Junto al exsecretario general de Otto Pérez Molina, fueron beneficiados con libertad Filadelfo Reyes y César Medina Farfán,este último considerado como el centro de la estructura dedicada al tráfico de influencias.
Pese a recobrar su libertad, el exfuncionario sigue ligado a proceso y dentro de tres meses deberá asistir a la audiencia de apertura a juicio en su contra. Dicha diligencia estaba programada para este viernes pero se suspendió y el juez solo revisó las medidas solicitadas por su defensa.
“Hay mucha gente que se regocija con que lo tengan a uno metido en una cárcel cuando está uno presuntamente inocente y cuando no hay pruebas en su contra”. Gustavo Martínez.
En el primer caso, las investigaciones señalan la supuesta intervención del exfuncionario para obtener citas de directivos con el Pérez Molina; en el segundo, habría incidido en la rebaja de una fianza a Zeta Gas.
Medina Farfán es vinculado con el gobierno de Alfonso Portillo y señalado como supuesto testaferro y responsable de desviar dinero desde el Ministerio de la Defensa hacia cuentas en Panamá entre 2000 y 2004.
También se le vincula en uno de los negocios que tuvo el conocimiento y beneplácito de Carlos Muñoz, cuando este fungía como Superintendente de la SAT y quien también está en prisión por el caso Redes.
Reyes, fue subgerente de Planificación del Ministerio de Energía y Minas y también fungió como Intendente de Aduanas en el 2013.
“Soy inocente”
Al terminar la audiencia, Martínez reiteró que es inocente y dijo que haber estado en prisión “fue una buena experiencia, me sirvió de mucho en mi vida, la asimilé y estaba en la etapa de madurez de mi vida para entender una serie de cosas que de ahora en adelante las voy a entender y ver mejor”.
“A muchos en Guatemala nos falta pasar por una experiencia de las que yo he vivido para aprender a ser humano, aprender a compartir y entender aún más de cerca los problemas que agobian al país”, aseguró el yerno del exmandatario.
Estructura
Según el MP y la Cicig, el caso Redes se refiere a una “gran actividad de tráfico de influencias que involucra a funcionarios públicos, a un juez y particulares”.
Medina Farfán sería el “gestor de influencias” entre los empresarios y los particulares, pues está relacionado con personas influyentes.
“A través de la intermediación ilegal de negocios, aparentemente lícitos, -Medina Farfán- buscaba ventajas e impunidad por medio de operaciones de alto nivel con funcionarios como Gustavo Martínez, y Carlos Muñoz”, indican las entidades en un resumen del caso.