Duarte, que llegó pasadas las 12 horas estuvo rodeado por un fuerte dispositivo policial y a pesar de las preguntas de los medios de comunicación se limitó a decir que está “bien” en la prisión que funciona en el cuartel militar de Matamoros, donde está recluido desde su detención.
El pasado 7 de junio, el Gobierno de Guatemala recibió la solicitud formal de extradición del exgobernador y ahí empezó el trámite respectivo para cumplir con su devolución a México, tal y como solicita la Justicia de ese país.
El Tribunal, ubicado en el decimotercer nivel, conocerá este martes todos los medios de investigación de la Procuraduría General de la República de México para poder decidir sobre la extradición, aunque acaba apelación.
El exgobernador, que fue detenido la noche del 15 de abril en la recepción de un hotel del municipio turístico de Panajachel, en el departamento de Sololá, se reservó su derecho a aceptar su extradición en su audiencia de primera declaración del 19 de abril.
Duarte, de 43 años y quien supuestamente estaba en Guatemala desde el pasado noviembre -cuando entró ilegalmente vía terrestre-, tenía una orden de captura con fines de extradición emitida por el Juez de Distrito Especializado en el Sistema Penal Acusatorio del Centro de Justicia Penal Federal en la Ciudad de México.
Según la Procuraduría General de la República de México, es por los delitos de “delincuencia organizada y contra la salud” , pero también hay otras dos órdenes libradas por la Juez de Control del Juzgado de Proceso y Procedimiento Penal Oral de Xalapa, Veracruz.
Estas son por los delitos de abuso de autoridad, incumplimiento del deber legal, peculado, tráfico de influencias y coalición. El exgobernador, quien supuestamente recibía ayuda de algunas aerolíneas para sus traslados, está acusado de diversas operaciones con recursos de procedencia ilícita, de efectuar contratos a empresas fantasmas y de utilizar “prestanombres” para transferir recursos públicos.
Entre 2012 y 2015, Duarte, que llegó con barba, desvió grandes cantidades de recursos públicos los cuales utilizó para adquirir bienes inmuebles tanto en México como en el extranjero, de acuerdo con las autoridades de su país. Duarte está recluido en una prisión de la capital de Guatemala que funciona en el Cuartel Militar Matamoros desde el pasado 16 de abril y ahí es donde comparte espacio con presos de “alto perfil” , como políticos procesados por actos de corrupción o supuestos narcotraficantes.