hemiciclo y no forman quórum.
En parte es la actitud negativa del Congreso que raya en lo cínico, en lo sarcástico, pero también colabora el fallo irregular de la CC. Irregular por varios aspectos, el primero fue que dijo que a viva voz cada uno de los 160 diputados debe decir por quién vota de los 300 candidatos a magistrados de Sala. ¿A qué horas cada uno de ellos habla sobre todos? Es absurdo el formato que ordenó la CC, y en segundo lugar la CC cometió una inconstitucionalidad, la Constitución establece que la elección de los magistrados es una opción libre y soberana del Congreso sobre las listas que le envían las Comisiones de Postulación.
La sentencia le dijo al Congreso elijan a quien quiera con un sistema absurdo, pero no elijan a este, a este y a este otro por tener denuncias; entonces es inconstitucional porque cercena la soberanía del Congreso de elegir a quien le dé la gana.
Y también afecta el derecho de defensa de algunas personas por ser denunciados, cuando todo mundo es inocente hasta que no se tenga una sentencia firme.
¿Este retraso en la elección de magistrados, al incumplirse plazos constitucionales, es causal de delitos?
Sí, podría haber violación a la Constitución, pero ¿Quién es el culpable? Hay algunos diputados que puede que si quieran elegir Cortes, pero el otro tiene otras ideas…la acción penal es responsabilidad personal. Es un ente de 160 que no se ponen de acuerdo, entonces cualquier acción penal se resbala, no hay manera.
Con lo que está pasando en el OJ, una prolongación de funciones en un poder de estado ¿Ve algún riesgo para que ocurra lo mismo en el Legislativo o Ejecutivo?
Por supuesto, dejan abiertas las puertas. Ya estamos viendo las consecuencias que en los demás organismos, Dios no lo quiera, ojala que no, el 25 de junio para el día de las elecciones existan amparos o lo que sea y conforme estos antecedentes vengan en la CC y diga que continúa en su ejercicio el actual Presidente de la República hasta que se resuelva esta situación. Ese poder ilimitado que se le ha dado a la CC es peligroso.
Pongo de ejemplo El Salvador, país vecino cuya legislación es muy parecida la nuestra, -Nayib- Bukele ya avisó amagues de una reelección y su Constitución al igual que la nuestra lo prohíbe, pero él ya hizo la consulta a la Sala Constitucional y le dijeron que esa limitación sería violatoria a su derecho humano, entonces a qué riesgo nos estamos enfrentando.
Si viene un Gobierno populista, demagógico, tipo Nicaragua o Venezuela, aquí le estamos preparando la mesa para que se sirva, como hizo -Daniel- Ortega -presidente de Nicaragua- que va tras otro periodo constitucional.
Da la impresión que a la mayoría de guatemaltecos no le interesa el tema porque no son abogados, usted como ex magistrado. ¿De qué forma podría ejemplificarle al guatemalteco que la no renovación de Cortes también le puede perjudicar?
Yo le digo al guatemalteco que tiene problemas con el tráfico, que tiene problemas con la infraestructura vial, con los medios de transporte público, con desempleo, a todos ellos les digo que el foco de toda está infección está en la poca certeza jurídica y de legalidad que hay en Guatemala, mucha gente no viene a invertir por esa incertidumbre jurídica.
Muchas estadísticas adornan que hay inversión extranjera por tantos millones, pero no nos engañemos, esa inversión es de consumo; vienen a implementar una planta de bebidas carbonatadas, de consumo para el guatemalteco o de reparación de vehículos.
Pero inversión para que Guatemala sea un exportador en líneas industriales, o en artículos básicos, complementarios de la gran industria, eso no lo tenemos, y mientras la situación de certeza jurídica en Guatemala esté mal no vamos a tener realmente inversionistas.
La inseguridad jurídica que hay se traduce a inseguridad en general.
¿Qué podemos esperar ahora?, ¿Una renovación cuando esta Corte cumpla dos periodos, o que esta Corte rebase dos periodos?
Esta Corte está incompleta, creo que con Blanca Stalling llega a 11. Al uno ir a juzgados y ver estas pancartas tendría que ver 13, y no hay forma de elección de suplentes, hasta en eso estamos muy mal. En el fondo lo que pasa también es que este grupo que temporalmente está manejando los hilos de la política quiere el poder, y el poder cuando no tiene cortapisas es más apetecible, quiero decir que no tiene objeciones, obstáculos.
Las iglesias cada vez van perdiendo peso, tanto católico como evangélico, y va a pasar lo de Nicaragua, van a empezar a sacar curas; el otro poder externo de presión es la comunidad internacional, pero igual que Nicaragua fuera oenegés y embajadas, aislarnos, claro con un daño a futuro inconmensurable.
Solo quedan dos obstáculos y uno es la prensa libre, mientras haya prensa libre siempre se va a incomodar al poder, porque habrá un monitor, un cuestionador del manejo público.
El otro es la justicia, mientras haya jueces independientes que sancionen al funcionario que ha infringido la ley vamos a tener un Estado democrático, pero quienes quieren el poder no quieren corta pisas. Ahora van por recuperar las Cortes y todos los tribunales, después vendrían contra la prensa libre.
En vista de este mal precedente, ¿Se necesitaría una reforma al proceso de postulación o como garantizar que no vuelva a suceder esto?
Solo con reformar la Ley de Comisiones de Postulación no se logra nada, porque las comisiones de postulación están en la Constitución y el derecho del Congreso de elegir libremente está en la Constitución.
Yo siempre he dicho que la elección debe hacerse en base a sorteo, no digo una lotería, digo sorteo. Que se elijan a los que llenaron los requisitos y se proceda a un sorteo, que sea la mano de Dios o la voluntad del destino la que determine a través del sorteo quienes van a llegar, así se rompe el cordón umbilical de los padrinos con el juez nombrado magistrado. Pero así entramos a otro gran problema, reformar la Constitución es como hacer una cirugía a corazón abierto y se nos puede morir el paciente, vendrían muchos intereses; los que proponen una Guatemala multicultural, los que proponen otro tipo de derechos y para evitar ese riesgo mejor no reformemos la Constitución y naveguemos así.
¿Tampoco hay escenarios entonces para una reforma Constitucional?
No se dan las condiciones, y la propaganda de esa constituyente sería muy conflictiva y casi el anticipo de una guerra civil, porque la sociedad en Guatemala está muy polarizada. Sectores de izquierda, de centro, derecha, indígenas, los que proponen el Estado plurinacional, los de vanguardia que promueven un concepto diferente a la familia, temas del aborto, temas sindicales, pero incluso una misma constituyente puede arrojarse funciones y quién la va a limitar.