Al concluir el juicio, la Fiscalía contra la Trata de Personas informó del proceso y así se reveló que la niña fue retenida en una aldea en Siquinalá, Escuintla, y que luego, fue llevada hasta El Sabinalito, en Chiapas, México.
Una vez allí, la menor quedó en cautiverio en un bar llamado “El Cafetalito”, retenida por una mujer identificada como Armida Julieta Franco Ávila, quien fue procesada por el caso.
La fiscalía logró probar las acusaciones en contra de la sospechosa y el Tribunal sentenció a Franco Ávila a 13 años de prisión y pagar una multa de Q300 mil tras ser hallada culpable por el delito de trata de personas en su modalidad de explotación sexual.
EN ESTE MOMENTO
La niña, que logró escapar con ayuda de otra víctima de nacionalidad hondureña, fue privada de libertad y sometida a ser explotada sexualmente desde abril hasta noviembre de 2020.
Casos recientes
En octubre de 2022, la Fiscalía contra la Trata de Personas dio a conocer el caso de una joven de 15 años quien presentó ella misma una denuncia por explotación sexual.
La menor fue víctima en dos ocasiones, primero por su mamá y luego por su tía.
Anterior a ese caso, en agosto de 2022, también se expuso el caso de otra adolescente de 14 años que incluso tenía una alerta Alba-Keneth y también fue forzada a permanecer en un centro nocturno en el municipio de San José Pinula.
La niña que había abandonado su hogar por conflictos familiares, fue localizada por la alerta y pudo regresar con su progenitora. Sin embargo, la estructura criminal siguió acosándola y persiguiéndola.
La Fiscalía inició una investigación a partir de la denuncia del caso. Fue así que como se efectuó un operativo y se capturó a 11 presuntos implicados.
Víctimas de explotación
La trata de personas se ensaña en la población infantil y juvenil debido a su vulnerabilidad por su exclusión socioeconómica, por baja formación educativa y pocos ingresos familiares.
Las redes de trata operan bajo distintas modalidades, entre estas al ofrecerles un empleo, aunque su objetivo es la explotación sexual o laboral de sus víctimas.
La mayoría opera en la informalidad y ahora a través de las redes sociales.