Génesis Anayeli Ixcajop Chistóbal, de 7 años, fue hallada muerta el 2 de enero de 2023, dos años antes, el 18 de enero de 2021, Hillary Saraí Arredondo De León, 3, también había sido localizada sin vida.
Lo mismo ocurrió con Irma Misleidy Elizabeth Menéndez Hernández, 13 años, quien fue hallada muerta en diciembre de 2020, y Sonia Marisol Álvarez García, 4, el 19 de abril de 1993 en Guanagazapa, Escuintla. Estos son solo algunos casos que han llegado a un castigo final.
Instituciones nacionales e internacionales contabilizan casos de abusos sexuales a diario; sin embargo, hay muchos que no se denuncian por temor y quedan en la impunidad.
La institucionalidad pública y para la protección social aún son muy débiles en Guatemala, según los análisis que ha hecho el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en sus informes.
Al igual que los anteriores, el caso de Génesis Anayeli causó una ola de indignación y reclamos para que los responsables paguen por el crimen.
Hasta el momento, los hermanos Edwin Giovanni, Luis Ángel, y Jairo Daniel, de apellidos Chamalé Elías, son los principales sospechosos. Fueron ligados a proceso y enviados a prisión preventiva a por secuestro, violación y femicidio. El caso sigue su curso.
El Ministerio Público (MP) tendrá tres meses para fortalecer la investigación y continuar con las pesquisas para lograr una sentencia condenatoria. Un largo recorrido por el que otros casos emblemáticos han pasado.
El caso de Arredondo De León, por ejemplo, fue hasta dos años más tarde, que un juzgado de Escuintla sentenció a Antony Alexander Hernández Canel, Gabriel Smayler Vásquez Marroquín y Jhonatan Alexander Rivera Morales por el crimen de la niña.
El MP comprobó que los sujetos abusaron sexualmente de la niña y la estrangularon. La secuestraron de la casa de la abuela donde dormía y su cadáver apareció a 500 metros de ese lugar.
La condena fue la máxima por el delito de femicidio, pero también fueron sentenciados por violación con agravación de la pena y secuestro. Purgan penas entre los 94 y 128 años.
Al igual que en el caso de Génesis Anayeli, la población intervino para capturar a los sospechosos y les hicieron confesar los crímenes. A ambas niñas las enterraron para tratar de ocultar el crimen.
En el caso de Menéndez Hernández, la última vez que su familia la vio con vida fue cuando la enviaron a la tienda a hacer unas compras.
El 22 de diciembre de aquel año la PNC informó que dos hombres fueron arrestados por su muerte en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla.
Tres días antes, su cuerpo había sido hallado en una zona boscosa de aquella localidad. El día de las aprehensiones, la PNC informó que los capturados, ebrios, le interceptaron el paso a la niña, la llevaron a un terreno baldío, abusaron de ella y la mataron con un objeto punzocortante y la asfixiaron con un lazo.
Josué Estuardo Cruz Arteaga y José Bernardo Morales Ortega fueron sentenciados a 101 años de cárcel por plagio o secuestro, femicidio y violación con agravación de la pena con circunstancias especiales de agravación.
En las redes sociales cada vez que hay un caso como este se hace alusión a la pena de muerte. Recuerdan a las iniciativas de ley que se han presentado que piden castigos más severos en contra de los agresores sexuales, como la castración por medios químicos antes o después de que cumplan la condena máxima por femicidio y violación sexual.
Al hablar de fusilamiento se recuerda un último caso tan emblemático como mediático, en el que se condenó a la pena capital Roberto Girón y Pedro Castillo Mendoza por la violación y asesinato de la niña Sonia Marisol Álvarez García, 4, que hallada sin vida el 19 de abril de 1993 en Guanagazapa, Escuintla.
Gobernaba el país Álvaro Arzú, y faltaban tres meses para que firmaran la paz con la guerrilla, luego de 36 años de guerra interna. La sentencia se ejecutó tres años y cinco meses después de ocurrido el crimen.
El juez primero de ejecución Gustavo Adolfo Gaitán Lara, ordenó el cumplimiento de la sentencia de muerte impuesta en todas las instancias legales, recuerda una nota de Prensa Libre de aquel año.
“Para el efecto, el juzgador leyó la sentencia de primer grado, en la cual se les condenó a la pena capital por el delito de violación calificada, ya que según consta en autos, luego de violar a la menor, la degollaron con un machete corvo”.
Agrega el reporte: “Tras la orden de fuego, el pelotón de fusilamiento disparó con sus armas, pero hubo necesidad aplicarles el tiro de gracia, ya que los impactos de bala acertados no fueron suficientes para ejecutar de una sola vez a Girón y Castillo”.
“El secretario del servicio forense del Organismo Judicial en Escuintla, Samuel Barrientos, indicó que en estos casos no se practica necropsia, únicamente se hace constar que la muerte fue por impactos de bala”.
“Casualmente, Barrientos dijo que como algo paradójico a él lo tocó practicarle la necropsia al cadáver de Sonia Marisol hace unos años, lo cual daba coraje por la forma en que fue privada de la vida”.
Condenan a 101 años de cárcel a asesinos y violadores de niña de 13 años en Escuintla
Este hecho le puso fin a aquel macabro crimen que se cobró la vida de Sonia Marisol, quien salió al baño y en un día lluvioso no regresaba al regazo de su madre quien la salió a buscar. Solo vio huir a los dos sujetos y el cuerpo tirado de su pequeña hija.
El reporte forense daba a conocer que con un machete le provocaron una herida en su parte intima para perpetrar el abuso físico. En su declaración también se dio a conocer que la menor fue puesta sobre un hormiguero mientras era ultrajada. Posteriormente la degollaron.
Alejandra García de Alvarez afirmó un día después del fusilamiento, en la finca Covadonga, aldea Los Cerritos, Chiquimulilla, Santa Rosa, que su familia podrá dormir tranquila, “pues estamos convencidos de que fueron fusilados los malvados hombres que asesinaron a mi pequeñita Sonia Marisol, pues por fin se hizo justicia”.