En el caso de Jáuregui, Gálvez expresó que es posible que ella solo haya atendido alguna llamada telefónica de su esposo Julio Aldana, quien sí fue promovido a juicio.
Jáuregui y Cabrera estaban sindicados desde el 16 de abril de 2015 por el delito de defraudación aduanera y cohecho pasivo. Él estuvo en prisión desde esa fecha hasta ahora.
En el caso de Jáuregui, fue beneficiada con una fianza de Q200 mil el 21 de abril de ese año y al día siguiente salió de la cárcel.
La Fiscalía accionó para que regresara a prisión, recurso que otorgó una Sala de Apelaciones en febrero de 2017.
En audiencia ese día, Jáuregui suplicó al juez Gálvez no enviarla a prisión porque no tenía con quién dejar a su hija, además de que afrontaba muchas dificultades por sostener su hogar.
Desde ese día estuvo de nuevo en prisión, cerca de la etapa intermedia que duró tres meses y tres semanas, que concluyeron hoy cuando envió a juicio a 28 personas integrantes de la Línea, entre ellos el exbinomio presidencial Otto
Pérez y Roxana Baldetti, exfuncionarios de la Superintendencia de Administración Tributaria, extrabajadores de esa institución y particulares.
El 17 de julio último, cuando la audiencia estaba interrumpida por acciones legales de abogados, Jáuregui suplicó de nuevo la revisión de medidas.
“Somos muchas personas que tenemos bajo nuestra responsabilidad menores. Yo le suplico que revise medidas porque vamos a pasar meses sin tener etapa intermedia”, dijo a Gálvez.
Según la Fiscalía, Jauregui y Cabrera pertenecían a La Línea dentro de la función de estructura media externa, concebida como un grupo externo de individuos que accionaba para generar influencia al interior de la SAT con el el objetivo de que los vistas y tramitadores pudiesen realizar los ajustes irregulares e hciesen el cobro del sobornos.