Icó Chub, una mujer de qeqchí de 32 años de edad, murió en forma violenta a manos de su pareja Mario Osvaldo Tut Ical, de 46 años, el 29 de octubre de 2018 en su casa ubicada en el sector Isla del Norte de la aldea San Miguel del municipio de Chisec, Alta Verapaz.
Tut Ical fue condenado a 50 años de cárcel el pasado 29 de agosto por el Tribunal de Sentencia de Femicidio de Alta Verapaz y para este 1 de septiembre programaron la audiencia de reparación digna.
El fiscal adjunto de la Fiscalía contra el Delito de Femicidio, Edgar Gómez, confirmó la audiencia y reveló que “la estrategia de resarcimiento por daños materiales y morales, así como que se otorguen garantías de no repetición de esos deleznables hechos”.
Gómez consideró que el Estado debe garantizar que se lleven a cabo campañas de concienciación en los idiomas maternos respecto del delito de femicidio y violencia contra la mujer, porque es muy recurrente.
“Lamentablemente muchas personas no acuden a la jurisdicción estatal, se arreglan los casos con los integrantes de los Consejos Comunitarios de Desarrollo (Cocodes), y entonces el problema es que hay mucha reincidencia”, explicó e fiscal adjunto.
Gómez considera que esto ocurre por “desconocimiento de las autoridades ancestrales respecto a la tipificación de los delitos contra las mujeres. Se debe hacer más conciencia sobre el tema. Se deben velar por la mujer y evitar que los casos se repitan. El problema muchas veces es que consienten los hechos”.
Alta Verapaz es de los departamentos más grandes del país. El Observatorio de Salud Reproductiva (OSAR), por ejemplo, en sus registros de nacimientos en madres que oscilan entre los 10 y 19 años, de enero a julio de 2023, evidencia 4 mil 684 embarazos.
Muchos de esos casos, según las fuentes especializadas en el tema de mujeres y niñez, son producto de agresiones y violaciones sexuales de parte, principalmente, de familiares cercanos. Las denuncias son pocas por el temor.
Además, un 83 por ciento de los habitantes de ese departamento viven en pobreza y el más del 53 por ciento en pobreza extrema, según la Encuesta Nacional Ingresos y Gastos de los Hogares 2021-2022 del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Horrendo crimen
Mario Tut Ical, la tarde – noche del 29 de octubre asesinó a su pareja Alejandra Icó Chub, que tenía 32 años. La población de la aldea San Miguel se alertó porque escuchó gritos que provenían de la casa donde vivía la joven mujer y Tut Ical.
Los vecinos acudieron a la casa y algunos describieron el hecho como “horrendo y deleznable”. Aseguraron que nunca había pasado algo parecido en la comunidad que era conocida por su tranquilidad.
Las personas vieron a Icó Chub con una herida profunda en medio de la cabeza. Además, le había cercenado las dos manos. La joven mujer estaba en un baño de sangre, y en una lenta agonía ante lo lejano que resultaba para cuerpos de socorro llegar a esa comunidad. Murió en una cama de su residencia.
Pobladores documentaron el hecho con celulares y lo hicieron viral en redes sociales. El suceso causó conmoción. Tut Ical huyó y fue detenido el 31 de octubre de 2018 en la aldea La Muñeca, en Playa Grande, Ixcán, Quiché. Su objetivo era fugarse hacia localidades de México.
Ante los pobladores que intentaron lincharlo confesó que había cometido el asesinato de su esposa porque creyó que le había sido infiel. Tut Ical tenía esposa, siete hijos y mantenía una relación extramarital con Alejandra, con quien no procreó familia. Ella era madre de tres niños.